Un tipo raro/Morata y diez más
Dicen que nadie nace para sufrir, pero yo lo siento como obligado
Huyo de las 'bajadas de precio' de Mercadona, utilizo la Thermomix únicamente como balanza, esquivo los enfrentamientos absurdos, me desengancho del fútbol cuando las cosas van bien… A menudo me intuyo un tanto raro.
Sí. Yo soy de esos que son incapaces de levantar la mirada de la tele mientras que mi equipo vaya perdiendo o empatando y que sestean con una goleada a favor. De los que echa cuentas y más cuentas cuando coqueteamos con la parte baja de la clasificación, y se desengancha si el equipo viaja tranquilo en la zona noble de la tabla... Soy de los que nunca pilla con ganas la primera jornada de una fase final.
Empezó la Eurocopa y hasta que España no sufrió el primer revés, no me terminé de enganchar al torneo. Ahí es cuando se removió algo dentro de mí e hizo que un equipo insulso y del que apenas conocía a la mitad de los jugadores, me calara hasta los huesos. Que me pase los días refrescando la web de la UEFA para comprar una entrada totalmente a destiempo y que alterne durante la semana las 5 camisetas que tengo de la Selección.
El empate contra Suecia cambió algo en mi interior, que permitió que convirtiera la indiferencia que sentía por Morata por una empatía ciega. Sí, esta insulsa España de Luis Enrique con su errático delantero a la cabeza, me ha ganado. Y por ello me presiento una vez más a contracorriente, pero es que pienso que es vital fallar varios goles a puerta vacía y un par de penaltis, para celebrar como un título un simple pase a octavos.
Luis, que mañana salgan Morata y diez más. Y si perdemos, no pasa nada, puede ser hasta necesario, porque si siempre ganáramos yo nunca lo celebraría. Dicen que nadie nace para sufrir, pero yo lo siento como obligado. Para sentirme verdaderamente vivo, apasionado e involucrado; antes debo haber sufrido. Será que soy un tipo raro.