Obama ve peligrar el "sueño americano" por la desigualdad entre ricos y pobres
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha advertido este miércoles de que el "sueño americano" peligra por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, ya que considera que estas disparidades de renta complican que alguien pueda progresar independientemente de su nivel de renta.
Obama ha dado un giro en su agenda económica con un discurso ante el 'think tank' Center for American Progress en el que ha alertado del "desafío" que suponen para Estados Unidos las diferencias sociales. En este sentido, ha alertado de un "creciente" distanciamiento entre clases en materia de ingresos y oportunidades.
"La idea de que tantos niños nazcan en la pobreza en el país más rico del mundo es ya de por sí desolador, pero el hecho de que un niño puede que nunca escape de esta pobreza porque carezca de una educación o sanidad decente o de una comunidad que vea su futuro como algo propio, eso debería avergonzarnos a todos", ha afirmado Obama.
El mandatario ha calificado el sistema económico actual como "profundamente desigual", algo que pone en riesgo una premisa de superación básica englobada bajo la denominación de "sueño americano". Para Obama, ahora no está necesariamente asegurado "que si trabajas duro, tengas una oportunidad de salir adelante".
Una de las propuestas del presidente para reducir estas desigualdades consiste en un incremento del salario mínimo federal, para que pase de los actuales 7,25 dólares por hora a unos 10 dólares. Obama también ha abogado este miércoles por simplificar el sistema fiscal, dotar a los institutos de mejores herramientas para la formación profesional y fomentar los fondos de pensiones, informa CNN.
El mandatario ha acusado a los republicanos de no presentar "planes concretos" para reducir las desigualdades y potenciar la clase media, para "dar más escaleras de oportunidad a los pobres".
Asimismo, ha instado a los legisladores a ampliar el plan de emergencia sobre subsidios de desempleo antes de finales de año, ya que en su opinión "la Navidad no es un momento para que el Congreso le diga a más de un millón de estadounidenses" que han perdido sus ayudas.