Personas que quiero tener en mi vida: Relativizan, no reprochan y respetan
Personas que relativizan, que no reprochan y que respetan. Esas son personas a las que quiero tener en mi vida.
1.Relativizar es saber que no todo es importante, que no se puede discutir por todo ni criticarlo todo.
Relativizar no significa olvidarse de los problemas, sino que es darles la importancia que de verdad tienen. Un mismo suceso puede resultar un problema para una persona y no tener ninguna importancia para otra. Por ello decimos que los problemas no existen, simplemente son circunstancias a resolver y, a veces, nos preocupan demasiado. Debemos ocuparnos y no pre-ocuparnos.
La clave es que, en ocasiones, le damos una importancia exagerada a todos los “problemas”, no distinguimos lo importante de lo urgente o lo grave de lo banal.
Algunas de las técnicas que nos pueden ayudar a relativizar y así poder tomar mejores decisiones es pensar en qué le diríamos a nuestro mejor amigo si tuviera el mismo problema. Cuando es algo nuestro, generalmente, pensamos que es algo muy urgente y que no puede esperar. Cuando pensamos que el problema es de nuestro amigo podemos decidir qué le recomendaríamos y solucionarlo más rápido. Pensar que somos nuestro mejor amigo y apliquénoslo. Verlo desde otra perspectiva te hace tomar distancia. O parar y respirar. Probar a estar solo cinco minutos sin respirar y veremos qué pasa. Sin embargo pensamos que todos nuestros problemas son lo más importante en la vida y queremos solucionarlos a toda costa. No nos dejan vivir. Y lo único que de verdad no nos permite vivir es dejar de respirar. Parémonos, respiremos y pensemos que eso es lo más importante. Después ya podemos pensar en la situación a resolver. Incluso, imaginar que estamos enfermos. Cuando estamos enfermo no tenemos ganas de nada, todos los problemas se minimizan, ya no somos imprescindibles para solucionar el problema, seguro que lo podemos delegar en alguien.
2.No Reprochar implica saber que los reproches son la tumba del querer, del amor, del cariño, del buscar el entendimiento. Qué importante es dejar cerrado el cajón de los reproches y hacer cambios en el armario emocional.
Cuando tenemos un cajón de reproches significa que tenemos rencor hacia otras personas. La acumulación de reproches en nuestro cajón puede ser muy negativo para las relaciones personales y la salud emocional ya que puede dar lugar a resentimiento, malentendidos y problemas de comunicación.
Por lo tanto, es importante abordar estos reproches de manera constructiva y liberar espacio emocional. Ante ello:
- Practicar la empatía. Antes de emitir un reproche, pararse y tratar de ponerse en el lugar del otro. Pensar en sus motivos, sentimientos y situación. Preguntarse: '¿Cómo me sentiría yo en su situación?'. '¿Es coherente, justificado?' '¿Puedo redimensionarlo?' Esto puede ayudarnos a comprender mejor sus acciones y reducir la tendencia a culpar.
- Comunicar asertivamente. Expresar cómo nos sentimos sin culpar ni juzgar. Evitar palabras de generalización como siempre, nunca, todo, y personalizar. Describir el comportamiento o situación que nos preocupa, así como también las expectativas de ambos. Esto puede prevenir malentendidos que a menudo llevan a reproches.
- Enfocarse en las soluciones. En lugar de reprochar, enfocarse en buscar soluciones conjuntas. Esto transforma el reproche en una oportunidad para el crecimiento y la mejora.
Cuando recibimos un reproche
- Escuchar activamente. Prestar atención a lo que la otra persona está diciendo y a sus emociones. No interrumpir ni ponerse a la defensiva inmediatamente. A veces, simplemente escuchar puede calmar la situación.
- Pedir ejemplos concretos para entender mejor su perspectiva. Esto puede ayudarnos a identificar áreas de mejora y a abordar el problema de manera más efectiva.
- Evitar ponerse a la defensiva y reconocer los sentimientos de la otra persona. Podemos decir algo como «entiendo que te sientas así, y quiero entender mejor lo que está pasando para poder mejorar nuestra relación».
Cambiar los reproches por una comunicación más efectiva y respetuosa es beneficioso porque reduce el conflicto, fortalece las relaciones, facilita el crecimiento personal y promueve una comunicación más abierta y saludable, en general.
3.Respeto a las diferentes formas de pensar, de actuar y de sentir.
El respeto es aceptar a la otra persona y no pretender cambiarla. Respetar a otra persona es no juzgarla por sus actitudes, conductas o pensamientos. No se le reprocha nada ni esperamos que sea de otra forma.
Respetar a los otros es ser capaz de comprender y aceptar que existen esas diferencias individuales pero, sobre todo, entender que como miembros de una sociedad somos iguales. A todas las personas se les debe respeto por el simple hecho de ser personas.
La igualdad está en el equilibrio. El respeto por los demás es muy importante, pero el respeto por uno mismo es fundamental, puesto que valoraremos a los demás en la medida que seamos capaces de valorarnos a nosotros mismos.
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