Mi bota ¿Dos números más? ¡Nunca!

Alquilar botas de esquí o snowboard uno o dos números mayor del habitual es un error muy común en los esquiadores

Sierra Nevada Gabinete
Esquiadores en Sierra Nevada | Foto: Archivo
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La bota es quizás la parte más importante y que mejor se debe adaptar al esquiador. Razón de más, cuando se alquilan o se compran botas se debe prestar atención a que se ajusten perfectamente a nuestro pie. Los principiantes, sin embargo, piensan que utilizando mayor número del habitual van a ir más cómodos. Este es un error habitual y peligroso, más incluso cuando se usa una bota dos números mayor del habitual.

Esa sensación de comodidad desaparece enseguida. De hecho sólo se produce al comienzo, en el momento que se prueba la bota. Al poco de empezar, el esquiador notará que su pie se mueve dentro de la misma. En ese momento lo habitual es realizar una serie de ajustes extremos en los cierres de la bota que provocarán dolor puntual y sensación de movilidad del pie en otras zonas. Lo ideal, para evitar esto, es que los establecimientos de alquiler y venta de botas cuenten con plantillas para medir el pie. De esta forma vamos a asegurarnos dar con el tamaño adecuado.

De todas formas, existe un modo de saber si la bota es de nuestro número. Primero, una vez puesta, se debe abrochar los cierres de la espinilla, dejando el resto sueltos para que el pie pueda colocarse en su sitio. Para hacer esto, habrá que ponerse de pie y flexionar las rodillas. En esta posición el talón se va hacia atrás, permitiéndonos comprobar que el dedo gordo no toque la punta de la bota en esta posición de flexión. Si lo hace, sabremos que el número es pequeño para nosotros. Después, al extender la pierna, debemos comprobar que el dedo gordo sí toca la punta ligeramente, pero nunca causando molestia. En resumen: al estirar la pierna, el dedo gordo debe tocar la punta, si no lo hace la bota será grande; y si al flexionar, el dedo toca el final de la bota sabremos que es pequeña.

Este proceso, generalmente, se toma un poco a la ligera. Cada uno pide su número de bota o incluso uno mayor por miedo a que le apriete y raras veces comprueba que sea realmente su talla antes de esquiar. En definitiva, es totalmente necesario hacer este “examen de pie” para saber cuál es el tamaño correcto y así estar listos para esquiar con comodidad y seguridad.