And the winner is... Colón
La identidad de Cristóbal Colón sigue siendo uno de los grandes misterios históricos, objeto de fascinación para académicos e historiadores. Desde hace décadas, se han tejido teorías, debates y estudios sobre el origen de quién es, quizás, el navegante más famoso de la historia. Desde los primeros años de colegiales, a los que tenemos ya cierta edad y bagaje, se nos enseñaba y explicaba que el más notorio navegante de todos los tiempos era genovés. Y ahí quedaba la cosa... Hasta hoy.
Recientemente, la investigación dirigida por el doctor José Antonio Lorente, experto en genética forense de la Universidad de Granada, ha reabierto esta incógnita con un enfoque científico: la búsqueda de su verdadero origen a través del ADN. Todo ello cristalizado en un fascinante documental emitido hace unas fechas por televisión. La meta era desentrañar, finalmente, los orígenes de Colón, utilizando herramientas genéticas dándole así un giro radical a una discusión que por siglos ha sido dominada por documentos, especulaciones e interpretaciones.
La biografía oficial de Cristóbal Colón afirma que nació en Génova, Italia, alrededor de 1451, en el seno de una familia de modestos tejedores. Sin embargo, esta versión ha sido puesta en duda desde hace tiempo.
En España y Portugal, varias teorías sugieren que Colón podría haber sido catalán, vasco o incluso portugués.
Existen investigadores que defienden que era un noble catalán implicado en las guerras de sucesión de Castilla, mientras otros sostienen que provenía de una familia judía sefardí convertida, que huyó de la persecución. Algunos incluso argumentan que Colón podría haber tenido orígenes gallegos debido a ciertos usos lingüísticos y giros en sus cartas y diarios. A todo lo anterior, además, hay que añadir que incluso países europeos como Noruega e incluso Polonia se postulan como cuna del almirante.
En medio de todas estas teorías, el trabajo de Lorente se distingue por ser una de las pocas iniciativas en abordar la cuestión del origen de Colón desde un punto de vista científico y empírico.
Tuve la suerte de conocer y tratar a José Antonio Lorente a finales de la década de los 80, recién concluida su carrera de Medicina. Por supuesto no era aún el insigne catedrático de Medicina Legal y Forense que es hoy, pero sí ya un hombre de grandes inquietudes que el tiempo ha venido a demostrar en su impresionante currículum.
La investigación genética emprendida por Lorente y su equipo ha sido ambiciosa y multidisciplinaria. En lo emitido por televisión se nos muestran el trabajo y los resultados finales.
El grupo del profesor ha recurrido a pruebas de ADN mitocondrial, que se hereda por línea materna, y al ADN-Y, que se transmite de padres a hijos varones. Ambos tipos de análisis permiten rastrear la ascendencia y las posibles conexiones familiares. La investigación no se limita a comparar los restos de Colón y sus descendientes directos, sino que incluye un banco de datos de muestras genéticas de diversas regiones de Europa, particularmente de Italia, España y Portugal. Todo ello con el fin de poder compararlas con los restos de su hijo Hernando Colón. Y para todo ello, se han recopilado muestras de ADN de cientos de personas en España y de otros países.
Todo este laborioso y apasionante proceso empezó en 2003, pero tuvo que quedar en suspenso debido a las limitaciones tecnológicas de hace 20 años para descifrar el ADN partiendo de tan poca cantidad de material. En 2022, y tras avances tecnológicos significativos en ese campo, se volvió a retomar con garantías la investigación.
El objetivo de la misma, no fue solo determinar si Cristóbal Colón nació en Génova, sino verificar si alguna de las teorías alternativas tenían fundamento desde el punto de vista genético. Entre tantos documentos ambiguos y teorías contradictorias, el ADN ofrece una herramienta objetiva que puede arrojar luz sobre siglos de conjeturas. Como manifiesta José Antonio Lorente, la identidad de Colón podría haber sido un secreto bien guardado incluso en vida, posiblemente como estrategia para poderse mover entre tensiones políticas y territoriales de la época. Ha habido, hasta hoy, un verdadero “juego de sombras” sobre sus verdaderos orígenes.
Algo que a mí, personalmente, me llamó mucho la atención de todo ese trabajo de investigación cuando lo visioné fue cómo se fueron desmontando todas y cada una de las teorías y especulaciones sobre el origen del glorioso marino partiendo de un único hilo conductor como es el ADN de su hijo Hernando.
Como dije al principio, muchas son y han sido las hipótesis sobre su origen. El Colón genovés, el catalán, el gallego, el portugués, el italiano y mallorquín o incluso el de origen sefardí y sus más firmes defensores, esperaban con expectación y esperanza que los estudios y conclusiones les dieran la razón. Tan solo una sería la conclusión definitiva y “ganadora”. And the winner is...
Para llevar a buen puerto -y nunca mejor empleada la expresión- este trabajo, se han tenido que abrir sepulturas, incluso en iglesias, e inhumar restos. Todo ello con objeto de poder cotejar los ADN de los “aspirantes” a ser familia de Cristóbal Colón con los del propio almirante que -ya sí con seguridad- son los que se hallan en la Catedral de Sevilla.
Tras todo este largo y complicado proceso, el profesor Lorente fue informando y entregando personalmente uno tras otro, y con mucho protocolo y seriedad, a todos los representantes y defensores de cada postulado, las deducciones finales, y ya irrebatibles, del estudio sobre la autenticidad o no de lo que defendía cada teoría.
Cada uno de los defensores de su hipótesis particular escucharon estoica y atentamente las explicaciones y resultados que les entregó el profesor Lorente. Todos excepto uno. El arquitecto Francesc Albardaner, no pudo acudir a dicho acto por su delicado estado de salud. Albardaner sostiene, desde 1986, la catalanidad de Colón y la plasma en su libro 'La catalanitat de Colom'. Lorente fue personalmente a visitarlo para transmitirle los resultados del trabajo y confirmarle que su teoría era la que más cerca estaba de la realidad.
Albardaner expuso su hipótesis en la cual mantenía que “Colón era un judío sefardita, siguiendo las tradiciones y costumbres judías. Tuvo maestros judíos que le enseñaron la religión judía, pero, eso sí, en la esfera pública, aparentemente, era cristiano”. Y subrayó que “según su teoría, nace en una familia de tejedores de seda de Valencia, donde había una larga tradición dentro de la comunidad judía de tejedores de seda”.
Claro está, esto no dice el lugar exacto de su nacimiento, pero sí parece claro según el estudio, que Cristóbal Colon nació en algún lugar de la costa mediterránea de España y que, siempre según dicha investigación, procedía de judíos sefardíes, condición esta que ocultó con el fin de no ver obstaculizado su proyecto o por posibles represalias.
El caso es que, como no podía ser de otra manera y menos en un país como España, han surgido voces críticas con este estudio-investigación o que ponen cierta duda sobre el mismo.
Sin ir más lejos, en la propia Universidad de Granada, el acreditado antropólogo forense Miguel Botella, al cual también tuve el placer de tratar hace ya bastantes años y casi al mismo tiempo que al profesor Lorente, en unas declaraciones a un medio escrito y tras la emisión del documental, dejó dicho que "lo que hay que hacer es dejarse de historias, publicarlo en una revista científica y que entonces podamos hablar con datos, porque si no es otra vez darle vueltas al tema. Si esto no se hace, lo único que tenemos es un programa para que lo vea la gente a las 22:30 de la noche, pero que no tiene el menor rigor científico.”
Botella empezó a trabajar en el análisis del ADN de Colón, pero lo dejó en 2003 tras los primeros análisis y no ha querido participar más. También señaló en su día que, aunque la genética puede ofrecer datos significativos, no siempre puede responder preguntas complejas sobre identidad cultural o los contextos sociopolíticos que pudieron influir en la vida de Colón. En palabras de Botella, “la genética puede arrojar luz sobre los orígenes biológicos, pero es incapaz de decirnos quién era Colón en términos culturales o políticos.” Para Botella, el ADN es solo una pieza en el rompecabezas de la identidad de Colón.
Y la verdad es que es así. Para los científicos, un reportaje o trabajo emitido por televisión no deja de ser un mero show de distracción mientras esos resultados no sean publicados en alguna prestigiosa revista científica y explicados a dicha comunidad con detalles sobre cómo se realizó dicha investigación, qué medios y técnicas se han utilizado y todo un sinfín de detalles necesarios para darle absoluto beneplácito científico. Y parece ser que en esto coinciden muchos expertos.
Lorente, por su parte, refiere que su trabajo no es un documental científico, sino una “película” basada en sus estudios. Los resultados científicos, sostiene el profesor, se presentarán en una rueda de prensa probablemente a finales del mes de noviembre. Hasta entonces, Lorente afirma que no hará declaraciones.
Y en ello estamos. No les puedo asegurar que a la hora de publicarse este artículo se hayan realizado dichas declaraciones por parte del ilustre investigador.
Así pues, aún seguimos esperando a que se abra el sobre para poder, definitivamente, desvelar todo este misterio y decir aquello de “And the winner is...” como si de una entrega de los Oscar se tratara.
Para mí, como aficionado a la historia, esta investigación representa una oportunidad única de redescubrir a Colón, no solo como el explorador que abrió las puertas del Nuevo Mundo, sino como un ser humano con secretos y contradicciones, que quizás nunca quiso que se conociera toda la verdad sobre su vida.
¿Podrá el ADN responder todas las preguntas? Tal vez no, pero nos dará una nueva forma de ver a este personaje tan complejo y a la historia misma.
Comentarios
Un comentario en “And the winner is... Colón”
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FRANCISCO
28 de noviembre de 2024 at 12:29
Un artículo entretenido.