"Menos plato y más zapato para cuidar el corazón"
Pascual García Hernández, enfermero de la Unidad de Prevención y Rehabilitación cardíaca del Hospital Clínico de Granada, explica cómo evitar los problemas del corazón con unas sencillas pautas
En el Hospital Clínico San Cecilio de Granada trabaja Pascual García Hernández, enfermero de la Unidad de Prevención y Rehabilitación Cardíaca. Su labor se centra especialmente en dos líneas de actuación que están encaminadas, o bien a evitar la enfermedad, o que cuando esta llegue, no prosiga su avance. "Es fundamental que se lleve una vida lo más saludable posible", hace hincapié este profesional.
La última guía práctica de la Asociación Europea de Cardiología, habla de evitar la enfermedad incluso desde antes del nacimiento. "Si uno se para a pensar este concepto, se da cuenta de que tiene un sentido muy amplio porque se trata de prevenir sobre la madre para que cuando el niño nazca tenga muchos menos riesgos de padecer cualquier tipo de patología de este tipo".
Para ello García Hernández asegura que lo importante es determinar cuáles son los condicionantes de riesgo de esa enfermedad y procurar no tenerlo, desarrollarlos, o frenarlos.
"Existen unos hábitos modificables, es decir, que entran dentro de la voluntad del paciente poder erradicarlos como parámetros poco saludables", comenta este profesional, que pasa a enumerarlos de forma pormenorizada.
-El tabaco. A día de hoy, existe una alta prevalencia de tabaquismo, pese a la actual Ley. "Los jóvenes son los que más fuman, y es ahí donde hay que hacer una prevención primaria. Solo tres de cada 100 personas se quitan de fumar. El consejo básico es: lo mejor que puedes hacer es dejar de fumar".
-El alcohol. Que aunque por algunos pacientes puede ser considerado como un hábito social, hay que reconocer que "con que tomes tres tubos de cerveza al día ya te has bebido un litro, y eso, ya sí que es ser un bebedor".
-La hipertensión, tener la tensión alta. Tres de cada cuatro mujeres con más de 65 años son hipertensas y muchas no lo saben, y eso es un factor de riesgo.
-La vida sedentaria. El no hacer ejercicio de una forma pautada. "No significa ir a comprar andando, estamos hablando de hacer ejercicio, unas tres o cinco veces por semana, mínimo una hora diaria. Lo demás es un paseo".
-Diabetes. El tener la azúcar alta afecta no solo a las arterias, sino también a los nervios, y además de problemas cardiácos lleva otros asociados como una mayor prevalencia para padecer ceguera."Casi todos los factores se solucionan con: Menos plato y más zapato. Más ejercicio y comer menos y más sano".
-El colesterol. Tenerlo alto también induce a la enfermedad porque es lo que se pega a las paredes de las arterías, va estrechándolas, y no llega suficiente sangre al corazón. Máxime cuando tiene que hacer un esfuerzo.
-Antecedentes familiares. Si alguien en la familia tiene un problema de este tipo: infarto, derrame cerebral, amputaciones por falta de sangre. "Eso se puede heredar, y por eso habrá que inducir a que las familias cambien el estilo de vida al compelto. Una transformación mucho más amplia, que le paciente sea un portavoz y ejemplo de salud".
-Obesidad. "No nos damos cuenta pero estamos muy obsesos, y en Andalucía donde más se padece este trastorno, de toda España, aunque lo cierto es que el colesterol lo tenemos mejor que el resto". Pascual asegura que comemos mal, "pero si conseguimos cambiar la alimentación, también podremos hacer que el entorno lo cambie". La obesidad no solo se mide con el peso, sino con el perímetro abdominal. "A partir de 102 centímetros de perímetro abdominal para los hombres, y 88 en el caso de la señoras, es cuando hay un factor de riesgo que condiciona la enfermedad".
-Estrés.Especialmente cuando hablamos de personalidades de tipo A, preocupadas por todo, perfeccionistas y siempre con ansiedad para tenerlo todo controlado. O las contrarias, personalidades de tipo B, negativas, temerosas de cualquier cosa y con miedo permanente.
Para ello, este especialista recomienda unas acciones concretas a todos sus pacientes, basadas en: la educación sanitaria. "La única manera de hacer libre a alguien es que sepa, y si sabe qué enfermedad tiene y qué puede hacer para mejorarla, primero sabrás cómo manejarla y segundo perderás el miedo", explica Pascual.
Enseñar qué se debe comer, qué ejercicio se debe hacer, que no se debe fumar, que no se debe beber. "Es complicado quitarse de fumar, solo tres personas de cada 100 se quitan de fumar de forma voluntaria. El que lo consigue es un héroe".
Los Programas de Prevención y Rehabilitación cardíaca son fundamentales, "tal y como se definió por parte de la OMS se trata de un conjunto de actividades o intervenciones que se ejecutan sobre el sujeto enfermo para asegurarle una condición tanto física, mental, social o sexual óptima que lo puedan llevar a una vida activa y productiva".
Y esto se hace, en el hospital, a través de un equipo multidisciplinar, "estamos hablando de diferentes profesionales de la salud, que crean una sinergia de cambio en el estilo de vida del sujeto, que se desarrolla en tres fases diferentes".
En la primera de ellas el paciente está ingresado, se le identifica, y se le explican, de forma genérica los factores de riesgo, y su situación. "Cosas del tipo como si puede viajar en avión o puede conducir, si puede practicar sexo o deporte, o con qué frecuencia". Después se le valora de forma individual, y se le deriva incluso al psicólogo para el afrontamiento de la enfermedad, "que puede ser complicado".
En la segunda fase, se valora al paciente, desde el punto de vista clínico, y se valoran sus riesgos: bajo, moderado o alto, "así se determinan qué sesiones se van a realizar. Se trata de programas con una seguridad altísima". Ahora mismo se está trabajanco con 40 pacientes al día en este programa. Se trata de unos 200 o 250 personas las que pasan por este programa al año.
El paciente pasa a la tercera fase, que es para toda la vida. "Pongo un ejemplo: tenemos un montón de grifos, que son los factores de riesgo que condicionan la enfermedad, pero si no cortamos las causas, que son los grifos, esa agua acabará desbordando el contenedor, aparecerá la enfermedad", por eso, Pascual expone que esta fase ha de "mantenerse todo el tiempo, en algunos casos dentro del hospital, y en otros casos con las asociaciones de pacientes coronarios, que en el caso de Granada es muy numerosa y cuenta con importantes actividades, y donde además se hace ejercicio". La relación de este programa con Atención Primaria es muy importante.
"La vida de los pacientes, después de un episodio de este tipo es muy variada, y podemos encontrar cualquier cosa". Explica este enfermero que "en un principio no es difícil concienciar a la gente, lo difícil es mantener el cambio de forma prolongada".
El perfil del paciente, es mayoritariamente masculino. "Hay muchos más hombres que mujeres, son pacientes con angina o infarto", aunque esto se debe a que "el bajo número de mujers que se atiende, no es porque tengan menos patologías, sino porque se cuidan menos, y es más cuidan a los demás antes que a ellas mismas". POr eso, lueog acuden con patologías mucho más graves.
"Este tipo de patologías hay que enfocarlas al paciente de una forma mucho más global", quiere enfatizar Pascual, que realiza una labor muy importante en cada consulta.