Personas que aspiran a convertirse en lo que les gustaría ser

¿En qué tipo de persona aspiramos a convertirnos? Una persona “aspiracional” es aquella persona que se identifica con lo que puede llegar a ser, sin tener en cuenta si es realista el camino para conseguirlo.
Normalmente esas personas quieren ser más de lo que son y les gusta enseñar aquello que han conseguido en la vida y que les distingue de los demás.
Ahora, la mayoría de los españoles sueña con ser influencer. Eso de ser empresario, trabajar por cuenta propia o en una compañía tras acabar los estudios universitarios no está en la cabeza de más de la mitad de los adolescentes. Así, mientras que más de la mitad quiere trabajar en la Administración pública por aquello de la estabilidad laboral como gancho, un 25,6% afirma que en el futuro le gustaría ser empresario y montar su propio negocio, mientras que un 23,1% aspira a trabajar para una empresa de otra persona.
La visión de la familia sobre el futuro laboral de sus hijos también se pone de manifiesto en los resultados de la encuesta, ya que un 57,4% de los adolescentes cordobeses confiesa que lo que le gustaría a su familia es que fuera funcionario con un empleo fijo para toda la vida, mientras que un 27,2% prefiere que sea empresario y cree su propia compañía. El 15,3% de los jóvenes asegura también que lo que gustaría a su familia es que trabajara para la empresa de otra persona.
Y la necesidad de ser alguien nos aleja de ser uno mismo ya que tenemos que pararnos a pensar por qué queremos lo que queremos. Así, el ser alguien es la careta perfecta para que nos sintamos válidos a través de los demás. Ser uno mismo significa tomar contacto con nuestras capacidades y desarrollarlas en base a nuestras potencialidades. Esto es, no basar la motivación en tener o querer ser alguien en la vida. Por el contrario, debe surgir del impulso de expresarnos, descubrir y buscar salida a uno mismo, sin tener que disfrazarse de otras formas o personas.
Si para ser alguien hay que traicionarse, mejor ser uno mismo. Y como dice la gente psicología y mente, ser uno/a mismo/a quiere decir que te gusta quien eres, que vives tu vida como te gustaría vivirla sin que te guíen las opiniones de otras personas; quiere decir que te respetas. Aceptarse y ser de la manera que somos implica aceptar que no podemos controlar la forma en la que nos perciben otras personas; y que la percepción que más nos debería importar e influenciar es la nuestra propia.
Dice en La Mente es maravillosa que cuando uno se da cuenta de quién es en realidad descubre lo distinto que es con respecto a muchas de las personas con las que se relaciona a diario. Incluso, con relación a aquellas que han sido referencia para él. Tenemos la impresión, entonces, de que que son muchas más las cosas que nos separan que las que nos unen.
Y añaden:
- Ser uno mismo es aceptar la propia identidad
- Las etiquetas que otros nos pongan no sirven, no tienen valor
- Ser uno mismo implica también hacer cambios
Y el arte de ser quien deseamos ser de verdad requiere, en primer lugar, aceptarnos. Y a partir de ahí, avanzaremos con cada triunfo para seguir construyendo nuestra identidad.