Un nuevo estudio evidencia la relación entre la alimentación y prevención e incidencia de cáncer
El comité directivo que coordina el Estudio Prospectivo Europeo sobre Nutrición y Cáncer se reúne en la sede de la Escuela Andaluza de Salud Pública
El Estudio Prospectivo Europeo sobre Nutrición y Cáncer (EPIC en sus siglas en inglés) ha presentado resultados concluyentes sobre la relación entre la nutrición, los hábitos de vida y la incidencia del cáncer. En la reunión anual de EPIC España, que tiene lugar en la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), se han dado cita los grupos de investigación de Navarra, Guipuzkoa, Barcelona, Murcia, Asturias y Granada.
El delegado territorial de Salud y Familias, Indalecio Sánchez-Montesinos, ha inaugurado este encuentro junto a la directora gerente de la EASP, Blanca Fernández Capel. Para Sánchez-Montesinos, encuentros como el que se lleva a cabo en la sede de la EASP manifiestan la esencia de la misma ya que aunan “investigación, formación, estrategias de Salud Pública y prevención primaria en salud”.
EPIC Europa se inició en 1992 con la participación de 23 centros de 10 países europeos, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Italia, los Países Bajos, Noruega, España, Suecia y Reino Unido. En el estudio han participado de 521.324 personas de entre 35 y 70 años (36.7898 mujeres y 153.426 hombres), 41.438 de ellas de España y 8.000 de Granada.
La coordinación de EPIC en España, que se realiza desde el grupo del Instituto Catalán de Oncología en Barcelona y la Escuela Andaluza de Salud Pública en Granada, ha presentado los últimos resultados disponibles de la relación entre alimentación, estilos de vida y la prevención o el desarrollo de diferentes tipos de cáncer.
A lo largo de estos años se ha presentado a la comunidad científica y la ciudadanía algunos de los resultados del estudio EPIC como la asociación entre la alta ingesta de fibra, pescado, calcio y vitamina D y el menor riesgo de cáncer colorrectal, así como entre la elevada ingesta de carnes rojas y procesadas, ingesta de alcohol y la obesidad abdominal con un mayor riesgo de este cáncer.
La ingesta alta de frutas y verduras en los fumadores está asociada con la disminución del riesgo de cáncer de pulmón, especialmente en personas fumadoras.
Un mayor riesgo de cáncer de mama se asoció con el consumo de alcohol y probablemente con un alto consumo de grasas saturadas.
En mujeres posmenopáusicas, la obesidad se ha asociado a un mayor riesgo de cáncer de mama, mientras que la actividad física se asoció a un menor riesgo.
Aunque el efecto sobre el riesgo de cáncer fuese conocido previamente, en el EPIC se ha estimado la proporción y tipos de tumores causado por el hábito de fumar y el consumo de alcohol en la población europea.
Estudio Prospectivo Europeo sobre Nutrición y Cáncer (EPIC)
En este último lustro se han desarrollado en la cohorte EPIC-España dos proyectos multicéntricos, el primero de ellos coordinado por la EASP, que han permitido ahondar en el conocimiento de los factores de riesgo de otras enfermedades crónicas, además del cáncer: 'Efectos de la exposición a Bisfenol-A en la salud (cáncer y enfermedad coronaria isquémica) en la cohorte EPIC-ESpaña' y 'Cronodieta, polimorfismos de genes reguladores del reloj circadiano, cambio de peso y obesidad', ambos financiados por el Instituto de Salud Carlos III.
El proyecto EPIC está coordinado por la International Agency for Research on Cancer (IARC) de la OMS y el Imperial College de Londres, y hasta el momento se han realizado más de 1.600 publicaciones científicas en las mejores revistas biomédicas del mundo, en relación a los datos recogidos en este proyecto. La combinación de estilos de vida saludables (peso normal, no fumar, no consumir alcohol, dieta saludable y actividad física moderada) se asocian con un menor riesgo de desarrollar muchos tipos de cáncer.
Los resultados del estudio EPIC han contribuido a mejorar la evidencia científica de la relación nutrición y cáncer, y ha puesto de manifiesto la necesidad de desarrollar estrategias de salud pública y actividades de prevención primaria dirigidas a reducir la carga global de cáncer.
Cabe resaltar que no hay alimentos buenos ni malos, sino que es mucho más importante el patrón dietético y el estilo de vida, y la importancia de evitar la obesidad y el sedentarismo y aumentar la actividad física, para la prevención del cáncer.