"Las noches están siendo un poco más movidas porque ya no hay toque de queda"

GranadaDigital pasa una noche con una unidad de Policía Local encargada de controlar los botellones ilegales en espacios públicos

REPORTAJE POLICIA LOCAL BOTELLONES MAYO 2021 - Dani B 03
Por la distribución de algunas calles, es difícil para los agentes descifrar con exactitud los pisos en los que se está realizando una fiesta | Foto y vídeo: Dani B. / GD
Rosa Núñez
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Con el fin del estado de alarma, España dijo adiós también al toque de queda, entre otras estrictas medidas de seguridad ideadas para combatir la pandemia de Covid-19 que asola al mundo entero desde hace ya más de un año. Sin embargo, el término del estado de alarma y todo lo que ello conlleva no es sinónimo de que el coronavirus haya desaparecido; la enfermedad sigue ahí, y se hace presente cada día con los datos en forma de cifras que la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía hace público todas las jornadas.

No obstante, junto a la ampliación en las libertades ciudadanas se unen las buenas temperaturas y las fechas festivas de estas últimas semanas en Granada. Es por eso que las fiestas en las noches de fin de semana siguen realizándose, bien en pisos de particulares, bien en espacios públicos, siendo estas últimas más peligrosas ahora mismo, pues son más difíciles de controlar, normalmente conllevan la presencia de un mayor número de personas y, a veces, se realizan en zonas de difícil acceso que, tras la ingesta de alcohol, pueden conllevar grandes peligros al hacer el camino de vuelta a la ciudad. Ya sucedió hace apenas dos meses que una adolescente falleció en las inmediaciones de la Fuente del Avellano, junto a la colina de la Alhambra, tras despeñarse después de participar en un botellón. Asimismo, en la zona de San Miguel Alto también se están registrando en las últimas semanas tanto acampadas como botellones que derivan inevitablemente en peleas e incluso en carreras en una zona residencial. Otras de las zonas preferidas para realizar este tipo de actos son los parques, como el Tico Medina, muy cerca del centro de la ciudad, o en la zona de Cumbres Verdes, en La Zubia.

Por eso, como ya lo hizo con los agentes que patrullaban por los pisos cuando aún estaba vigente el estado de alarma, GranadaDigital ha querido, con este reportaje y el vídeo que lo acompaña, disponible en Youtube, evidenciar un problema que no es causa de la pandemia, sino que ya existía antes, y homenajear la labor constante de los agentes de la Policía Local de Granada, acompañando a la Unidad Dauro 30 en su patrulla de viernes por la noche. "Las noches están siendo ahora un poco más movidas porque ya no hay toque de queda. Suele haber más fiestas en pisos", asegura Antonio Martín, policía de la entidad local granadina. "Al principio es un no parar -continúa- porque, cuando cierran los locales a las 2:00 horas, comienzan los botellones en los pisos, hasta que entre las 3:30 y las 5:00 h., se queda todo más tranquilo".

Tan sólo son las 22:30 h. y en el Callejón de Nogales, un camino de tierra que hay detrás de la rotonda de Neptuno, se encuentran los primeros incidentes: dos hombres están vendiendo litros de cervezas de manera ilegal a un grupo de personas que han pasado el día allí jugando al voleibol. Los agentes descubren una furgoneta con las compuertas del maletero abiertas, donde hay varios bidones con hielo en los que los dos hombres almacenan las botellas de cerveza para mantenerlas frías. El problema aquí es la venta sin los permisos correspondientes y después de las 22:00 h., cuando supuestamente ya no se pueden vender bebidas alcohólicas. En este caso, son intervenidos 37 litros de cerveza y se procede a la propuesta para sanción de los dos individuos.

Los agentes de la Policía Local intervinieron casi 40 litros de cerveza | Foto: Dani B. / GD

El hecho de que estén en esa zona desde hace horas no es preocupante para los agentes, siempre y cuando se respete la no venta de estos productos y se recoja luego la basura producida durante la jornada. Sorprende ver la cantidad de coches aparcados en el lado del camino, aunque es más sorprendente que los dueños de estos no estén. Según un agente de la unidad que acompaña, muchos se han escondido entre el campo.

En el Barranco de las Cuevas de Reverte, pasado el camino del Barranco Valparaíso, a las 23:45 h., la patrulla recibe un aviso desde la central de la Policía Local destacando el ruido que procede de una casa de allí. Tras subir durante un rato campo a través buscando el origen del ruido: se trata de una casa-cueva situada en el Sacromonte donde hay una fiesta con la música demasiado alta.

Siguiendo por el Camino del Sacromonte y llegando hasta el Camino de Beas, la situación es similar. Los agentes tocan varias veces al portero automático de una casa sobre la que han recibido una llamada, alertando del molesto ruido que procede de una fiesta en el interior. Dado que no reciben respuesta, proceden a pasar a la casa, teniendo en cuenta que la puerta está entreabierta. En esta situación, el problema es que la música rebota en el espacio al aire libre que hay entre el Sacromonte y el cerro donde se sitúa la Alhambra, impidiendo el correcto descanso de algunos vecinos.

Aunque la Placeta de Liñán suele ser un punto caliente del botellón, en esta ocasión no fue el caso | Foto: Dani B. / GD

La siguiente parada es en pleno corazón del Albaicín, en la Placeta de Liñán, a la 1:15 h., cuando, a la llegada de los agentes de Policía Local, varios perros comienzan a ladrar estrepitosamente. Los dueños de los animales son varios jóvenes que acababan de cenar en la plaza y simplemente estaban hablando, a pesar de que esta zona es "un punto caliente del botellón en Granada", como explica Martín. Sin embargo, alrededor de la plaza hay muchas casas pequeñas, algunas de ellas con residentes muy mayores y el ruido de las voces, risas y ladridos de los perros les puede resultar molesto a la hora de conciliar el sueño.

En estas tres últimas intervenciones, un agente de la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Local de Granada ha acompañado a la Unidad Dauro 30 con el fin de elaborar un informe para investigar qué estaba ocurriendo realmente en estas tres zonas.

El último punto caliente por el que son advertidos los agentes desde central es a la 1:40 h., en la calle Hornillo de Cartuja. Al parecer, hay una casa en cuya terraza parecen estar haciendo un botellón. La forma en la que está construido ese barrio, con calles paralelas muy estrechas, impide descifrar al 100% la procedencia de la música tan alta y las voces. Ante la imposibilidad de descubrirlo y, mucho menos, de tocar timbre para averiguar dónde es la casa (pues perturbarían el descanso de otros vecinos), los agentes deciden retirarse de esa zona.

El agente Antonio Martín manda un mensaje de tranquilidad y paciencia a los granadinos | Foto: Dani B. / GD

Al terminar de acompañarles en su ronda nocturna, los agentes mandan un mensaje de "tranquilidad" y "paciencia" a los granadinos "porque nosotros hacemos nuestro trabajo lo mejor que sabemos y podemos para que se sientan seguros. Sabemos que estos tiempos que estamos viviendo son difíciles". De hecho, según admite Martín, "nosotros procuramos ponernos en el otro lado e intentar entender la situación" antes de multar o proponer para sanción sin más. Los policías, aunque a veces haya gente que no lo tenga muy claro, también son personas y están viviendo, y de primera mano, la pandemia de Covid-19.