Tormenta de fuego
Francamente, albergaba la esperanza de que este artículo hubiera llevado por título ‘El arte de la paz’, pero la realidad impone lo contrario. La guerra en Ucrania continúa implacable devastando aquel país mientras que EEUU y la UE se esfuerzan por estrangular la economía rusa con medidas punitivas que esperemos, más pronto que tarde, surtan el efecto deseado. No es fácil teniendo en cuenta la diferencia de pareceres que conviven en Bruselas. Recientemente, tuve ocasión de visitar Estambul, ciudad donde las delegaciones de los países contendientes han abierto una vía de acuerdo, ojalá sea así, porque más allá del drama humano que la guerra supone, es desolador observar cómo ni un solo barco baja por el estrecho del Bósforo con las devastadoras implicaciones que ello conlleva para la economía de medio mundo.
El fuego no da tregua y se ceba de nuevo, como cada año, con los montes españoles. Zamora, Guadalajara, León, Ávila, Ciudad Real, Valencia, Málaga, Jaén, Granada o Tenerife son algunas de las provincias que lo han sufrido en sus propias carnes. Dependiendo de la fuente consultada, en España los incendios forestales han arrasado este verano más de 220.000 hectáreas, según las estimaciones del Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales (EFFIS). Aunque si nos atenemos a los datos del Ministerio de Transición Ecológica, la cifra desciende hasta las 78.759 hectáreas. Siguen siendo muchísimas, en cualquier caso. Por cierto, hace pocos días oí en televisión unas declaraciones de la señora ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico en las que nos recomendaba a todos los españoles que contra el calor lo mejor es bajar las persianas de casa para que esté fresquita y a oscuras. Se le olvida a la señora vicepresidenta tercera del Gobierno que el megavatio/hora de electricidad se paga muy por encima de los doscientos euros. Vamos que o morimos de calor o morimos arruinados.
Paralelamente, el Gobierno ha anunciado un techo de gasto récord que se situará en los 134.336 millones de euros. El techo de gasto, o lo que es lo mismo, el límite de gasto no financiero, supone el pistoletazo de salida para la confección de los Presupuestos Generales del Estado y se calcula a partir de la estimación de los ingresos para el ejercicio que está por llegar. Dicho de otro modo, es el máximo de recursos que se puede asignar, en este caso a los ministerios, para que puedan atender a sus necesidades y, al mismo tiempo, cumplir con los objetivos presupuestarios. Pues bien, en esos Presupuestos espero que se incluyan, de una vez por todas, cuantiosas partidas para el cuidado y mantenimiento de nuestros campos y bosques. De lo contrario, el año que viene contaremos la misma historia. Eso sí, mucha foto (aunque para eso haga falta movilizar un avión Falcon, un helicóptero Superpuma y una comitiva de no sé cuántos vehículos Audi A8) y cero dimisiones. Viva el cambio climático.
Aprovechando que el curso escolar ha finalizado, el Gobierno nos ha presentado ‘su’ nueva Selectividad a la que ha bautizado con el nombre de EBAU. Como no podía ser de otra manera, resultará más fácil para los alumnos, con menos exámenes y una prueba de madurez académica. Está previsto que comience a funcionar a partir del curso 2023/2024 y, a partir del curso 2026/2027, la prueba de madurez pasará a computar un 75% de la calificación final y sustituirá a los exámenes de Historia de España e Historia de la Filosofía, no sea que les creemos traumas a los chavales. Así se forjan generaciones de profesionales competentes, premiando el esfuerzo. Me pregunto que será lo siguiente.
Feliz verano a todos, saludos.