El número de denuncias de violencia machista en Andalucía mantiene la tendencia a la baja que marcó 2020 por el Covid-19

Las órdenes de protección solicitadas disminuyeron un 5%, y las concedidas, un 4%

Manifestación en contra de la violencia de genero 25N en Granada
Imagen de una manifestación contra la violencia de género | Foto: Antonio L. Juárez
Gabinete
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La disminución del número de denuncias y órdenes de protección solicitadas a los órganos judiciales pone de manifiesto que las consecuencias de la crisis sanitaria causada por el Covid-19 se han mantenido también durante el primer trimestre de este año en la Comunidad Autónoma de Andalucía, Ceuta y Melilla.

Según las estadísticas que el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género ha hecho públicas hoy, entre el 1 de enero y el 31 de marzo se registraron 7.210 denuncias, un 3,2 por ciento menos que hace un año. Por el contrario, hubo 7.047 víctimas, lo que equivale a un aumento del 1,1 por ciento. En cuanto a las órdenes de protección, se solicitaron ante los juzgados de violencia sobre la mujer de Andalucía un total de 1.871, un 5 % por ciento menos que hace un año.

Los juzgados de violencia sobre la mujer registraron en el primer trimestre del año un total de 7.210 denuncias, un 3,2 % menos que en el mismo trimestre de 2020, en el que sumaron 7.445. El porcentaje de denuncias presentadas directamente por las víctimas ha continuado siendo muy elevado. Así, la mayor parte de las víctimas -5.228, un 72,5 por ciento- presentaron la denuncia en comisaría, mientras que en el juzgado lo hicieron 165, lo que supone el 2,3%. Esto significa que casi el 75 por ciento de las denuncias son presentadas por la propia víctima.

Continúa siendo muy bajo el porcentaje de las denuncias presentadas por familiares. En el primer trimestre de 2021 tan sólo 67 denuncias fueron presentadas por los familiares: 6 directamente en los juzgados y 61 en comisaría, lo que supone un 0,9 por ciento del total de denuncias presentadas.

Leve aumento del número de víctimas

Al contrario que en el conjunto de España, en el que se ha producido un leve descenso en el número de víctimas, en Andalucía ha habido un ligero aumento de mujeres víctimas de violencia de género. Así, en el periodo analizado, el número total de víctimas fue de 7.047, un 1,1% más que en el mismo trimestre de 2020, en el que sumaron 6.973. De ellas, 5.309 (75,3%) eran españolas y 1.738 (24,7 %), extranjeras. El total de víctimas menores tuteladas ascendió a 16 -todas ellas españolas-, lo que supone un 55,6 por ciento menos que en el mismo periodo del año anterior.

La tasa de víctimas de la violencia de género en toda España fue de 14,2 por cada 10.000 mujeres, prácticamente la misma que hace un año (14,4). Por comunidades autónomas, la tasa más alta fue la de Murcia, con 19,7 víctimas por cada 10.000 mujeres. También por encima de la media nacional se situaron Baleares (18,5), Comunidad Valenciana (18,3), Canarias (18,2), Andalucía (16,1) y Madrid (15,6).

Los territorios con una ratio más baja que la media nacional fueron Cantabria y Castilla-La Mancha (12,7), Cataluña (11,9), Navarra (11,7), Asturias (11,6), País Vasco (10,6), La Rioja (10,4), Galicia (10,3), Extremadura (19,1), Aragón (10) y Castilla y León (9,6).

Renuncias de la víctima y órdenes de protección

El 7,5 por ciento de las víctimas de violencia machista se acogió a la dispensa de la obligación de declarar. En total fueron 527, un 10,1 % menos que en el mismo trimestre de 2020. De ellas, 409 eran españolas y 118 tenían otra nacionalidad.

Por otra parte, la tendencia de las órdenes de protección durante los primeros tres meses del año ha sido descendente. Las órdenes de protección solicitadas ante los juzgados de violencia sobre la mujer fueron 1.871, lo que supone un 5,4 por ciento menos que las registradas en el primer trimestre de 2020. Las acordadas sumaron un total de 1.494, lo que supone una disminución del 4 por ciento.

Valoraciones de la presidenta del Observatorio, Ángeles Carmona

La presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Ángeles Carmona, dedica sus primeras palabras a la memoria de las víctimas mortales de la violencia machista y a condenar de forma enérgica y contundente este tipo de crímenes, que han aumentado de forma muy preocupante tras el levantamiento del estado de alarma, el pasado 9 de mayo. Desde ese día, han sido asesinados 10 mujeres y un menor; desde principios de año, la violencia machista se ha llevado por delante la vida de 21 personas, 18 mujeres y tres menores.

Mención especial quiere hacer la presidenta del Observatorio al caso de las dos niñas de Tenerife desaparecidas el 27 de abril, una de las cuales fue hallada muerta el pasado viernes. Se trata de la manifestación más cruel y despiadada de la violencia machista, que el maltratador ejerce sobre los hijos e hijas de las víctimas, en muchos casos también hijos suyos, para causar el mayor dolor que se puede infligir a una madre.

Por todo ello, Carmona alerta de que la disminución, entre enero y marzo de este año, del número de denuncias, de víctimas y de órdenes de protección no supone un descenso real de la violencia machista en nuestro país. Esos números son aún reflejo del efecto causado por la crisis sanitaria en este ámbito, donde las restricciones a la movilidad han supuesto un escollo más para las víctimas a la hora de dar el paso y denunciar. De hecho, desde que se decretó el estado de alarma, el 14 de marzo del pasado año, se ha producido un descenso más o menos acusado, pero constante, de esos indicadores.

En opinión de la presidenta del Observatorio, los asesinatos ocurridos desde el 9 de mayo -uno cada 3 días- ponen de manifiesto que la violencia machista ha estado larvada durante la crisis sanitaria y, con el regreso a nuestros hábitos previos a la pandemia, se ha vuelto a mostrar con toda su crueldad. Las restricciones a la movilidad han permitido a los maltratadores tener el control absoluto sobre sus víctimas. Con la vuelta a la normalidad, la situación ha cambiado: ha desaparecido ese férreo control y la consecuencia es la que todos estamos presenciando con horror.

Por tanto, no se puede bajar la guardia. Ni las instituciones, cuyo deber es proteger a las víctimas de la violencia machista y no dejar impunes estos delitos; ni tampoco el conjunto de la sociedad, pues en nuestras manos, en las de cada ciudadano, está la posibilidad de prestar ayuda a una mujer que está sufriendo malos tratos.