Motivos por los que los 'smartphones' resistentes al agua son un inventazo
Todos los móviles deberían ser ya resistentes al agua. ¿Queréis motivos?
Los móviles resistentes al agua ya tendrían que ser la norma. Cierta compañía japonesa lo ha incorporado a todos sus buques insignia y a algunos de sus terminales más económicos y es una característica que no entendemos muy bien por qué no la han copiado ya todos y cada uno de los fabricantes. Otra empresa, en este caso coreana, lo intentó con su último y galáctico buque insignia. Y aunque el resultado no fue tan redondo, eso no debería impedirles seguir por ahí. Todos los móviles deberían ser ya resistentes al agua. ¿Queréis motivos? Ahí van unos cuantos:
- Para los días de lluvia: Este primer motivo no tiene la misma importancia para un asturiano que para un canario. Pero por evidente que parezca, no la tenemos muy en cuenta. Según datos del Instituto Nacional de Metereología en ciudades como San Sebastián (líder con 140 días), Santander, Oviedo o Vitoria llueve más de 100 días al año. Pero no sólo en el norte. En Tenerife, Cáceres o Cuenca llueve entre 60 y 90 días al año, lo que puede llegar a ser el 25% de los días de un curso.
Independientemente de donde seas, hay que tener en cuenta lo incómodo que es hablar por un teléfono cuando llueve y no tienes paraguas. Sin mencionar que la pantalla se vuelve inservible si queremos realizar otras acciones. Si quieres 'wasapear' bajo la lluvia, la única forma es con uno de estos teléfonos.
- Luchar contra la torpeza en el cuarto de baño: Cuantos teléfonos, y lo que no son teléfonos, se habrán estropeado porque hemos pasado un momento de mano blanda y se nos han caído en el inodoro o la ducha. Un momento en el que piensas que eres el ser humano más estúpido del planeta y en el que juras y perjuras -aunque muchas veces hay recaídas- que nunca más te va a pasar. Mejor asumir que es un peligro y tomar precauciones. O ir al baño sin teléfono móvil. Aunque yo no podría estar tanto rato sin mirar Twitter....
- Olvida el sudor: No, no soy runner, como la gran mayoría de mis amigos. Sobre todo los casados. Pero sí voy al gimnasio. Si me llaman mientras estoy allí, intento cogerlo pero la pantalla se llena de sudor y mi terminal se vuelve loco. O consigo un móvil impermeable o dejo el gimnasio. No descarto hacer las dos a la vez.
- Tranquilidad en la playa o piscina: Suena lejano pero en pocos meses llega temporada de playa y piscina. A muchos no les importara cuidar su terminal, pero los amantes de la tecnología querrán que sus dispositivos estén lo más cuidado posibles. Evitar que caiga agua encima del teléfono en verano es muy difícil.
- Todos somos carne de 'fail': A veces el karma nos golpea. Llevamos años riéndonos de los vídeos de caídas y golpes que proliferan en YouTube. Cualquiera de nosotros puede sufrir un pequeño accidente y terminar empapado, que tus amigos te hagan una broma y te tiren a una piscina o acabar en una fiesta salvaje saltando sin recordar que tenemos un teléfono recién comprado en el bolsillo.
- Tu amigo el patoso...: Antes hablábamos de tener un día tontorrón y que se nos caiga el móvil al inodoro. Peor es estar en un bar y que cualquier amigo o nosotros mismos derramé encima del aparato una cerveza o un refresco encima. Por una tontería se pueden ir muchos cientos de euros a la papelera.
- Tu madre y la lavadora: Otro clásico. Dejar cosas en los bolsillos del pantalón y que terminen dentro de una lavadora. Cuando pasa con un billete de cinco euros no nos cabreamos pero si lo que se tira una hora centrifugando es el último modelo de iPhone o nuestro nuevo Samsung la cosa no es tan graciosa. Revisa los bolsillos antes de lavar y si eres de los que lava la ropa su madre y tienes más de 35 años, deberías pensar en independizarte.
- Pásate los selfies: El monstruo final en el videojuego de hacerse autofotos. ¡El selfie acuático! Parece una tontería, pero en pocos meses seguro que tenemos cientos de ellas cada día en las redes sociales, por mucho que por aquí odiemos un poco los autorretratos y los dichosos palitos...
- Por molar: Ni más ni menos. Muchas veces entramos en competiciones cuñadiles con el recurrente "mi teléfono mola más que el tuyo por tal y por cual". Pocos argumentos más convincentes que tu móvil sea sumergible. Algo parecido a cuando te gastabas una pasta en un reloj que se podía sumergir 100 metros bajo el agua y luego veraneabas en La Manga del Mar Menor.