Conciliación y corresponsabilidad: el gran reto pendiente para la igualdad real

Paz, unidad, manos, cariño, madre e hija, amor
Pese a los avances legislativos y la integración de las mujeres en el mercado laboral, la realidad es que el peso de los cuidados recae en las mujeres | Foto: Archivo GD
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En pleno siglo XXI, cuando los avances en igualdad de género deberían estar más consolidados, la conciliación entre la vida laboral, personal y familiar sigue siendo uno de los mayores desafíos para las mujeres en España.

Los datos más recientes del Centro de Investigaciones Sociológicas son reveladores: el 72,5% de las mujeres asegura que lo tienen peor para conciliar su vida laboral y familiar, y, paradójicamente, hasta un 58,5% de los hombres lo reconoce. Pero esto no es suficiente si no viene acompañado de un cambio real en el reparto de tareas y responsabilidades.

A pesar de los avances legislativos y la integración de las mujeres en el mercado laboral, la realidad es que el peso de los cuidados familiares sigue recayendo abrumadoramente sobre nosotras.

El 90% de las personas que no trabajan debido a tareas domésticas son mujeres, y el 84% de las excedencias por cuidados las solicitan las mujeres. Esto nos lleva a una conclusión inevitable: la igualdad real entre hombres y mujeres no se logrará hasta que la corresponsabilidad y la conciliación se conviertan en una prioridad política y social.

El cuidado y la crianza de los hijos, así como el cuidado de los mayores, no puede seguir siendo visto como una responsabilidad casi exclusiva de las mujeres. El hecho de que tantas se vean obligadas a reducir su jornada laboral, a pedir excedencias o, incluso, a postergar la maternidad debido a las dificultades para conciliar su vida profesional y familiar, es un síntoma de que algo falla en nuestro sistema.

Este problema no solo afecta a las mujeres individualmente, sino que también tiene un impacto profundo en la sociedad: una baja natalidad y un creciente envejecimiento poblacional, fenómenos que comprometen nuestro futuro como comunidad.

El Plan Corresponsables y el Real Decreto-ley 5/2023 han sido presentados como pasos importantes hacia la conciliación. Sin embargo, ambos presentan deficiencias que han generado malestar tanto entre las comunidades autónomas como entre organizaciones sociales y sindicatos.

La falta de diálogo, la ausencia de financiación suficiente y el limitado alcance de estas iniciativas, que no contemplan ni ayudas directas a las familias ni incentivos a las empresas para fomentar la conciliación, son señales de que aún no se comprende la magnitud del problema.

Es evidente que las políticas actuales no están a la altura de los retos que enfrentan las familias en nuestro país. En un contexto en el que las mujeres siguen soportando el grueso del trabajo doméstico y de cuidados, y donde las medidas de conciliación siguen limitadas a familias con hijos menores de 16 años, resulta imperativo ampliar el foco.

España necesita políticas que aborden las necesidades de cuidado de la población en su totalidad, no solo de los menores, sino también de los mayores y dependientes, que cada vez demandan más atención debido al envejecimiento demográfico.

No podemos obviar que este problema tiene también una dimensión económica. La falta de políticas efectivas de conciliación no solo afecta al bienestar de las familias, sino que también tiene un coste para la sociedad en su conjunto. Las mujeres que se ven obligadas a renunciar a su carrera o a aceptar empleos a tiempo parcial por razones de cuidado están viendo mermada su autonomía financiera y sus oportunidades de desarrollo profesional. Este es un precio demasiado alto que estamos pagando como sociedad.

Para cambiar esta realidad, es necesario que las administraciones públicas, las empresas y la sociedad civil tomen conciencia de la urgencia de implementar medidas estructurales que favorezcan la corresponsabilidad. Hace falta un cambio cultural que deje de ver el cuidado como una tarea de mujeres, y lo reconozca como una responsabilidad compartida.

El nuevo pacto andaluz por la conciliación y la corresponsabilidad firmado por el Gobierno de Juanma Moreno, es un paso en la dirección correcta, pero es solo el comienzo. Si queremos construir una sociedad más igualitaria y justa, debemos apostar por políticas decididas que promuevan el equilibrio entre la vida familiar y laboral para todas las personas, independientemente de su género. Solo así podremos aspirar a un futuro en el que hombres y mujeres tengan realmente las mismas oportunidades, tanto en el ámbito personal como en el profesional.

En definitiva, la conciliación y la corresponsabilidad no son solo derechos individuales, sino pilares fundamentales de una sociedad moderna que quiere avanzar hacia la igualdad. Sin ellas, la igualdad real seguirá siendo una ilusión, y las mujeres seguirán soportando una carga que ya no deberían llevar en solitario.







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