Navidad y niños: consejos para disfrutar en familia
Las emociones están a flor de piel y pasar de la risa al llanto puede ser cuestión de segundos pero ¿es posible manejar mejor esta montaña rusa emocional?
Estas fechas son para compartirlas con la familia y los amigos pero los más pequeños las viven con especial ilusión por la visita de Papá Noel y los Reyes Magos. Las emociones están a flor de piel y pasar de la risa al llanto puede ser cuestión de segundos pero ¿es posible manejar mejor esta montaña rusa emocional?
Según explica a Infosalus Silvia Álava, psicóloga infantil y autora de 'Queremos hijos felices' (JdeJ Editores, 2014), el mejor mensaje en estas fiestas es tratar de ver la Navidad con los ojos de los niños, una visión repleta de magia, optimismo y alegría.
Aunque para Álava lo más importante es tener en cuenta la edad del menor y saber adaptarnos a su momento evolutivo, la psicóloga apunta a Infosalus algunas cuestiones sobre las tradiciones y los momentos festivos que viven en estas fechas niños y mayores y ofrece algunos consejos para los papás:
* Cenas y trasnoche: lo primero es ser conscientes de la edad del niño y no hacerle trasnochar si no lo desea y se está quedando dormido, algo que puede resultar inevitable con dos años de edad. En los más mayores se pueden hacer excepciones pero si aparece el sueño hay que ser conscientes de que no pasa nada si se pierden la cena y aunque sea Navidad no se les pueden exigir costumbres no adaptadas a su edad.
* Vestimenta para momentos especiales: en cuanto a los códigos de vestimenta, aunque los padres elijan la ropa de fiesta, ésta debe ser cómoda para los niños. "No se va a dejar al niño vestir con un chándal, pero tiene que primar la comodidad y explicarles que mamá y papá van a elegir algo apropiado para la ocasión", apunta la psicóloga.
* Educación sí, los besos no son obligatorios: estamos en unas fechas cargadas de estímulos, encuentros con amigos y familiares o reuniones sociales y los niños pueden estar especialmente nerviosos pero esto no significa que no deban guardar unas mínimas reglas de educación como saludar cuando alguien llega a casa.
"Obligar a que los niños a que den besos a todo el mundo es un error, hay que respetar la voluntad del niño, las reglas de cortesía señalan sólo que hay que decir hola y adiós o dar las gracias", aclara Álava.
* Coherencia con el carácter religioso: las Navidades tienen un marcado trasfondo religioso por eso la psicóloga señala que hay que ser coherentes, si no se desea integrar en la vida del niño la religión es mejor no montar el belén en casa y no contar una historia paralela diferente al niño para no confundirle.
* Si nos dan las uvas: hay que ser realistas y guiarse por la edad del niño, si está animado podemos dejarle quedarse a tomar las uvas y participar de la tradición pero si están somnolientos y cansados o irritables es mejor dejarles que se metan en la cama. Si se quedan a las campanadas se pueden partir las uvas pequeñitas para que puedan tomarlas y así integrar desde pequeños la tradición.
* Cabalgatas y encuentros con los Reyes Magos: es muy común el miedo a los Reyes Magos por la mezcla de emociones que se presentan en los niños porque van a venir con regalos, saben cómo se han portado durante todo el año, no se les puede ver cuando llegan por la noche y conocen toda su vida. "No hace falta que el niño toque al rey mago o incluso lo tenga que besar, que lo vea es suficiente, hay que entender que es normal que les den miedo", señala Álava.
* Regalos y publicidad: hay que poner freno a la sociedad de consumo que en estas fechas convierte a los niños en objeto de sus campañas de publicidad y para ello los padres deben contrarrestar esta avalancha publicitaria y trasladar al niño el mensaje de que no será más feliz por tener más o menos juguetes. "Los estudios científicos han demostrado que tener más juguetes no aumenta la felicidad de los niños", apunta Álava. Es recomendable además evitar que tengan acceso a una profusión de catálogos y de anuncios televisivos de juguetes.
* Expectativas ante los regalos: manejar la frustración ante la falta de un juguete o ante uno que no le gusta al niño es una labor del adulto, quien en ocasiones es el principal frustrado ante las reacciones de los más pequeños. "En estos casos lo primero es enseñar al niño a dar las gracias por el regalo, enseñarle a valorar el esfuerzo que realiza la persona al regalar y no dar derecho a una pataleta o rabieta", aconseja Álava.
* Mantener la magia: hasta al menos los 8 años se puede mantener en los niños sus creencias sobre la existencia de los Reyes Magos y Papá Noel, eso sí, la psicóloga aconseja que la familia pacte unos pocos regalos para los niños. "El exceso de regalos puede conducir a que no los valoren y en otros casos la crisis puede llevar a que no existan medios económicos suficientes, por ello es importante que las familias se pongan de acuerdo".
Los derechos de autor del libro de Álava serán donados en su integridad a la Asociación Nuevo Futuro.