Otra pandemia

Ahora que, desgraciadamente, todos estamos viviendo lo que es una pandemia, viene a mi recuerdo que ya en el año 2013 la Organización Mundial de la Salud declaró la violencia de género como una pandemia, reconoció que la violencia que sufren las mujeres es un problema de salud pública que afecta a un tercio de las mujeres en todo el mundo, los expertos sanitarios dijeron entonces “un problema de salud global de proporciones epidémicas”.

Por recordar la realidad fría de los datos hay que decir que han sido 41 mujeres asesinadas este año en nuestro país y 1.074 desde el año 2003 que comenzaron las tristes y esclarecedoras estadísticas que vinieron a sacar a la luz un fenómeno oculto e invisible que se consideraba un asunto privado. Unas cifras espeluznantes que tienen detrás las vidas truncadas de mujeres, de sus hijas e hijos y de sus familias, pero también la responsabilidad colectiva de todas y todos en tanto que como sociedad no hemos sido capaces de protegerlas.

La aprobación de la Ley Integral contra la violencia de género que se aprobó por unanimidad en el año 2004, sitúo a nuestro país en la vanguardia de una lucha contra el machismo y la desigualdad que están en el origen de esa violencia y ,es seguro, que la acción de las instituciones del estado a través del compromiso de jueces, abogadas, policías, fiscales, forenses, gobiernos autonómicos, corporaciones locales, asociaciones de mujeres, la disposición de recursos, las campañas de sensibilización, todos los instrumentos desplegados en el desarrollo de esta Ley a lo largo de más de más de quince años nos han hecho tomar conciencia y, seguramente, se han salvado vidas pero, a la vez, es mucho lo que queda por hacer; como lo evidencia que sólo un 30% de las víctimas mortales habían denunciado a su agresor.

La Macroencuesta 2019 sobre violencia de género publicada recientemente por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género del Ministerio de Igualdad nos muestra que una de cada dos mujeres españolas (de más de 16 años) han sufrido violencia en sus relaciones de pareja, un total de 11, 5 millones de mujeres, el 27, 7% ha sufrido violencia sexual fuera de la pareja, el 40,4% acoso sexual, que son otras formas de violencia de género.

Pero centrándonos en la violencia dentro de la pareja, hemos conocido a través de esta Macroencuesta algo más, como los tipos de violencia, así sufren violencia física y /o sexual el 14,2 % del total y violencia psicológica el 31,9%.Además, en la violencia en la pareja, la violencia física y sexual van siempre acompañadas de violencia psicológica. Es más, se puede decir que los malos tratos comienzan siempre con la violencia psicológica, cuando se analiza el fenómeno de la violencia y las pautas de control y dominio, lo que conocemos como “el ciclo de la violencia”, sabemos que el maltratador comienza descalificando, anulando, destruyendo psicológicamente a su víctima. La mujeres que han pasado por ahí, muchas veces lo resumen diciendo no sólo duelen los golpes, hay cosas peores. Las consecuencias inmediatas y a medio y largo plazo de la exposición a la violencia en la pareja son graves: lesiones, consumo de sustancias y discapacidad.

El 70% de las mujeres que la han sufrido tienen secuelas psicológicas, ellas y sus criaturas, ya que el 89,6 % de las víctimas dijeron que sus hijos estaban presentes, por eso son víctimas directas junto con sus madres.

Muchas veces hemos llamado a la violencia de género, violencia machista porque apunta a sus causas, y también terrorismo machista tratando de poner la atención sobre que, igual que el llamado terrorismo político, tiene sus raíces en razones culturales y sobre todo en que acabaremos con el cuando de forma unánime todos/as digamos basta ya, como lo hicimos con la violencia etarra.

El Gobierno hace su trabajo, desarrollando el Pacto de Estado contra la Violencia de género aprobado en 2017 y además aprobando un Plan de contingencia contra la violencia de  género ante la crisis derivada del COVid-19, con la Ley Orgánica de garantía Integral de la libertad sexual, la Ley Orgánica de protección Integral a la Infancia y la adolescencia , la Ley de contra la trata de mujeres y con estrategias ten importantes como la incorporación de un enfoque la trasversal de igualdad de género en la LOMLOE, a través de la coeducación y el aprendizaje de la igualdad entre hombres y mujeres , la prevención de la violencia de género y el respeto a la diversidad afectivo-sexual.

“La violencia contra las mujeres constituye una vulneración estructural de los derechos humanos que hunde en sus raíces en la desigualdad y las relaciones de poder entre hombres y mujeres…” Así comienza la declaración Institucional del Consejo de Ministros con motivo del día internacional para la Eliminación de la Violencia contra las mujeres. Quienes niegan el origen de la violencia contra las mujeres y quienes aceptan pactar con ellos están fuera de ese marco civilizatorio que son los derechos humanos, o lo que es lo mismo fuera de la democracia.

Este 25N, una vez más reclamamos igualdad y políticas feministas contra la violencia machista.

#NosQueremosVivas