Historia Ilustrada de Granada. Capítulo sexto: La Alhambra Nazarí
La Alhambra ha constituido desde sus orígenes uno de los epicentros políticos del al-Ándalus y centro de confrontación militar y civil que desestabilizaron el reino de Granada. Se trata de una ciudadela habitada desde tiempos inmemoriales, mucho antes de la llegada de los musulmanes, aunque fueron éstos quienes la concibieron como lo que es: uno de los monumentos más célebres del mundo. Es el único palacio real musulmán medieval, incluido el mundo árabe, que ha sobrevivido hasta hoy.
El fundador de la dinastía Nazarí, al-Ahmar (el Bermejo) decidió fijar en este lugar su residencia, edificando un conjunto palaciego al abrigo de La Alcazaba para garantizar su poder, concibiendo todo el conjunto como una inexpugnable ciudadela.
El complejo defensivo de toda la Alhambra conformaba una ciudad a todos los efectos, que convivía con Granada, pero prácticamente independiente de ella. Estaba compuesta por tres partes claramente diferenciadas: la Alcazaba, la fortaleza que protegía a todo el recinto y su carácter era exclusivamente defensivo; la zona palaciega, que ocupaba la parte que se asomaba a Granada, como observándola.
Estaba compuesta por suntuosos palacios para residencia del rey y recibimiento de embajadas.
LOS REYES DE LA ALHAMBRA
[spacer style="3"]Granada ha tenido muchos reyes a lo largo de su historia. El primero en declararse como tal fue Zawi Iben Zirí, en el siglo XI, y el último, el famoso Boabdil, quien firmó la rendición de Granada ante los Reyes Católicos. Pero fueron los reyes nazaríes los que le dieron el esplendor y prestigio a Granada que ha trascendido en el tiempo, un legado que ha llegado hasta nosotros. 25 fueron los reyes nazaríes que construyeron la Alhambra esplendorosa que hoy conocemos. Todos fueron grandes enamorados de Granada, que la engrandecieron en más o menos medida, destacando entre ellos Yusuf Ismail y su hijo Muhammad V.
LEYENDAS
[spacer style="3"]Durante una de las luchas entre los cristianos y los granadinos, la hija del comendador de Martos, Isabel de Solís, fue capturada por los ejércitos de Muley Hacén. Una vez en la Alhambra, la joven doncella fue encerrada en una torre de la Alhambra, que finalmente adoptaría el nombre de “la Cautiva“. El poderoso Muley Hacén se enamoró locamente de la bella doncella, tanto que le cambió el nombre por el de Zoraya y la tomó por esposa. El matrimonio no fue bien recibido en la Corte.
Los abencerrajes se opusieron y contaron con la complicidad de Aixa, la madre de Boadbil, que logró que el rey se viera obligado a abdicar y a exiliarse al castillo de Mondújar.