"Masculinidad…. ¿estás ahí?"

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Estoy pensando, ya antes de escribir este artículo y transmitírselo a Vds. con todas mis bendiciones, que puede ser que me esté metiendo en un charco. Les quiero decir con esto que, en lo tocante a determinados temas como el que hoy les presento, hay que andarse con pies de plomo antes de introducirse a fondo en la cuestión. Puede ser que se hieran algunas sensibilidades muy a flor de piel hoy en día. Procuraremos pues quitarle hierro al escribir sobre ello y trataremos de que pasen un buen rato al leer sobre tan peliaguda, en particular para nosotros los caballeros, materia.

Me he tenido que documentar algo en este tema antes de escribir lo que les ofrezco hoy. No es que quiera presumir diciendo esto, no me entiendan mal, tampoco voy de sobrado. Lo cierto es que me falta aún cierto recorrido para tener un conocimiento pleno del asunto que voy a tratar. Y aunque por conversaciones, por otro lado inevitables entre amigos en alguna barra de bar, y por propia curiosidad, uno tiene cierta información sobre el tema, la verdad es que me faltaba mucha. En esto, como en casi todo en esta vida, lo mejor es estar preparados, prevenidos e informados para cuando llegue (esperemos que no sea así o se retrase lo máximo posible) ese aciago momento en que nos cueste, a nosotros los hombres, “izar bandera”.

Cómo ha cambiado el mundo de unos años a esta parte en el tema de la masculinidad, la potencia sexual y demás asuntos anexos.

Quién nos iba a decir hace, pongamos 25 años, a nosotros los hombres, que dispondríamos de tan amplio catálogo de pastillas y artilugios varios para solucionar los posibles problemas de potencia o impotencia sexual (nótese que me estoy ciñendo exclusivamente al asunto en el sexo masculino, lo cual no quiere decir que en el sexo femenino no existan otros, pero no vienen al caso en este artículo, quizás en otro).

Cuando yo tenía 20 años no se hablaba de esto en los corrillos de amigos, instituto, facultad, etc. No era un tema ni siquiera relevante, es más, no había tema. Todos gozábamos de una “salud” envidiable, como adolescentes o jóvenes que éramos y todo eso de la “masculinidad” y el “vigor sexual” nos pillaba tan lejos como el pensar en la muerte le pueda coger a un joven de 15 años a día de hoy. Simple y llanamente no reparábamos en ello.

Pero hete aquí que un buen día, allá por el año 1998, se produjo un “accidente” que conmocionó y poco tiempo después puso en estado de máxima alerta todos los sentidos de la comunidad masculina. Se inventó el Viagra.

Y sí, han leído ustedes bien, he dicho “accidente” porque realmente lo fue. La compañía que lo inventó (una muy conocida hoy en día por la fabricación de vacunas para el Covid 19) buscaba en realidad un fármaco para tratar la angina de pecho, un problema cardíaco que afecta a los vasos sanguíneos que llevan la sangre al corazón. Quería desarrollar un medicamento que permitiera relajar estos vasos, pero las pruebas no arrojaron resultados positivos. La compañía estaba a punto de desistir en esa búsqueda, cuando los voluntarios que se sometieron a éstas, comenzaron a informar de un efecto secundario inusual: tenían muchas erecciones. Enseguida, la farmacéutica comenzó a investigar qué estaba pasando. Creando incluso en el laboratorio un “hombre modelo” con tejidos auténticos de esa zona íntima masculina y desarrollando un sinfín de pruebas con ellos y con la Viagra. Finalmente llegaron a la conclusión que todos conocemos hoy en día. Algo para el hervor de la masculinidad acababa de ser inventado y/o descubierto. Era esa píldora azul que lo puso todo patas arriba y que vino a “enderezar ciertas cosas”.

Después del Viagra llegaron nuevas, de otras farmacéuticas. Parece ser que mejores y más desarrolladas, con más posibilidades. Si una pastilla de Viagra tenía efectos para una sola noche de pasión desenfrenada, otras que llegaron después nos prometían día y medio al menos de ese desenfreno romano. Las llamaban y las llaman la “pastilla del fin de semana”.

Desde entonces todo ha cambiado en la sexualidad del hombre. Pero no todo para bueno si pensamos que incluso los jóvenes de 20 o 25 años las consumen. Yo me pregunto y les pregunto a ustedes.…. ¿para qué las quieren tomar?

A esa edad, cuando las hormonas están en plena ebullición, cuando con un leve empujoncito te lanzas al precipicio, cuando se supone que rebosas energía y fuerza por los cuatro costados…. ¿para qué tomar Viagra o similar? Pues sí, como se lo cuento, la consumen. Parece ser, y según me cuentan círculos bien informados, para “quedar bien o mejor”. Es tan poca la seguridad que sienten en sus vidas respecto al trabajo, a los estudios, a su economía, a un futuro incierto, que al menos la quieren tener en su sexualidad. Una auténtica pena o aberración, según se mire.

Recuerdo que a los pocos años de la comercialización de la Viagra se puso de moda un chistecillo o broma que se le solía hacer a los amigos.

“¿Has probado ya la Viagra, esa pastilla de color rosa? –le preguntábamos al amigo en cuestión esperando que nos contestara:

“No, no es rosa, es azul” -para automáticamente responderle:

“¡Ah, o sea que sí la has probado! – dándole a entender que si sabía el color era porque ya la había tomado.

En fin, chascarrillos tontos de machitos abobados. Pero en aquellos entonces tenían su gracia, como los viejos chistes con los que antes nos reíamos a carcajadas y hoy no le vemos la gracia por ningún lado.

Lo que es indudable es que, queramos o no, este tipo de medicamentos y todo lo que ello conlleva, da pie a conversaciones interminables que están a la orden del día. En la sociedad en la que vivimos, llena de estrés, de objetivos, de afán de superación, de vorágine y de miedo, o más que miedo pavor al ridículo, parecen ser necesarios para algunos. En muchas ocasiones, nuestra propia felicidad sexual y la de nuestra pareja, dependen en gran medida de ellos.

Todos “respondemos bien” a la hora de la verdad y a ninguno nos falla el “hidráulico”, ¡faltaría más!

Aun así, hay una cosa que sí les puedo decir con toda seguridad y es que en las conversaciones sobre este tema que tenemos entre amigos (que ya es triste alcanzar cierta edad en la que este sea un asunto a tratar), todos estamos de acuerdo en una cosa:

“Yo no las tomo, pero que si se tienen que tomar se toman, ¡y punto!”

¡Y yo me apunto también, qué carajo! Porque en los ratos de intimidad con la pareja no se puede decir aquello de que “lo bueno, si breve, dos veces bueno.” ¡De eso nada!

¡Cuanto más dure mejor, y si es un fin de semana completo, mejor todavía!

Ya saben aquello de que “el acto dura mientras dura….. dura".

 







Comentarios

9 comentarios en “"Masculinidad…. ¿estás ahí?"

  1. Artículo fenomenal,como siempre.

  2. Me supongo que perteneceria a ese selecto club de juventud donde el maltrato lo ejercían ustedes, siempre en manada claro, que ya se sabe que el refuerzo del grupo es muy importante para obtener la callada por respuesta.
    Lo de criminalizar a la juventud de hoy pues le ha quedado muy bien. Menos mal que todavía quedan hombres que no necesitan de nadie ni nada para mantenerse vigorosos.
    Haría muy bien en probar cierto medicamento del que habla y contarnos en el próximo artículo como paso su afrodisíaco fin de semana entre erecciones interminables, espasmos y micro infartos.
    Bechitos

    • Pero tío!!!!! Que dices? Criminalizar a la juventud??? Jajaja te la coges con papel de fumar

      • Se puede no estar de acuerdo con el artículo, yo si lo estoy pero no sé puede generalizar diciéndole a una persona que pueda pertenecer a una manada ni tampoco veo que criminalice a la juventud .
        Seguiré leyendo sus artículos graciaa

    • Perdona pero creo que está sacando de contexto el artículo.
      Simplemente explica y da una 'opinion' sobre lo que le puede pasar a los hombres al llegar a una cierta edad y lo único que menciona de la juventud es que a ciertas edades ese tema, sobre todo hace unos años, no se le daba importancia, cosa que ahora sí pasa pues muchas parejas anteponen el sexo para que una relación funcione y si no va pues se acaba la relación.... Yo veo el artículo más enfocado hacia eso que a lo que quiere hacer ver usted de maltrato en manada....
      Con respecto a probarla en el artículo si lo ha leído entero dice que si en algún momento la debe tomar, lo hará y sino pues ole su masculinidad y el que lo tenga que usar pues ole también que una ayuda nunca está de más!!

    • Señorita Aguspirkenaw ,suponer que alguien es maltratador y que ejerce ese maltrato en manada me hace suponer a mi que ud es una ultra de manual.
      Buenos dias

  3. No saquen las cosas de contexto! Los datos y estadísticas están ahí, la juventud no tiene miedo a probar cosas y es cierto lo del uso descontrolado.
    No creo que sea criminalizar a nadie, tan sólo hay que salir una noche y ver el porcentaje de personas que consumen sustancias, incluidas estas, por el “probar”. También hay gente muy sana. Ya estamos esperando el próximo artículo!

  4. Aguspirkenaw, ¿toda esa película te la has montado tu solito o has probado la pastillita azul que no es?

  5. Juan Carlos, como siempre ¡tu artículo es un lujo! entretenido, y por supuesto respetuoso, y digo respetuoso porque parece que "aguspirkenav" se ha ofendido. Me da la sensación o bien que ha leído otro artículo, o bien que le falta hacer muchos comentarios de texto para interpretar correctamente.
    Si ya lo avisas tu en la entrada del artículo, que vas con pies de plomo porque puede que alguien se ofenda, cito:
    “Estoy pensando, ya antes de escribir este artículo y transmitírselo a Vds. con todas mis bendiciones, que puede ser que me esté metiendo en un charco. Les quiero decir con esto que, en lo tocante a determinados temas como el que hoy les presento, hay que andarse con pies de plomo antes de introducirse a fondo en la cuestión. Puede ser que se hieran algunas sensibilidades muy a flor de piel hoy en día. Procuraremos pues quitarle hierro al escribir sobre ello y trataremos de que pasen un buen rato al leer sobre tan peliaguda, en particular para nosotros los caballeros, materia."
    ¡Larga vida al Viagra!