Casi condenados

Granada CF Villarreal CF
Imagen del encuentro entre el Granada CF y el Villarreal | Foto: Antonio L. Juárez
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Antes el fútbol era como una obligación válida en domingos alternos cuando sabías que, a la misma hora, casi siempre cinco de la tarde, tenías que coger la almohadilla, el abrigo, comprarte los “pictolines” en la puerta del campo y a disfrutar. Llegaban las estrellas, los árbitros, el marcador simultáneo y la tarde estaba completa. ¡Ah! y casi hasta el final no se tenía claro quién era el campeón y mucho menos quienes se iban a la división inferior.

Los tiempos cambian y el fútbol por desgracia también. Quedan algunos detalles de hace mucho pero casi ninguno de interés. Ahora los jugadores son superestrellas nada humanas, los equipos dejaron de ser de los socios, los aficionados no pintan nada para el club de sus amores, se han inventado unas maquinitas que llaman VAR y que decían que eran para mejorar el espectáculo y los árbitros conforman una especie aparte de individuos a los que está prohibido dirigirse y muchísimo menos criticarlos.

Bueno, y falta el capricho de los que mandan, que ahora son más, y ya no sabe usted cuando juega el equipo de sus amores, ni a qué hora ni en qué lugar. Porque hasta en países al otro lado del mundo se juegan trofeos del fútbol español.

En mitad de todo esto, al que el Granada Club de Fútbol le quita el sueño, o casi, le vuelve la angustia de no hace tanto cuando casi a la misma altura de la temporada, el equipo está en la cola, el futuro no es nada claro y el billete a segunda cada vez se ve más cerca. O sea, igual que no hace tanto tiempo, con casi los mismos errores y los mismos presagios. Pero en esta ocasión, y sin quitar responsabilidades a los que lo están haciendo, o lo hicieron mal en plena programación, no solo los culpables están en el club.

El Granada ha entrado sin buscarlo en uno de los clubs que están condenados, por los que vestían de negro antes, a descender y mucho costará liberarse de ese castigo. El famoso VAR, que siempre falla cuando el que lo maneja lo interpreta, no está a favor y los que pitan cada vez buscan esconderse más, lo hacen peor y se ocultan tras el micrófono y el auricular buscando otro culpable.

Además, por muy grande que sea su error, dicen que todo es normal porque un humano siempre se equivoca, pero las tarjetas injustas siguen su camino, las derrotas no merecidas se mantienen cada jornada y los atropellos no tienen castigo. Y claro, así…ya entenderán ustedes porque cada día hay menos aficionados en los campos y más en casa viendo la tele. Pero, además, en este país se puede opinar lo que se quiera del Rey, del presidente, de la bandera, se puede pitar el himno nacional…etc., pero es totalmente inadmisible decir que el árbitro es un tonto de capirote y que mejor estaría en su casa. Amigo mío, eso ya es delito de fusilamiento sin tambor.

Así están las cosas y peor se van a poner, porque las broncas son habituales, los pésimos arbitrajes se repiten, los escándalos no cesan y los de siempre pagan los platos rotos siendo engañados por los que mandan en los trencillas. Pero esto podría cambiar si los clubs se plantaran en alguna ocasión, las hay de sobra en cada jornada, se cogieran los trastos antes de tiempo, dejaran al árbitro solo y se marcharan al vestuario. Esto ocurrió en el mundial español, sin ir más lejos, y el escándalo hubo que frenarlo de prisa y corriendo.

Una noche cenando con un gran amigo mío árbitro internacional le pregunté porque pitaba diferente en España y en Europa y me dijo, con una medio sonrisa de culpable, que él era un árbitro “obediente”.

Ahora pasa que el que manda es nada menos que Medina Cantalejo, un pésimo árbitro que llegó a ser internacional de altura, con partidos importantes fuera y malísimos en casa y muy, muy de acuerdo con los que mandaban y por eso estaba en la cumbre. Un “obediente”, como me dijo mi amigo.

Podemos hacer una apuesta y yo tengo mis números, aunque lógicamente me puedo equivocar. Seguirán los escándalos, seguirán las censuras y el desconcierto de los jueces futbolísticos ya retirados, seguirán ganando los mismo y perdiendo los demás y para el año que viene para el tren a Segunda tienen medio billete Almería, Granada y Celta.

No me llamen alarmista y repito que puedo estar equivocado, pero si no hay golpe fuerte en la mesa, eso ocurrirá porque los de Medina Cantalejo no cambiaran y lloraran los aquí mencionados.

Y estamos en la jornada doce, que conste.