Busca una conexión de amor
¿Te sientes triste hoy? Sal a la calle a buscar amor. Micro amor. Milisegundos de amor. Con extraños, personas que te cruces por ahí.
Sí, ¿cómo que no? Todos podemos experimentar milisegundos de amor con desconocidos (y numerosas veces al día) a los que jamás vimos antes y a los que, quizá, tampoco volveremos a ver.
Lo dice la ciencia. En su libro Amor 2.0, la psicóloga Barbara Fredrickson le da un nuevo sentido al amor, un sentido muy distinto (en realidad opuesto) a ese amor que debe serlo todo, sin el cual no podremos ser felices ni comer perdices.
En su investigación, Fredrickson redefine al amor como “micromomentos de conexión entre personas”. Una mirada casual que dura un suspiro, un choque inesperado que muere en el momento y que, no obstante, nos deja con una sensación de satisfacción mientras nos alejamos de quien lo generó.
Según la ciencia, cuando dos miradas se encuentran realmente y se sintonizan ocurre una especie de fusión entre cuerpo y mente. A nivel fisiológico, la actividad en tu cuerpo y cerebro desencadena cambios paralelos en el cuerpo y el cerebro de la otra persona. Tu mente y la del que te mira se sincronizan, literalmente.
Y no necesariamente debe ser amor entre personas de sexos opuestos. Porque no todo el amor que existe es solo romántico. O filial. Puede haber una mirada sugerente entre un hombre y una mujer, claro que sí, pero también una conmovedora, una de consuelo, una de esperanza entre personas de cualquier sexo y diferentes edades.
Te propongo que intentes hoy desbloquear tu capacidad de amar y salgas a la calle a mirar a las personas a los ojos. No con la intención de encontrar el amor, sino de permitir que tu corazón se abra.
Como dijo Rumi: “Tu tarea no es buscar amor, sino, simplemente, buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has construido contra el amor”.
