No hubo cabezas de cartel… aunque estaban señalados
La organización ha dejado en manos de la familia XX el peso del cartel de hoy, ha pretendido que The XX y Jamie X, mantuvieran en vilo a una media de 30.000 personas aproximadamente durante 3 horas
Hoy más que nunca el festival de la ciudad condal ha echado de menos a Frank Ocean, que se cayó del cartel hace poquito tiempo. El espacio justo para parchear, contratando a Jamie X, el último gran nombre del escenario Heineken de la noche, ahí es nada. La organización ha dejado en manos de la familia XX el peso del cartel de hoy, ha pretendido que The XX y Jamie X, mantuvieran en vilo a una media de 30.000 personas aproximadamente durante 3 horas. En realidad no es mala solución, pero si no te gusta The XX, te ves abocado a no pisar “Mordor” en toda la noche o como pasó en mi persona, a intentarlo y pasear más kilómetros que en una media maratón.
Pero comencemos por el inicio de la tarde, que era de lo más alentador. A las 17:00 visita al Auditori, el gran espacio cerrado que ofrece confort, gran sonoridad y estupendos conciertos intimistas. Los invitados de hoy eran el gran Kepa Junquera y Los Hermanos Cubero. Euskadi y La Alcarria uniendo fuerzas, fluyendo en Euskara y en Castellano, folk euskera y jota, todo prometía. Además acompañados por dos excelentes músicas componentes del grupo Sorginak. Aurresku, jota, nada se le resistía a una de las integrantes de Sorginak. Panderos, mandolinas, trikitixas, txalapartas, etc… instrumentos varios que hicieron las delicias del asistente y es que podemos afirmar, que Kepa Junquera es al acordeón, lo que Nils Frahm al piano.
Acto seguido y tras salir al exterior, nos dirigimos al escenario ideal para comenzar la tarde, por aquello de la grada, el Ray Ban. Vaadat Charigim, una banda de Tel Avit que se refugia en el shoegaze de los 90. Atmósferas guitarreras con delays y reverbs imposibles, invocando a Slowdive y con el permiso de éstos, adentrándose en los dominios de New Order o Joy Division. Buen grupo, con buenos temas si te gusta el shoegaze y las reverbs por doquier. La anécdota del concierto, el error, siempre humano y absolutamente perdonable, del batería al comenzar uno de los temas que empezó digamos, con otra velocidad.
En Pitchfork, uno de los escenarios pequeños, comenzaba sobre las 19:15 el concierto de Mitsky, americana de ascendencia japonesa, instalada en Nueva York, con tendencia al folk, rock melancólico o la balada desgarrada. En todo caso un buen concierto, una voz perfecta, un cuidado sonido y un ejemplo de las nuevas generaciones entrantes en el panorama de la música independiente actual.
A los escasos minutos, saltaban todas las alarmas de nuevo como en la jornada de ayer con Arcade Fire. El “unexpected show” de hoy comenzaba en breves instantes y actuaría la banda escocesa Mogwai. El Post-rock se apoderaba de en principio el escenario dedicado a la electrónica, el Bacardí. Con una repuesta de público excepcional, los chicos de Glasgow desprendían especial ilusión por volver al Primavera y además de ésta fantástica forma, utilizando la sorpresa como elemento de inspiración. Ni que decir tiene que la actuación fue deliciosa, con sus temas atmosféricos entrelazados con los largos pasajes instrumentales y sus guitarras interminables
A continuación tocaba traslado al escenario más grande, el Heineken para ver lo que en principio era anunciado a bombo y platillo como el plato fuerte de la noche. The XX presentando su último trabajo “I See You”. Album con el que han logrado madurar musicalmente, con melodías pegadizas y melancolía a chorros, con enormes pads de sintetizadores que suavizan los temas. Es un sonido más rico, más completo que en los trabajos anteriores. Es un trabajo de estudio del que hemos disfrutado y observado lo que comentábamos, la mejora de su sonido y el paso adelante que realizan en su trayectoria. Durante días ha sido nuestra música de cabecera. Pues el directo de The XX, no soporta este género. Blandos, lánguidos, no por actitud, los chicos se lo trabajan, pero la conexión con el público en los primeros 4 temas fue inexistente, de tal forma que en una arrebatadora decisión, decidimos buscar algo más divertido por los escenarios del Primavera Sound. ¿Decepción? Si, esperábamos algo más del trio británico.
Y como no hay dos sin tres, nos dirigimos al Ray Ban con la intención de ver a los Sleaford Mods, pero con la grada repleta, comenzaron y…. oh dios! no sonaba. Primer inconveniente, problema técnico que se detecta este año en el Primavera. No llegaba la solución al mismo y el público comenzaba a ponerse nervioso, un servidor también. Con lo que de nuevo tomamos la decisión de trasladarnos de escenario para continuar viendo actuaciones sin ningún tipo de problema soslayado.
Con Berri Txarrac en el escenario Adidas, comenzaba un intenso concierto de los vascos. Cantando en euskera y algo también en castellano presentaban su trabajo “Denbora Da Poligrafo Bakarra”. Contundentes, efectivos, demostrando que se puede hacer metal, rock, punk, hardcore en este país y tildarlo de delicatessen.
Tras un largo paseo a la zona de electrónica en busca del dúo Polar Inertia, grupo que no encontramos y que no entendemos muy bien que ha sucedido con ellos, volvimos al escenario Pitchfork para ver a Operators. El proyecto de Dan Boeckner, voz y guitarra, acompañado de teclados y batería. Synth pop de los 80, pop electrónico sin concesiones, con LCD Sounsystem, Depeche Mode, New Order o Joy Division. Gran entrega, entusiasta personaje que agradecía enormemente la asistencia y los aplausos del público. Buen sonido, canciones muy bien trabajadas y exportadas al directo, que siempre es lo más difícil. Agradable sorpresa en una noche llena de problemas y decepciones.
Y ya para finalizar, con las fuerzas justas, en el Ray Ban escenario, ofrecía su actuación Flying Lotus. Steven Ellison, de nuevo un personaje realizando una masica en directo que pocos seres pueden componer. Sumaremos a Flying Lotus a esa lista de Amon Tobín, Squarepusher y Aphex Twin, auténticos maestros del IDM. Aunque el concierto de Steve, con agradable puesta en escena y espectaculares visuales, se tornaba relajante y hasta normal en tramos como la versión del tema de Twin Peaks que el señor Flying Lotus se ha marcado. Le llaman jazz cósmico. Una reflexión para acabar. ¿Si el jazz ya es complicado de por sí? ¿Que esperamos del jazz cósmico?