La ética que no tienen determinados jefes

Los líderes deben actuar con justicia, sin engaños y generando un entorno de confianza

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Los jefes sin ética dañan a los trabajadores de innumerables maneras | Foto: Remitida
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Ser un líder implica tener autoridad moral, esto implica no sólo obtener resultados sino también tener valores y de alguna forma bondad. Cuanta falta de valores, de ética y de bondad hay en los jefes de algunas organizaciones que conozco!

Lo primero son los valores, concretamente los estándares de ética. Los líderes deben actuar con justicia, sin engaños y generando un entorno de confianza. Y ello se genera desde la confianza, la amabilidad, el respeto, el afecto,…. Y estás cosas no las encontramos en jefes que miran desde lejos, que no con en los problemas de cerca, que viven en la distancia, que no se acercan a quién difiere, que no saluda a quién le discute o quien piensa diferente.

Eso es típico de las personas que no tienen autoridad moral y que son mediocres, que no escuchan a los demás y además, se cuelgan las medallas y salen en las fotos que no son suyas, incumpliendo lo prometido o no reconociendo el buen trabajo.

Y ante todo ello, me encuentro con un magnífico artículo de mi amigo Miguel Ángel Mañez @manyez, un artículo en su magnífico blog que habla de la ética y los jefes donde se preguntaba ¿por qué las personas éticas a veces olvidan la ética en sus actos? o ¿Qué deberían hacer las organizaciones mejor?. Y a partir de ahí planteaba en función de un artículo de Harvard Business Review, cinco recomendaciones:

-La falta de una cultura que permita que los trabajadores hablen, y además se les escuche. Si se observa una mala conducta es necesario que existan los cauces para que el trabajador pueda notificarlo y no se le perjudique por denunciarlo.

-La excesiva presión para cumplir con los objetivos. Plantear cumplir objetivos que son imposibles.

-Injusticia organizacional, basada en que cuando la organización pide a una unidad el objetivo A y a otra unidad el B y ambos son contrarios (cumplir uno de ellos implica perjudicar el cumplimiento del otro), la sensación de injusticia y de desolación invade a los trabajadores.

-La ética no forma parte de las conversaciones del día a día.

-El comportamiento de los líderes y jefes y mandos es analizado con lupa y no se puede permitir que un líder tenga un comportamiento poco ético.

Insistía Manyez que los jefes, líderes, directivos muchas veces pasan de la cultura organizacional y ejercen su poder al estilo «pastoreo», es decir, obligando a seguir un camino prefijado por no se sabe quien. A ello añade que si el estilo directivo es de cercanía, de participación y de pensar más en mejorar que en castigar, seguramente habrá más gente que hable. Y apunta que si nos ceñimos al canal oficial y a la jerarquía, seguramente los jefes nunca sabrán nada (o no querrán saberlo). Quizás cuando los directivos y los jefes abandonen la cultura del castigo y el miedo, y pasen a la de la mejora y la seguridad, las cosas sean de otra forma. Mucho directivo que creo necesita mejorar para que las organizaciones mejoren.

Es evidente que un líder que no escucha a sus trabajadores deja de ser el jefe que necesitan estos. Los jefes no escuchan a sus trabajadores por miedo a veces. La realidad es que creo y pienso que es buena y necesaria la discrepancia y el confrontar ideas siempre desde el respeto. El problema es que a veces la falta de humildad de algunos jefes, junto a su ego, les hace encumbrarse en una posición de prepotencia. Y claro el ego de algunos y la falta de respeto que atesoran ni saludando, no les permite pensar que quien está delante a veces no concuerda con sus ideas. Son esos que consideramos responsables sin ética ni valores.

Son de estos jefes que no reconocen lo que vemos, no dicen lo que piensan ni les dicen los trabajadores lo que piensan del jefe, no hacen lo que dicen y no ven lo que hacemos los trabajadores, ni les interesa.

Y claro, ante ello, hay aspectos básicos que tiene que hacer un jefe con principios y valores éticos:

CUIDAR. Es tiempo de cuidados: hay que cuidar a la gente. Tratar bien a los demás –con amabilidad, educación y equidad– es sin duda condición necesaria, aunque probablemente no suficiente. La ética está, también, en el trato, en la manera, en el modo de dirigirnos a los demás… Las formas son la antesala de lo realmente importante (el fondo): es importante que no las perdamos.

ESCUCHAR. La gente necesita ser escuchada. Hay que prestar atención, dedicar tiempo a escuchar atentamente, atender, acompañar… En una era como la actual que es multicanal, la escucha atenta, hoy, es un debe.

PODER DECIR LO QUE SE PIENSA. No abundan las organizaciones donde, simplemente, las personas dicen lo que piensan. Es importante que la gente se sienta cómoda dando opiniones razonadas sobre temas relevantes para el quehacer de quien nos dirige o sobre la forma en que se hacen las cosas en la organización.

La ética empieza por uno mismo

Lo más próximo somos nosotros mismos. Así, debemos cuidarnos, debemos escucharnos y debemos ser influencias en el entorno de nuestro trabajo.

Cada día los jefes tienen un reto tan complicado como magnífico: tratar con personas y tratarlas bien (las de su equipo u organización, los usuarios, los clientes, los proveedores…). Y para ello, es necesario fortalecer lo humano: cuidarse para cuidar y cuidar para mejorar a la sociedad.

¿Y si nuestro jefe nos pide que hagamos algo que no es ético?

Cuando nuestro jefe nos pone en una encrucijada que compromete nuestra ética, ninguna de las opciones parece particularmente buena. Si seguimos adelante con el comportamiento deshonesto nos convertiremos en cómplices; si lo reportamos con un superior o con una organización externa podríamoss enfrentar represalias. Que podemos hacer?:

A. Empezar por nuestro jefe. Primero, debemos asegurarnos de entender, exactamente, qué nos está pidiendo hacer. Hay que descartar un malentendido.

B. Llevar nuestra queja a niveles superiores

Si queda claro que nuestro superior nos está pidiendo que nos comportemos de una forma que no es ética o si, de entrada, no nos sentimos cómodos hablando de ello con esa persona, los siguientes pasos dependen mucho de la organización. En las organizaciones grandes, podría haber alguien dedicado a recibir quejas de trabajadores.

C. Considerar los riesgos. Para nosotros es fácil decir que deberíamos “hacer lo correcto” y que deberíamos negarnos de plano a peticiones que no sean éticas. Sin embargo, en la realidad, la decisión suele ser mucho más compleja y podríamos enfrentar riesgos muy reales.

D. Si no encontramos la solución, renunciamos. Nadie quiere llegar a este punto y tal vez no sea un consejo práctico si necesitamos el sueldo. No obstante, si tenemos posibilidades de encontrar un nuevo trabajo, esta podría ser una buena razón para irnos. Incluso, podríamos intentar negarnos rotundamente como ultimátum.

Daños a los trabajadores

Los jefes sin ética dañan a los trabajadores de innumerables maneras, por ejemplo, bajando la moral, disminuyendo el bienestar y aumentando el conflicto entre el trabajo y la familia. Las estimaciones sugieren que la supervisión abusiva les cuesta a las organizaciones millones de dólares en pérdida de productividad, rotación de empleados y litigios cada año. Por tanto, es imprescindible que se huya de los malos tratos, de las humillaciones, de las salidas de tono y de los puñetazos en la mesa ante los trabajadores.

La ética, como parte de la filosofía, es más de plantear preguntas que respuestas y, por otro lado, en ética siempre se está aprendiendo.

Y hay pequeños actos para cuidar a los demás en tiempos complejos y siempre con la ética del cuidado:

-Reconoce

-Agradece

-Escucha

-Se más amable

-Pide disculpas

-Expresa más certezas y claridad

-Expresa más lo positivo

-Sonríe

-Cumple tus pequeños compromisos

-Expresa humildad

-Comparte el éxito de los demás

-Empatiza

Más ética, por favor. Menos prepotencia y mediocridad. Más valores.