Mujeres granadinas en lucha por dar a Granada y su gente una vida mejor
Rosa García, Laura Guillén y Marta Castillo se erigen como tres figuras imprescindibles en la batalla por los derechos de los granadinos en diferentes ámbitos
El 8 de marzo siempre será un día para que las mujeres se unan y alcen la voz para seguir denunciando las injusticias y discriminaciones que sufren en diversos ámbitos de la vida. Sin embargo, en esta fecha tan señalada también es importante recordar y homenajear a aquellas mujeres que dedican su vida a mejorar la de los demás. A pelear incansablemente para evitar y enmendar los problemas que la sociedad granadina sufre día tras día. Es por ello que, en este Día de la Mujer, GranadaDigital ha querido darle importancia a tres figuras, de las muchas que hay, que son imprescindibles en la lucha de la ciudadanía granadina, porque sin ellas, Granada no seguiría avanzando.
En los últimos años, uno de los problemas que más ha preocupado a la sociedad granadina, especialmente a los vecinos de la zona Norte, ha sido los cortes de luz. En esta batalla por tener una vida digna y disfrutar del suministro que los residentes de este barrio pagan religiosamente, Rosa García, presidenta de la Asociación de Vecinos Nueva Cartuja se erige como la voz y cara de esta lucha que al fin parece ver su fin.
Desde hace seis años, esta granadina vive, junto al resto de sus vecinos y ya prácticamente familia, una batalla incansable a raíz de pasar "12, 16 horas y hasta días completos sin luz. Viendo que pasaba un mes, que pasaba otro, que pasa un año y no había solución alguna, una tarde que quedamos con el párroco del barrio nos comentó que no había una asociación de vecinos en el barrio que luchara por un derecho tan fundamenta como el de tener luz. Nos animamos a levantar una asociación de vecinos, que éramos todo mujeres en aquel momento y ya van cinco años dentro de la asociación".
Rosa García, que cuenta entre risas cómo asumió la presidencia de la asociación con total "ignorancia" de lo que esto supondría, admite que todo este largo y en ocasiones tormentoso camino ha sido un gran "aprendizaje". "Yo pensaba que lo de ser presidenta era otra cosa. Cuando llegó la hora de las juntas de distrito, de hacer registros... yo solo me acordaba del párroco. Aprendí a manejar el ordenador gracias al director del centro cívico, Antonio Madrid, que me enseñó a echar un registro en el Ayuntamiento o en la Junta. Pero todo esto ha merecido la pena".
Tras seis años de lucha, parte de la zona Norte ya puede decir con orgullo que llevan un mes completo sin un solo corte de luz. Esto no habría sido posible sin la figura de Rosa García, aunque ella misma asegura que no ha sido la persona que ha ayudado a otras, sino que ha sido "la que ha alentado a otras personas a luchar por lo que era nuestro. No he sido yo sola. Tengo un equipo detrás estupendo. Sin mis compañeros de la asociación hubiese sido imposible. Ver cómo la gente se acerca para agradecerte tu trabajo merece mucho la pena. No soy quien lo ha llevado adelante sola, pero sí soy la que pone la cara y el nombre. Detrás mía hay muchas personas ayudando y luchando".
Junto a Rosa García aparece la figura de Laura Guillén, vicepresidenta de la Asociación de Vecinos Nueva Caruja y figura imprescindible en la batalla del distrito Norte y, especialmente, en la de las mujeres del barrio. Hace 30 años que Laura Guillén aterrizó en Granada para, con su bondad e implicación hacia prójimo, traer a la ciudad una luz de esperanza y futuro para las mujeres. Desde el polígono de Cartuja, Laura comenzó un trabajo incansable hacia la mujer más desfavorecida que ha hecho que decenas de personas puedan encontrar una nueva vida. “Había una mujer que trabajaba en la prostitución y que gracias a unos programas de ayuda a domicilio que yo llevaba logró salir de ella. Cuando la veía me decía, ‘Laura, qué bien estoy. Estoy sin trabajar y me están pagando porque tengo vacaciones’. Esto era la primera vez que ella lo vivía”.
La historia de Laura Guillén daría para rellenar cientos de páginas de la cruda realidad que les toca vivir a algunas mujeres. Malos tratos, violencia, soledad, incomprensión… Con su trabajo, esta granadina ha sacado de la oscuridad a muchas personas. Mujeres a las que ha tenido que “rescatar” de madrugada para que no las encontraran o a menores. A las trabajadoras del hogar, cuya asociación en Granada puso en marcha en 1996, una vía con la que consiguió denunciar las precarias condiciones que soportaban la mayoría de las mujeres de Cartuja, todas ellas empleadas del hogar. “Después de tantísimos años, logramos formar una plataforma local de trabajadoras del hogar, unida a la plataforma nacional. Gracias a esto trabajamos mucho para que pudieran llegar a estar dadas de alta, aunque solo fuese una hora”.
Su historia ha estado siempre unida a la lucha de las mujeres, incluso ahora, ya jubilada, sigue dedicando sus días a ayudar al prójimo. “Mi única pretensión siempre ha sido que la persona se gane la vida, que sea independiente, que pueda disfrutar y ya está. También sigo con la Asociación de Vecinos de Nueva Cartuja, en la plataforma contra los cortes de luz. Allí donde hay una injusticia siento la vocación de estar ahí. Son 30 años de dedicación, pero no pierdo la ilusión ni la pasión”.
Con la llegada del Día de la Mujer, Laura Guillén recuerda todas las historias de esas mujeres a las que ha ayudado a salir adelante y reconoce que, para ella, este día tan señalado debe ser una jornada para “sacar a la luz que hay que considerar a la persona y tenerla en cuenta por lo que es. Que la mujer, en muchos momentos, ha estado muy encerrada, incluso desaparecida en algunas zonas”. Y es que, aunque en estos 30 años de lucha los avances en materia de igualdad han sido evidentes, para Laura aun quedan muchos temas por tratar. “Tenemos que seguir trabajando para que la mujer marroquí, que vive mucha sumisión y mucha dependencia, vea que vale por sí misma y que puede salir adelante. Que pueda buscarse la vida sin tener que depender de nadie. Tenemos que hacerles ver, como con las mujeres maltratadas, que van a sanar y van a poder crecer. En el caso de las mujeres marroquíes, que salgan de sus casas, que aprendan español porque hay mujeres que incluso con 10 y 12 años viviendo aquí no saben hablarlo y es porque no las han dejado salir. Todo esto tenemos que sacarlo a la luz”.
Tras 30 años de completa dedicación a la mujer y a Granada, Laura Guillén recibirá este viernes un reconocimiento por parte del Ayuntamiento de Granada por su “quehacer cotidiano, que han sido y son, referentes en la sociedad granadina”. Con este homenaje y agradecimiento a su labor, un agradecimiento que ella misma reconoce que es “emocionante, aunque soy la menos indicada porque las que merecen esto son todas esas mujeres que se tienen que buscar la vida cada día se lo merecen mucho más que yo”, Granada rinde homenaje a una mujer sin la cual la sociedad no sería como es actualmente. Porque en días como este 8 de marzo, es imprescindible recordar que se necesitan más mujeres como Laura Guillén y Rosa García, pilares fundamentales de la sociedad granadina, de su presente y su futuro.
Si de progreso y visibilidad se habla, el nombre de Marta Castillo, presidenta de Cermi Andalucía, aparece con fuerza y valentía para reivindicar y luchar por el lugar, las oportunidades y la igualdad que merecen las personas con discapacidad. Castillo, que comenzó su andadura en el plano asociativo con la asociación ‘Pisando Fuerte’, pasó a trabajar como orientadora en Fegradi, organización en la que fue creciendo profesionalmente hasta llegar a formar parte de la directiva. Actualmente, es la cara y el nombre de Cermi Andalucía, posición desde la que lucha para mejorar la vida de las personas con discapacidad.
Para Marta Castillo su mayor logro pasa por “dar visibilidad a las personas con discapacidad. Poder estar presente en todos los actos e ir consiguiendo que las entidades de discapacidad seamos reconocidas como agentes sociales y como interlocutores con las diferentes administraciones”. Con su incansable labor, las personas con discapacidad van consiguiendo cada vez mayores reconocimientos y oportunidades, pero la presidenta de Cermi Andalucía reconoce que aun queda mucho trabajo por hacer, especialmente con las mujeres con discapacidad.
“Las mujeres con discapacidad vivimos mayor desigualdad. Además, la tasa de violencia machista es más alta, al igual que la tasa de desempleo. Reivindicamos una educación más inclusiva, así como el derecho a una salud reproductiva y unas consultas ginecológicas accesibles ya que hay muchos hospitales en las que no existen”, explica Marta Castillo a lo que añade que el camino que Granada debe recorrer pasa por que el “movimiento asociativo de mujeres con discapacidad esté presente en todos los órganos de gobierno, en el consejo provincial y municipal de la mujer. Que estemos donde se toman las decisiones y se puedan hacer aportaciones. Que haya programas específicos para mujeres con discapacidad, tanto desde parte del Ayuntamiento como de la Diputación. También la accesibilidad en la comunicación, a la hora de ir al médico, de hacer cualquier trámite burocrático y que los sitios sean accesibles”.
En días como este 8 de marzo, es imprescindible recordar que se necesitan más mujeres como Laura Guillén, Rosa García y Marta Castillo, pilares fundamentales de la sociedad granadina, de su presente y su futuro.