Personas que manipulan

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"Las personas que manipulan son muy difíciles de identificar" | Foto: Freepik
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Una persona que manipula es aquella que necesita controlar, cambiar y deformar los comportamientos o percepciones de los demás.

Las personas que manipulan son muy difíciles de identificar ya que son individuos muy hábiles socialmente y cuando nos damos cuenta de la manipulación, el daño ya está hecho.

Yo digo que lo peor es reencontrarnos con esas personas que manipulan y ejercen toxicidad, que destrozan las instituciones con su falta de estrategia, que están deseando que nos sentemos en la silla para lanzarnos una cantidad infame de trabajo o dejarnos sin nada para hacer, que utilizan la coacción para dejarnos tirados, o que sus frases maquiavélicas y demás exquisiteces destruyen día a día las ganas de levantarnos de la cama para ir al trabajo a pesar de la cantidad de amigos y compañeros que uno/a tiene en el mismo.

En psicología y mente, nos los describen:

1. Están especializados en detectar las debilidades ajenas

Absolutamente todos tenemos debilidades, y son el instrumento que utilizan para herirnos, puesto que si titubeamos en lo que creemos, hay algo que nos produce vergüenza y deseamos ocultar, la persona manipuladora tratará de averiguarlo y, si se da la ocasión, podrá usarlo en nuestra contra.

2. No se detendrán hasta conseguir lo que desean

Muestran pocos reparos a la hora de pisar a quien sea, para ellos el fin justifica los medios. Cuando van a actuar no les tiembla el pulso para hacer lo necesario con el propósito de alcanzar sus objetivos, con todo ello sus conductas suelen pasar desapercibidas ya que son buenos actores.

3. Son insaciables

La manipulación les hace sentir poderosos y, como suele ocurrir con el poder, siempre desean más. Sus principios morales están algo dañados, al ser conscientes que por sí mismos son incapaces de alcanzar un objetivo, pero que su capacidad manipuladora puede proporcionarles llegar a su meta haciendo uso de los méritos ajenos, a espaldas de los demás. Les colma la ambición, unas ansias que al igual que la droga les produce una especie de adicción.

4. Necesitan el control

El manipulador suele padecer el conocido como complejo de superioridad; suelen ser personas con rasgos cercanos al egocentrismo y al narcisismo. Les gusta superarse a sí mismas y superar el nivel alcanzado anteriormente, en busca de retos cada vez mayores.

No obstante, las personas que sienten la necesidad de considerarse superiores a los demás, incluso seres perfectos, medrando a través de los méritos ajenos, denotan una cierta inseguridad la cual revisten con la apariencia de poder, pero que en el fondo ocultan un miedo apabullante a mostrarse débiles

5. Usan de forma excesiva la emoción para persuadir

La manipulación de los sentimientos es una táctica común. Esto puede incluir provocar culpa, vergüenza o simpatía para influir en las decisiones de los demás.

6. Se presentan como víctimas

A menudo, las personas manipuladoras se presentan como víctimas de circunstancias o acciones de terceros para ganarse el apoyo y la compasión de los demás, desviando la atención de sus propias acciones.

7. No asumen la responsabilidad de sus actos

Tienden a no asumir la responsabilidad de sus actos y, en su lugar, culpan a otros o a situaciones externas de sus propios errores o comportamientos negativos.

8. Dicen mentiras y exageraciones

Para conseguir sus objetivos, pueden mentir, exagerar o distorsionar la verdad.

9. Tienen cambios de humor impredecibles

Usan sus emociones para controlar a los demás. Esto puede incluir cambiar rápidamente de ser amable y amoroso a estar enfadado o sancionador si no se cumplen sus deseos.

10. Buscan los puntos débiles en los demás

Son hábiles para detectar vulnerabilidades en los demás y explotar estas debilidades para su beneficio.

11. Aíslan a sus víctimas

Pueden intentar aislar a sus víctimas de amigos, familiares u otras fuentes de apoyo para incrementar su dependencia emocional o física.

12. Se irritan con facilidad y reaccionan de manera exagerada

Suelen tener reacciones desproporcionadas frente a situaciones que les resultan molestas. Es difícil prever qué las enfurecerá y cuál será su comportamiento como resultado. Incluso, pueden llegar a mostrar conductas violentas.

¿Cómo protegernos de este tipo de personas?

1. Ser conscientes

Lo primero que debemos hacer es tomar consciencia de la manipulación. Hay derechos que son inviolables y que no se pueden traspasar, esos derechos son los siguientes:

  • A ser tratado con respeto.
  • A establecer las propias prioridades.
  • A expresar nuestra opinión y como nos sentimos.
  • A defenderse física o emocionalmente.
  • A decir "no" sin sentir culpa.

Si nos relacionamos con alguien y sentimos que nuestros derechos están siendo menoscabados, considera que puede que estemos siendo víctima de una persona manipuladora.

2. Guardar la distancia de seguridad

Mantener la distancia emocionalmente, al igual que cuando se conduce mantenemos la distancia de seguridad para no topar con el otro vehículo y ahorrarnos un accidente. No permitamos que nadie invada nuestro espacio ni se aproxime a su tela de araña para evitar ser cazado. Nadie podrá herirnos sin nuestro consentimiento.

3. Nosotros no tenemos la culpa

Si contestamos no a alguna pregunta de las que hemos citado con anterioridad, consideremos que puede que nosotros seamos la víctima y no al revés. Hay ciertos aspectos de la realidad que nos circunda sobre los cuales podemos ejercer un control, sin embargo, la mayoría de las cosas no están en nuestra manos, así pues, no tenemos la culpa de lo que sucede a nuestro alrededor, de manera que si empezamos a sentirnos de dicha manera, procuremos averiguar lo que pasa.

4. Tomarse tiempo

No respondamos a sus demandas inmediatamente, antes debemos reflexionar. Los manipuladores, frecuentemente, ejercen presión sobre sus víctimas de manera que estas no se demoren en el momento de acceder a sus demandas. Saber reconocer estos momentos es fundamental para no permitir que la presión del momento haga ceder a la racionalidad, haciendo que los intereses de otros nos pasen por delante.

5. No dudar

No vacilemos en nuestras convicciones y mantengamos firme nuestras afirmaciones. Los manipuladores son muy hábiles a la hora de interpretar nuestra comunicación no verbal, si dudamos se percatarán de ello y ejercerán más presión hasta hacer que finalmente cedamos.

Si nos topamos con una persona que actúe de forma manipuladora, es necesario que logremos desenmascararla. Si es posible, debemos intentar ayudar a esa persona para que vaya siendo consciente de que su conducta afecta negativamente a los demás y, sobre todo, a sí misma.