Mi centro de salud
A muchos les habrá pasado: te levantas con algo de fiebre y malestar e intentas pedir una cita con tu médico, pero no están ni abiertas
Hay situaciones y vivencias que apenas encuentran hueco en la información que nos llega diariamente. Comparto que nos preocupe la investidura del presidente del Gobierno de España, la terrible situación de Palestina o la guerra que está librando Ucrania, por su importancia en el devenir de nuestro país y del mundo. Pero también a nuestro lado, en nuestra ciudad y en Andalucía, están sucediendo cosas que influyen en nuestras vidas y marcan una línea de futuro muy preocupante.
A muchos de los que lean esta columna les habrá pasado lo mismo que a mí. Te levantas con algo de fiebre y malestar e intentas pedir una cita con tu médico de cabecera en tu centro de salud. Por internet, claro. ¡Sorpresa¡ No es que tengas que esperar un día o dos, o quince, es que no están abiertas las citas para que te vea tu médico. Y hablo de atención primaria. Llamas por teléfono para preguntar si te pueden atender de algún modo. La misma respuesta. Pregunto, ¿y qué hago si me pongo peor? "Pues se acerca a urgencias". Es decir, o se te pasa con los días o te medicas por tu cuenta o vas a unas urgencias saturadas o te mueres sin más. Ah, se me olvidaba, o tienes un seguro privado para que te atiendan.
No es una broma, esto está sucediendo en nuestros centros de salud, en nuestros barrios, ante la indolencia, ineficacia y abandono de la Junta de Andalucía. No hablo ya de las lista de espera y de la desesperación de tantas personas con situaciones graves que no son atendidas. Ni de los muchos problemas que tiene el personal sanitario. Hablo de lo más cercano, donde vamos la mayoría de la gente, donde se puede detectar si tienes un problema serio de salud.
En Andalucía teníamos a gala contar con una excelente sanidad, con cercanía en la atención primaria. Un modelo que nos hacía sentirnos iguales, acogidos, acompañados, cuidados y orgullosos de lo que en poco tiempo habíamos logrado. Lamentablemente esto ha cambiado. El abandono por parte de la Junta que preside Moreno Bonilla es alarmante. Me indigna oírle hablar de que se puede quebrar la igualdad de los españoles si se concede la amnistía a un grupo de personas de Cataluña, cuando no se preocupa de lo que es su responsabilidad primera como presidente de Andalucía, ocuparse de la igualdad y el bienestar de todos los andaluces y andaluzas y arreglar el desastre en el que está convirtiendo la sanidad de nuestra tierra.
Pero, ¿por qué se ha dado este rápido deterioro? No me cabe duda de que la primera y principal razón es el menosprecio hacia el sistema público, que es el que asegura el acceso en igualdad de toda la población, cohesiona y fortalece a una comunidad y nos hace sentirnos realmente ciudadanos. Y no pasa solo en sanidad, el abandono de lo público y el apoyo a lo privado se acentúa en la educación, en las Universidades y en otros muchos servicios. Pero creo que hay más. También es patente un deficiente ejercicio de la responsabilidad política, que implica mucho trabajo diario, conocimiento de los problemas y capacidad e interés para resolverlos. Vamos, que para hacer una buena gestión hay que remangarse y trabajar, y eso cuesta mucho.
No sé si es vagancia, indolencia, dejadez, desconocimiento o falta de compromiso. Lo cierto es que si no se ponen soluciones, en poco tiempo veremos resquebrajarse un modelo de salud y bienestar que tanto trabajo ha costado montar. Tal vez haya que comenzar por tener un principio básico, creer en ese sistema público que es común para todos y promueve la igualdad real. Me temo que ese principio no sustenta el ideario de quienes ahora gobiernan Andalucía.