Personas que son esencia

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"Limitar la identidad a un conjunto de rasgos plantea un problema: los rasgos pueden cambiar" | Foto: Remitida
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La esencia es aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas. O también, lo más importante y característico de una cosa. La esencia de una persona hace referencia al conjunto de peculiaridades o rasgos que definen a un individuo y que le permite diferenciarse del resto.

Leía en La mente es maravillosa la respuesta a la pregunta: ¿Qué es la esencia de una persona? Entendemos por «esencia de una persona» al conjunto de cualidades, rasgos o características que hace que una persona sea lo que es. La esencia es invariable o prácticamente invariable, puesto que si cambia, la persona ya no se reconocería. Este concepto lo podemos equiparar al de identidad, el cual es comprendido como conjunto de creencias, patrones conductuales y modos de sentir que nos diferencian de las demás personas. La identidad es una construcción que nos proporciona una sensación de singularidad.

Desde una postura existencial, podemos decir que toda esencia se construye a partir de la existencia. La esencia es producto de las interrelaciones de varios factores.

Así, nuestra esencia depende también de la herencia genética de nuestros padres. No obstante, no hay que entender esta influencia como determinante, sino como probabilística. Tenemos una predisposición que puede o no activarse dependiendo del entorno.

El factor psicológico desempeña otro papel importante en la construcción de la esencia.Lo que pensamos, lo que creemos, la manera de sentir y de emocionarnos en el mundo va creando un patrón cognitivo, conductual y afectivo de relacionarnos y de ser.

A nivel cognitivo, las narraciones que construimos sobre lo que nos sucede y sobre nosotros mismos dan pie a una consolidación de dicha esencia. A través de ellas, mantenemos una historia coherente que refuerza lo que somos.

La esencia reside en la relación de diferentes factores que actuando conjuntamente. Se puede decir que la dimensión biológica crea un cuerpo humano, la psicológica lo identifica como propio y la social lo moldea. Este viaje de autenticidad es como una travesía en la que, al desprendernos de las capas superfluas, nos acercamos a la esencia pura de nuestro ser. Te invito a caminar por este sendero, donde cada paso te lleva más cerca de la versión más auténtica y plena de ti mismo.

En este sentido, la crianza que nos dan nuestros padres son un elemento clave en lo que somos y en la activación de nuestras predisposiciones genéticas. El ambiente instaura un ideal de ser para nosotros, lo refuerza, lo moldea, lo define de acuerdo con sus propias expectativas.

Limitar la identidad a un conjunto de rasgos plantea un problema: los rasgos pueden cambiar.

Sin embargo, aunque estemos permanentemente cambiando desde un punto de vista físico y psicológico, es evidente que en el proceso de transformación hay algo que se mantiene inalterable: la convicción de que somos la misma persona en todo momento.
Esta peculiaridad de la naturaleza del ser humano, resumida en la frase: “todo en mí cambia, pero sigo siendo el mismo”, obliga a plantearse la idea de que debe existir algo que no cambia, que es inmutable.

Ese “algo” es lo que definimos como la esencia de la identidad personal: “aquello que persiste independientemente de los cambios superficiales por los que atraviesa una persona”. Así, cada ser humano va creando lo "propio".

En mundopsicólogos nos explican que la autenticidad florece cuando permitimos que todas las facetas de nuestra identidad sean vistas y aceptadas:

  1. Explorando la Esencia: Pensar en esas cosas que amamos pero que hemos mantenido en la sombra. La autenticidad comienza cuando nos permitimos ser nosotros mismos sin reservas.
  2. Desnudando las Máscaras: Todos usamos máscaras para encajar. A veces, nos protegemos detrás de estas máscaras, pero es hora de quitárnoslas y ser auténticos.
  3. Exploración de Deseos Profundos: La autenticidad significa alinearnos con esos deseos profundos.
  4. Prácticas Reflexivas: Unas pequeñas pausas reflexivas pueden marcar una gran diferencia.
  5. La Transformación de la Percepción: A medida que nos acercamos a ser auténticos, ¿habéis notado algún cambio en cómo nos vemos a nosotros mismos?
  6. Relación con tu entorno: Observemos cómo nuestra autenticidad puede influir en las conexiones que tenemos con los demás.
  7. Integración en la Vida Cotidiana: Finalmente, pensemos en cómo podemos llevar esta autenticidad a nuestro día a día. No es algo complicado; son pequeñas decisiones diarias.

En ocasiones, también puede ocurrir que los individuos perdamos nuestra propia esencia. Si creemos que nos puede haber ocurrido, tomemos nota de estas señales de alerta:

  1. Sentir que no somos felices en ningún momento.
  2. Preferimos estar solos porque no estamos a gusto con nadie de nuestro entorno.
  3. Sentimos envidia por los logros de los demás.
  4. No nos valoramos lo suficiente.
  5. Buscamos la aceptación de los demás.
  6. No expresamos lo que pensamos y lo que sentimos.

La esencia personal es la única parte del ser humano que no cambia a lo largo de toda nuestra vida.

  • La esencia personal ayuda a las personas a comprenderse.
  • Facilita las relaciones del ser humano con los demás y con su entorno.
  • Dota a quien la utliza de una herramienta de control personal muy potente, porque les permite controlar y comprender sus reacciones ante diferentes situaciones que ocurren en su vida.
  • Complementa a todo el conocimiento que tienen las personas sobre sí mismas, permitiendo encajar sus piezas como si de un rompecabezas humano se tratara.
  • Los seres humanos al conectarse con su esencia personal, sienten una fuerza interior renovada.
  • La esencia personal permite comprender muchas de las intuiciones, que tienen los seres humanos.

En definitiva, el corazón es la esencia de las personas. Busquemos esa esencia.







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