Una nave para seguir repartiendo solidaridad por todo el mundo
La asociación Guardias Civiles Solidarios recauda fondos para encontrar un nuevo espacio en el que almacenar los alimentos y productos que después serán donados
La solidaridad es una de las facetas del ser humano más preciadas. Sin la ayuda que la sociedad presta en los momentos más complicados, como en una catástrofe natural o una guerra, el mundo sería un lugar peor. Sin embargo, siempre hay una mano salvadora, un hombro en el que llorar o en el que transportar kilos y kilos de comida para ayudar al que más lo necesite. Ahora, más que nunca, en este contexto de crisis por la inflación sobrevenida por la guerra de Ucrania, asociaciones como la de Guardias Civiles Solidarios son más importantes que nunca.
Hace ya nueve años, José Cabrera, Roberto Narro, José Luis y Juan Antonio, decidieron crear “algo grande”, una estructura que les permitiese ayudar a la gente dentro de sus límites. De forma totalmente altruista y sin subvenciones, estos cuatro compañeros de profesión emprendieron un viaje que hoy sigue siendo vital. Lorca, Filipinas, Nepal, Ucrania y, sobre todo España, son algunos de los lugares en los que la asociación ha prestado sus servicios.
La campaña realizada para ayudar a los ciudadanos ucranianos fue una de las que más repercusión tuvo en Granada. En apenas un mes, Guardias Civiles Solidarios logró recaudar 300 toneladas de alimentos, once camiones que viajaron desde la ciudad de la Alhambra con destino a Ucrania y que consiguieron cruzar la frontera para repartir comida, ropa, medicinas… todo lo necesario para que quienes peor lo estaban pasando pudieran sobrevivir.
El siguiente proyecto de la asociación, independientemente de las campañas que siempre siguen abiertas, es conseguir una nave donde almacenar todos los productos y materiales que los ciudadanos donan y que, posteriormente, ellos repartirán entre los más necesitados. Según cuenta Jose Luís, tesorero de la organización, actualmente los alimentos, ropa, juguetes, medicinas y distintos productos se concentran en una nave cedida por ‘Bodegas Espinosa’, pero se ha quedado obsoleta. “Necesitamos un espacio nuevo, de unos 300 metros más o menos, donde podamos almacenar todo lo que recibimos y que además pueda entrar un trailer”.
Para conseguir este nuevo espacio, Guardias Civiles Solidarios está recaudando fondos a través de diversas vías como mercadillos o donativos. “Por ahora llevamos recaudados más de 2.000 euros, pero aun no es suficiente. Estamos buscando cualquier solución, incluso una nave que sea de alquiler con derecho a compra. También hacemos un llamamiento a las empresas o entidades granadinas para que, si pueden, nos echen una mano”.
La asociación no recibe ningún tipo de ayuda por parte del Estado, su única vía de ingresos son las donaciones, el dinero que sus socios aportan anualmente, que es una cifra significativa de 20 euros y los sponsor que figuran en su furgoneta, por el que reciben 800 euros al año.
Dado el escaso fondo económico del que disponen, su labor tiene aun más mérito. “Hemos hecho de todo. A la Palma llevamos un rastrillo inventado por una empresa granadina que servía para quitar las cenizas. Hemos pagado el tratamiento auditivo para un pequeño de Ucrania, un desfibrilador… También hemos estado en Nepal, cargando mochilas con 30 kilos de alimentos a más de 3.000 metros de altura. Allí donde se nos necesite, vamos a estar”.
Su ayuda no solo se centra en el reparto de enseres o productos de primera necesidad. La asociación quiere seguir creciendo y ahora dispone de una estación de drones que usan para la búsqueda de personas desaparecidas en la provincia, la última, la de Lorenzo Román.
Con tantos frentes abiertos y tantas personas a las que ayudar, Guardias Civiles Solidarios necesitan urgentemente una nueva nave en la que almacenar todos los alimentos y productos. “Esto no es para nuestro beneficio, es un acto completamente altruista y queremos que tanto la población que quiera ayudar, como las empresas e instituciones sepan que esta acción servirá para poder ayudar a miles de personas que lo necesitan. Granito a granito se puede llegar muy lejos”.