¿Granada tiene costa?
Digo yo que al igual que me pasa a mí le pasará a los demás o igual sucede que por estar fuera de casa tengo una sensibilidad especial
La verdad es que no sé si estoy ya viejo, si lo que me enseñaron en mis tiempos de estudiante no era verdad, si las clases de geografía no estaban acertadas o es que, quizás, en estos años que han pasado, y que no he estado en mi tierra, no me he dado cuenta de que ni Granada linda con el Mediterráneo ni tiene playas ni buen clima ni nada por el estilo.
Y digo todo esto porque cada vez que veo la televisión y llegan las noticias de la costa con el calor o el frío, del aluvión de turistas nacionales y extranjeros, de la alta ocupación de las plazas hoteleras, etc. no oigo nada de Motril ni de Torrenueva ni de Almuñécar ni de ninguna de las muchas playas grandes o pequeñas que existen en nuestra provincia. O sea, que todo ha cambiado y, o la costa granadina se ha independizado y está en otro sitio, o existe un vacío total y en los telediarios y demás programas parecidos se han propuesto ocultar lo que existe y mejor hablar de otras zonas, aunque sean cercanas o, incluso, limítrofes.
Porque si bajan las temperaturas, catalanes y valencianos están super informados del frío intenso y el mal tiempo y las lluvias que llegarán. Si el calor anuncia con ser aterrador, y la venta de elementos refrigerantes van a batir récords, los anteriormente citados, más murcianos y baleares, saben de sobra lo que les espera. Pero de los ‘granaínos’ no habla nadie. Los costeños no van a saber si hará frío o calor, por supuesto, de sus hoteles no sabremos cómo van a estar y habrá que investigar a fondo para obtener una plaza, porque por información en los medios nacionales ni pío.
Pasan los días, pasan las noticias climatológicas y solo los encargados del tiempo saben que existe nuestra costa y son los únicos que se acuerdan e informan convenientemente. Como se pierda usted estos espacios, ya sabe, coja el móvil, que sirve para más cosas que para hablar, y cánsese buscando lo que le interesa. O sea, que el silencio y la falta de atención es total y absoluta.
Digo yo que al igual que me pasa a mí le pasará a los demás o igual sucede que por estar fuera de casa tengo una sensibilidad especial y estoy demasiado atento a la tierra que quedó atrás y me intereso demasiado. Pero ya me cansan tantas imágenes de playas catalanas o valencianas, ya me enseñan cada día que hay una casi ingente multitud los fines de semana en la arena de esas zonas y estoy más enterado que nadie de que los restaurantes están abarrotados, los hoteles hasta la bandera y de extranjeros para qué vamos a hablar, ni cabe ni uno más por mucho que se quiera.
En castellano claro y diáfano oigo aquello de “vámonos a la costa mediterránea”, y me encuentro con unas chavalas con cara de novatas recién salidas de la facultad que siempre están en el sitio, pero nunca en el nuestro. Increíble, pero cierto. Por mucha atención que he prestado nunca he oído que alguna de ellas estuviera en Motril, por ejemplo.
Después me pongo a pensar y digo yo que las autoridades también se darán cuenta de todo esto, de que los hoteleros sabrán lo que pasa y a lo peor es que el único que se siente herido o marginado soy yo. Pero la imagen de la zona no es mía ni los ingresos de los negocios ni la publicidad tampoco y, como consecuencia, alguien debería protestar. Claro que quizás esto no sirva de nada, pero se notará por lo menos.
Porque si nos gastamos, o se gastan, dinero en festivales, encuentros, citas o reuniones turísticas con un amplísimo programa de publicidad y marketing para que todo el mundo sepa quienes somos y lo que tenemos, sería lógico obtener alguna recompensa en los medios y que echaran una mano.
Y como pertenezco por suerte, aunque últimamente me entran muchas dudas, a la profesión periodística no me explico el porqué de tanta ausencia. No sé si las cadenas obtienen algún beneficio oculto o no de las zonas anunciadas y tampoco sé si es que no hay intención ni ganas de tener unas bases en nuestra costa para poder informar con fiabilidad y sin ocultaciones. O lo mejor es esto último, pero digo yo que, teniendo hermosas playas grandes y muchas calas recatadas, grandes extensiones con productos únicos en España o excelentes zonas monumentales y paisajísticas, sería lógico poner un poco de interés y decir alguna vez que el Mediterráneo también baña Granada y sus playas.
Porque a lo mejor estoy equivocado, pero últimamente y con mucho interés solo se ha informado de que la candidata de Vox cara a las últimas elecciones pasadas, Macarena Olona, tenía, o querían que tuviera, problemas por estar empadronada en Salobreña. De lo otro, nada de nada.