Movilidad con plata de ley
Hace unos meses nos regalaron un carrito para el bebé. Es un carrito muy básico, pero tiene la ventaja de que se pliega de tal manera que se puede llevar colgado del hombro. Muy útil para nosotros, ya que en la guardería no nos dejan dejar los carritos dentro mientras la peque está en clase. Además, el carrito plegado cabe en cabina si viajamos en avión. En resumen, estamos muy contentos con el carrito. La única pega que le ponemos es que es bastante inestable, ya que las ruedas son muy pequeñas y frágiles. Subir un bordillo alto o circular por terreno empedrado es un suplicio y con tanta inestabilidad y movimiento brusco, la peque parece que estuviera cabalgando un torillo mecánico en lugar de ir sentada.
Nosotros viajamos en autobús a diario, de hecho, para ir a la guardería siempre usamos este transporte, ya que no está cerca de casa y nos quitamos un buen tramo de frío en la mañana. Y aquí es donde me he dado cuenta de lo maravillosa que es la gente de Granada. El autobús siempre hace parada lejos de la acera, de manera que bajar el carrito sin golpear a la peque contra el suelo es muy complicado, a pesar de que siempre pulso el botón de la rampa, y pido verbalmente al conductor que baje la rampa, nunca he conseguido que la ponga. De hecho, siempre me dicen que "la empresa no les deja". Pero a pesar de esto, siempre hay algún pasajero que se ofrece amablemente a ayudarme para bajar.
En una ciudad que presume de su movilidad, con nuevos proyectos en marcha para ampliar la red de transportes, y preocupada por la natalidad de su población, no podía creerme que esto estuviera pasando, así que pregunté a otras madres y padres para ver si era algo que sucedía desde hacía poco tiempo. Tras un mes de investigación, y llamadas a la empresa, confirmé que es algo de política de empresa, y parece que desde 2012 el ayuntamiento ha tratado de que la empresa use la rampa para los carritos de bebé sin conseguir nada, de hecho no se hacen auditorías externas para confirmar que las rampas están en buen estado.
Por mi parte, tenía mucha curiosidad por saber cuál era la razón de que la empresa se negara a usar la rampa. Al final, tras mucho indagar, he llegado a resolver el enigma. Sólo hay que fijarse bien en que las rampas de los autobuses están bañadas en plata de ley 925, y la empresa está velando por su conservación. Gracias por hacer de esta ciudad una de las más bonitas del mundo, pero una pesadilla para las madres y padres de la ciudad.
Fdo: Alberto Camacho (un padre)