Medio Ambiente reintroduce 250 ejemplares de cangrejo autóctono de río en arroyos de Huéscar
La acción busca recuperar tramos fluviales ocupados por la especie en el pasado, y que actualmente presentan buenas condiciones ambientales
La delegada de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Inmaculada Oria, ha asistió a la suelta de 250 ejemplares de cangrejo autóctono de río (Austropotamobius pallipes) en arroyos de la comarca de Huéscar, procedentes del cultivo en cautividad de la piscifactoría Las Fuentes de Huéscar.
Los ejemplares liberados, pertenecientes a la línea genética denominada “Andalucía”, tienen un tamaño medio de 3 centímetros y serán reproductores a los dos años de edad.
Para Oria “el objeto de la reintroducción es recuperar tramos fluviales ocupados por la especie en el pasado, y que actualmente presentan buenas condiciones ambientales para albergar poblaciones de cangrejo de río”.
La introducción de cangrejos americanos de río puso en peligro la supervivencia de la especie autóctona, entre otros motivos, al portar éstos la denominada afanomicosis o peste del cangrejo, que produce mortandades masivas en la especie autóctona. Todo ello, unido a la degradación del hábitat, ha provocado que la especie desaparezca de la mayor parte de la Andalucía Oriental, zona en la se encontraba ampliamente distribuido, constituyendo un recurso natural y cultural de primer orden, hecho que motivó su inclusión, en el catálogo andaluz de especies amenazadas, como especie “En peligro” de extinción, así como la elaboración del correspondiente Plan de recuperación.
Las actuaciones desarrolladas por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en los últimos 13 años en este sentido ha permitido triplicar el número de poblaciones desde las 34 que existían en el año 2001 hasta casi un centenar en el año 2015.
Recordar que para la cría de esta especie existe en Granada el Centro de cultivo de La Ermita, situado en el Parque Natural Sierra de Huétor fue inaugurado a finales de 2014, y su objetivo primordial es el cultivo de la trucha común y el cangrejo de río autóctono, para la recuperación de dichas especies en su hábitat natural.
Estas instalaciones tienen capacidad para iniciar cultivos de hasta 35.000 huevos anuales de trucha común y otros tantos de cangrejo de río, y constituye una de las principales estrategias de conservación de una especie muy sometida a los efectos del cambio global, además de a las presiones a las que se ve sometido el medio en el que habita.
Otra de las líneas fundamentales para la conservación es la rúbrica de convenios de colaboración con entidades privadas. En este sentido en junio de 2015 se firmó un convenio de colaboración con la Piscifactoría Las Fuentes de Huéscar donde se colabora desde entonces en la cría en cautividad del cangrejo de río y también de la trucha común.