Personas imbéciles
Las personas imbéciles son personas consideradas molestas, tontas, irritantes, exasperantes, estúpidas, idiotas, majaderas, lelas, antipáticas o incluso detestables. Además, esas personas incómodas tienen un don: el de conseguir que nosotros, al tiempo que demostramos con sólidos argumentos su estupidez, nos convertimos, sin querer, en uno de ellos.
En un estudio que he leído sobre cómo evalúan los rasgos de la gente a la que consideran imbécil, la mayoría de los destinatarios del insulto eran vistos como manipuladores, agresivos y engreídos, e incluso crónicamente egoístas y desconsideradas. Aproximadamente la mitad de los 'imbéciles' eran exparejas sentimentales de los participantes, antiguos jefes o familiares separados.
Y El Confidencial habla de los cuatro principales tipos que uno se puede encontrar son:
1. Egoístas crónicos: los reyes del yomismismo: Narcisistas de pura cepa, son desconsiderados con los sentimientos de los demás y muestran poca compasión.
2. Los protagonistas y su obsesión por ser el centro de atención: Su modus operandi se basa en hablar mal de los demás, dejarles en evidencia para poder sobresalir sobre el resto y conseguir el liderazgo.
3. Pusilánimes que se dedican a ir 'dando pena': Son las que interpretan el papel de personas tímidas, introvertidas y muy muy frágiles, para ganarse la atención de los demás y conseguir que miren y defiendan sus intereses por encima de los personales.
4. Vagos y maleantes: los incompetentes: Les consume la desidia ante cualquier actividad que no les apetece hacer –si es que hay alguna que sepan desarrollar– y endosan el trabajo a quienes les rodean. Como ellos no saben hacerlo o lo hacen mal, se libran de cualquier responsabilidad.
La mayoría de la gente prefiere sufrir en silencio que compartir su opinión sincera sobre un imbécil en su cara.
Todo este inicio del artículo me ha venido al leer el artículo de Rosa Montero titulado “Cómo convertirse en un imbécil”. Ella dice que es bastante fácil convertirse en un imbécil. Y se puede llegar a ello de numerosas formas.
Y añade que la catástrofe comienza cuando la gente deja de escuchar a los demás. Cuando alguien empieza a creer que lo que dice es mejor y más importante de los que puedan decir los demás. Y no hace ser famoso para ser tan tonto. Es un proceso que se agrava con el poder dice Rosa.
Y a eso añado algunas señales de que nuestro comportamiento es el de un imbécil, como cuenta el Huffington Post:
1. Si pensamos que todos son imbéciles menos uno, probablemente el imbécil seamos nosotros.
2. Nuestros compañeros de trabajo no discrepan pero tampoco comparten su opinión con nosotros. Si en las reuniones planteamos ideas o exponemos un caso y a menudo nos responden con un silencio, puede que seamos el imbécil de la oficina.
3. La gente con la que trabajamos se suele cambiar de equipo o de departamento.
4. Nuestros compañeros hacen mal su trabajo y necesitamos enumerar sus errores.
5. Nos gusta quedarnos el mérito de los demás.
Ante todo ello, algunos consejos que podemos aplicar para tratar con imbéciles y no morir en el intento:
- Soltar la frustración que nos genera su conducta en nosotros, eliminando la lista de cosas negativas que tenemos en mente de esa persona y a dejar de pensar en lo que nos ha ofendido. Respirar y atraer su amabilidad.
- Focalizar la atención en el asunto que debemos tratar. Al enfrentarnos a una persona que nos genera rechazo, es mejor centrarnos en el tema y los puntos que nos competen y no en las características que no nos gustan de esa persona.
- Pensar en aquello que está de nuestra mano. Pensar en qué aspectos de la comunicación podemos mejorar nosotros mismos para establecer un diálogo de acercamiento con este tipo de personas.
Tres consejos que nos pueden ser útiles ante esas personas a las que vemos como imbéciles.