Microsoft enseña a un robot a tener sentido del humor
La idea del proyecto surgió hace un año cuando una desarrolladora de Microsoft, Dafna Shahaf, asistió a una conferencia que dio Mankoff sobre el archivo de viñetas
Aún existen algunas áreas que siguen presentando grandes dificultades para la Inteligencia Artificial, y el humor es una de ellas. Disponer de un sentido de humor es una cualidad personal única que es conocida por la dificultad de definirla. Lo que hace reírse a una persona y a otra fruncir el ceño puede resultar casi imposible de predecir. Una iniciativa del New Yorker y Microsoft pretende dilucidar si la Inteligencia Artificial puede llegar a calificar el humor.
Por ello, Microsoft y New Yorker están trabajando en un sistema de Inteligencia Artificial propio, un robot que tenga sentido del humor. El editor jefe de la revista, Bob Mankoff, ha colaborado con investigadores de Microsoft en un proyecto de Inteligencia Artificial cuyo objetivo es enseñarle a una computadora qué contenido es gracioso para la mayoría.
Una de las secciones más exitosas del New Yorker son sus famosas viñetas cómicas. La revista notoriamente publica una viñeta sin texto cada semana, y pide a sus lectores que manden sus sugerencias para el texto que acompañará a la viñeta. Entonces los editores eligen tres de estas sugerencias y piden a los lectores que voten al mejor.
La revista tiene más de 5000 sugerencias cada semana, y esto hace cada vez más difícil decidir cuál elegir. Los asistentes del editor de viñetas de la revista, Bob Mankoff, tienen graves problemas a la hora de ver todas y decidir cuál es la más ingeniosa y graciosa.
En estos momentos, ambas empresas se encuentran entrenando a la máquina con todas las viñetas antiguas del New Yorker para dar al ordenador un conocimiento de su tipo de humor. Se van a dar detalles sobre cómo se ha realizado este proceso el próximo 13 de agosto, en una conferencia en Sidney.
La idea del proyecto surgió hace un año cuando una desarrolladora de Microsoft, Dafna Shahaf, asistió a una conferencia que dio Mankoff sobre el archivo de viñetas. Quedó completamente entusiasmada con el proyecto. Una idea empezó a rondar por su cabeza, como recoge Bloomberg, "¿Podría enseñar a una computadora a evaluar con exactitud qué viñetas son graciosas y cuáles no?"
De momento, se está llenando la memoria del ordenador con todos los chistes imaginables. Han dividido los elementos del humor en contexto y anomalía, llegando a la conclusión de que los buenos chistes comparten propiedades comunes, y que un análisis sistemático debería desvelarlas. La cuestión es cómo llegar hasta estas primitivas de humor y si puede ayudar el aprendizaje de las máquinas.
Durante los últimos meses, los investigadores de la Inteligencia Artificial han dado pasos de gigante para igualar el rendimiento humano en todo tipo de tareas que, hasta ahora, se habían considerado casi imposibles para los ordenadores, como es el caso de Google.