Ocho anillos para revivir la Granada romana
El diseñador novel Álvaro Fernández ha creado una colección de joyas inspiradas en el pasado de todos los distritos de la ciudad
Álvaro Fernández es diseñador de productos y para su TFG ha diseñado ocho anillos, uno por cada distrito del centro de Granada, basados en su pasado romano. "Soy de Daimiel, un pueblo chiquitito de Castilla La Mancha, y ya llevo cuatro años aquí, qué menos que darle a Granada un cachito de mí", comenta.
El proyecto 'Iliberri, la Granada Romana' surgió en un trabajo de la universidad, la ESADA (Escuela Superior de Arte y Diseño de Andalucía), que consistía en desarrollar un souvenir para la ciudad. "Granada tiene mucho pasado romano, pero realmente la gente no lo conoce y quería darle visibilidad. Busco hacer tangible a través de anillos esos yacimientos de cada distrito, para que la gente pueda llevarse un trozo de la ciudad con ellos", asegura.
Un cachito de historia en forma de joya
Albaicín, Zaidín, Chana... Todos los distritos están cubiertos y su anillo correspondiente representa fielmente su pasado. El nexo de unión que tienen todos los distritos granadinos es su pasado, en concreto el íbero-romano del siglo I al IV d.C., la canalización del agua por la ciudad, su arquitectura y villas.
Por ejemplo, la joya basada en el Distrito Genil aparenta estar rota como el interior de una cueva. El motivo lo explica Álvaro: "Los romanos hacían agujeros en la montaña, le prendían fuego y echaban agua para agrietar la piedra con el contraste térmico. De esta manera, recogían el oro que había dentro".
En cambio, el anillo del Distrito Ronda tiene forma de tumba, basado en el cementerio encontrado en la plaza Einstein. El sello de villa Vergeles toma inspiración de sus mosaicos orgánicos.
Todos estos anillos son únicos y distintos del resto, pero, al mismo tiempo, similares. Esta decisión no es casual, Álvaro quiere darle la misma importancia a todas las partes de la ciudad. "El centro no se merece más visibilidad que la Chana por ejemplo, ambas comparten el mismo pasado". Las piezas entran en la categoría de alta joyería por el uso de oro de 18k. "En la antigua Roma utilizaban el oro para sus joyas y yo no podía ser menos, además si busco representar la grandeza no podía usar plata o bronce", explica.
La importancia de los anillos
Como bien explica su orgulloso creador, "los anillos eran la firma estatal que utilizaban los romanos para firmar documentos, además de como decoración, también servían como sellos. Eran un símbolo de poder y estatus al alcance de unos pocos".
La primera idea del joven diseñador era crear una "red de artistas" con la que donar los sellos a escritores, pintores, músicos de cada distrito para reconocer sus logros, al igual que en la antigua Roma. "Esto es para ti, es tuyo porque eres de aquí y has dado arte a esta zona. Te mereces este sello”. De esta manera, los artistas podrían lucir con orgullo su anillo, de manera parecida a los que llevan los jugadores de la NBA tras ganar el campeonato.
La olvidada Granada Romana
Por desgracia, encontrar información del pasado romano de la ciudad no es tarea fácil, como cuenta Álvaro: "Me ha sido muy difícil encontrar información verídica de los yacimientos. Me ha ayudado mucho mi profesor Benancio, que es el director actual del Museo de las Carmelitas, además del Archivo de Granada". Con esta experiencia, Álvaro también busca dar a conocer mejor la historia romana de cara al turismo ."El pasado nazarí y el turismo en Granada ya está hecho y firmado, la Alhambra funciona. La gente conoce la Alhambra antes que la ciudad y a nadie le importa el pasado romano. Investigando me he dado cuenta de que la historia nazarí forma parte de tres distritos: Centro, Albaicín y algo de Genil; sin embargo, toda Granada tiene restos romanos como representan estas joyas".
Su objetivo final es crear una experiencia inmersiva consistente en una habitación llena de tierra, con olor a mojado y con los sellos en el centro semienterrados. El resto sería completamente diáfano y las paredes se llenarían de proyecciones con dibujos hechos por él y con la historia que ha ido recopilando de los distritos y sus yacimientos.
Álvaro, un alumno prodigio
En sus cuatro años de carrera, Álvaro ha conseguido 14 matrículas de honor, y en sus propias palabras "es un orgullo", pero cree que se lo merece porque ha sacrificado mucho de su tiempo para conseguirlo. "También he disfrutado y he salido de fiesta. Como decía mi abuelo, hay tiempo para todo", señala.
Álvaro se centra en el modelado 3D de productos, su ambición le ha llevado a aprender a fundir, pulir y repasar como un verdadero maestro artesano sus propias obras, gracias también a la ayuda de Óscar (longplayjewels en redes), un joyero con 20 años de experiencia en el oficio y mentor de Álvaro. "Aunque Óscar me explicara, ayudara y corrigiera, quería crear el producto con mis propias manos. Era un proyecto mío, que dependía de mí. Hay gente que me ha ayudado, pero al fin y al cabo lo he hecho yo", explica.
Pese a la polémica que generan, los trabajos de fin de Grado son una oportunidad para muchos jóvenes de dar a conocer a su habilidad al mundo y entrar con buen pie al mundo laboral. "El ejemplo más claro es el de Rosalía, su TFG fue su primer disco, 'El mal querer', que la llevó a la fama. Yo sabía que necesitaba darlo todo. No buscaba el cinco ni busco el trabajo fácil. Quiero ser diseñador de productos porque puedo entregar algo bien hecho, sin necesidad de nadie. Ojalá el ayuntamiento se fije en mi proyecto, estoy encantado de colaborar. No se merece menos la ciudad", añade.