Merkel constata "profundas diferencias" con Turquía tras su encuentro con Erdogan
El presidente turco pide a Alemania que entregue a los miembros del movimiento de Gulen en el país
La canciller alemana, Angela Merkel, ha reconocido este viernes la existencia de "profundas diferencias" con Turquía en temas como la libertad de prensa y los Derechos Humanos y ha reclamado una "rápida solución" para poner en libertad a los alemanes detenidos en Turquía.
"Insté a que estos casos se resuelvan lo antes posible", ha dicho tras un encuentro con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en la Cancillería de Berlín. Está claro que todavía existen "profundas diferencias" con Turquía en relación con las cuestiones de la libertad de prensa y el Estado de derecho, ha afirmado.
Asimismo, ha informado de que insistirá en la liberación de los alemanes aún encarcelados en Turquía en próximos encuentros como, por ejemplo, durante el desayuno que mantendrá con Erdogan este sábado por la mañana, en el último día de la visita de Estado del presidente turco a Alemania.
Según el Ministerio de Exteriores alemán, cinco ciudadanos alemanes están actualmente detenidos en Turquía por razones políticas. Desde el punto de vista alemán, las vagas acusaciones terroristas no justifican ni meses de detención preventiva ni años de prisión, que se impusieron en varios casos. Prisioneros prominentes como Peter Steudtner, Deniz Yücel y Mesale Tolu fueron liberados en los últimos meses.
Sin embargo, Merkel también ha hecho hincapié en los intereses comunes con Turquía. "Tenemos muchas cosas que nos unen", ha señalado, recordando la asociación en la OTAN, las cuestiones de la migración y la lucha contra el terrorismo y que ese país acoge a más de tres millones de refugiados.
La mandataria ha dicho que espera poder contar con una Turquía estable y fuerte. "Alemania tiene interés en una Turquía económicamente estable", ha aseverado.
PETICIONES DE ERDOGAN
Por su parte, Erdogan ha exigido que Alemania extradite a los partidarios del movimiento Gulen. Cientos de partidarios de la "organización terrorista" del predicador Fetulá Gulen viven en Alemania, ha afirmado, subrayando que son culpables del intento de golpe de Estado contra él en 2016. El poder judicial turco es, por cierto, independiente, ha dicho en relación con las críticas alemanas contra los procedimientos contra ciudadanos alemanes encarcelados en Turquía.
Turquía aspira a que Alemania considere a los partidarios de Gulen como una organización terrorista y pide la extradición de decenas de turcos residentes en Alemania y que Ankara considera vinculados a la trama golpista.
Según los medios de comunicación, el Gobierno turco exigió la extradición de personas sospechosas de terrorismo en Turquía poco antes de la visita.
El conocido periodista Can Dündar, que vive exiliado en Berlín, también está en la lista. A pesar de estar acreditado para la rueda de prensa, el antiguo editor jefe del periódico crítico 'Cumhuriyet' canceló en el último momento su asistencia por supuestas amenazas de Turquía de suspender la rueda de prensa.
"Ese es nuestro derecho natural", ha insistido Erdogan al ser preguntado al respecto. Dündar es un "agente", ha declarado, recordando que hizo públicos secretos de Estado por lo que fue condenado a cinco años y diez meses de prisión por ello.
PROTESTA DE UN PERIODISTA TURCO
Durante la rueda de prensa se ha producido un incidente. Un hombre ha tenido que ser sacado de la misma por las fuerzas de seguridad, mientras los dos mandatarios seguían lo ocurrido en silencio. Se trataba de un periodista turco que llevaba una camiseta donde se podía leer "Libertad para los periodistas en Turquía" y que poco antes había estado haciendo fotos de la comparecencia.
La visita de Erdogan a Alemania, un país donde residen cerca de tres millones de turcos, pretende limar asperezas tras una serie de desencuentros diplomáticos que a lo largo de los últimos meses han enfriado las relaciones entre ambos Gobiernos.
Berlín se blindó con ocasión de la llegada del presidente turco. Las autoridades desplegaron 5.000 agentes de Policía en las calles de Berlín y muchas zonas de la capital quedaron bloqueadas.