Críticas musicales: Aurora – Géminis
- ¿Y ahora qué hacemos?
- ¡Caminar!
- Pero… ¿en qué dirección?
- En el desierto interno no hay direcciones, sencillamente hay que andar.
En este diálogo extraído del cómic El hombre de Ciguri, de Moebius, subyace la esencia de la postmodernidad, ese paradigma que aún rueda y que produce artefactos culturales cercanos a un collage de diferentes estilos. Aurora, en la cumbre de las bandas emergentes de Granada, representa mejor que nadie ese pop de la generación Youtube: una música con múltiples influencias. “Géminis” (PIAS Iberia & Latin America, 2013) es una casa dream pop con alfombra psicodélica, cuadros noises y rincones adornados de kraut y electrónica.
Los hermanos Bolívar componen una de las formaciones que en la actualidad está renovando el panorama indie de la escena local, un tanto estancada en los últimos años con derivados de los grupos veteranos: Los Planetas, Niños Mutantes… No es que renieguen del legado, sino que revisten a su manera el sonido y asimilan, con un criterio muy personal, la música popular más excitante del momento.
Su estreno discográfico les ha llevado a salir de la ruta local y girar a lo largo del país por distintas salas y festivales. Además, el pasado verano dieron el salto a Latinoamérica para actuar en el Festival Hermoso Ruido celebrado en Colombia y promocionar su debut por tierras mexicanas.
“Géminis” es una huida hacia un universo compuesto por reverbs y delays, donde la sugerente voz de Javier remite a la seguridad de la infancia, esboza planes de escapada frente a la dualidad humana e insta a desaparecer y resurgir con mayor plenitud. A veces parecen abrirse diálogos con algún ente etéreo o divino, de ahí el toque místico y esotérico del álbum. Los mantras contenidos en algunas canciones, junto con las atmósferas cálidas y vaporosas próximas a la psicodelia y al dream pop más actual (Frankie Rose, Lotus Plaza…), producen minutos hipnóticos y envolventes.
"Ave Fénix" supone un comienzo electrizante de ritmo persistente, "Transparente" es el pop de voces cristalinas y guitarras que alzan el vuelo hacia la luz supraterrenal, "Hiperdesierto" la transfiguración, la realidad que se torna en espiral a golpe de kraut y magma psicodélico y en "Islas" se busca el instante perfecto, en balsa y con un fondo de teclado cósmico.
Hay más, y variado, con un final de disco donde se deja paso a los loops y a la electrónica, que deja el camino de la banda abierto a otras sonoridades, a otras texturas: en "Luminarias" se deja ver la influencia de los últimos Animal Collective y, como cierre, una pieza instrumental donde los sintetizadores acaparan el protagonismo.
En tiempos de crispación y furia contenida hay quienes abogan por la urgencia y usan la música como contenedor de sables afilados. Otros tratan de sublimar y crear canciones a través de un caleidoscopio de referencias estéticas que sirva de guarida; en este caso en el universo Aurora.