A pesar de la situación en la que estamos, líderes con sonrisa
Sonreír, sin duda alguna, es básico. Un líder cercano es alguien que tiene bienestar y lo genera porque quiere lo mejor para su gente
Si tuviese que destacar el comportamiento que mejor defina la inteligencia sería la capacidad para no perder la sonrisa. La sonrisa es el pegamento social. Y se sonríe con todo el rostro, porque una de las más bellas sonrisas, las podemos ver y las podemos expresar con los ojos, con la mirada, hoy más que nunca.
Existe una sonrisa social, la que utilizamos cuando vemos a alguien y queremos ser amable y se puede provocar a voluntad. Y hay una sonrisa auténtica, que surge del cerebro inconsciente y es totalmente automática.
Sonreír, sin duda alguna, es básico. Un líder cercano, es alguien que tiene bienestar y genera bienestar porque quiere lo mejor para su gente. Sonrisa y liderazgo son un gran tándem para generar confianza, sinergia y conexión. La sonrisa es uno de los elementos más importantes para generar influencia, que tiene un líder, porque precede y acompaña a todos los demás. El poder que tiene una sonrisa es incalculable sin duda.
Un buen líder cuida de si mismo. Cuida de su estado físico, mental, espiritual y emocional y está atento al cuidado y bienestar de su equipo. El bienestar del equipo, su clima emocional es fundamental y el líder se preocupa de ello, cuidando y mimando las relaciones interpersonales, reconociendo el saber profesional y gestionando un proyecto común y participativo. Es fundamental que un líder cree una cultura participativa, basada en la comunicación, donde se atienda al bienestar y a la felicidad de las personas de sus equipos, empezando por él o por ella.
Y junto a ello, escuchar es la única forma de crecer sonriendo. Es obligatorio estar abierto a los que piensan diferente, sobre todo si te dicen cosas con las que no están de acuerdo, o cosas que no te gustan. Y la sonrisa ante ello, sonrisa cercana y empática, es la mejor respuesta. Todos los éxitos resultan de trabajar y saber perseverar. Y siempre con una sonrisa.
La realidad es que me gustan las personas que sonríen,... las que HACEN más que hablan, las que se preguntan muchas cosas, las que escuchan, las que crecen y se arriesgan, las que sienten pasión por la aventura de cada día, las que le ponen entusiasmo a la vida y al trabajo, siempre con rigor y con humor.
Es verdad que los directivos se enfocan sobre lo urgente y lo líderes sobre lo importante. Y en lo importante, la sonrisa siempre acompaña. La innovación no es urgente por ello se necesitan líderes. La innovación requiere líderes que creen relaciones igualitarias dónde la jerarquía quede difuminada. La innovación es más que técnicas. Es errar y continuar, arriesgarse, disentir y abrir nuevos caminos, son sueños. Suelos con sonrisas, con ganas, con esfuerzo,...La innovación es PASIÓN.
Para ello, para buscar la innovación, el cambio, la transformación....., es necesario lideres que asuman el fracaso, la resistencia, la incomprensión, el caos y la incertidumbre. Y en ese entorno hay pocos discursos de un líder tan efectivos y tan creíbles cómo el ejemplo. Lo que hacemos habla por nosotros. Y con ello una sonrisa siempre. Y potenciar la creatividad, la motivación y el compromiso sólo se puede conseguir con un equipo empoderado y autónomo, con un líder atento, con líderes amables, con líderes que están pendientes, con líderes que sonríen.
En tiempos de crisis como el actual, los líderes (amables, con una sonrisa en la mirada).. crean esperanza cuando todos se quejan, inspiran sueños cuando todos dudan, escuchan más que hablan, ejecutan tanto cómo planifican, confían más que controlan, rompen paradigmas cuando el entorno cambia e imprimen velocidad aunque resulte imperfecto. Líderes que nos hacen falta en estos tiempos. Líderes que ayudan. Lideres con claridad de mensajes. Líderes que toman decisiones. Líderes amables. Esos líderes son los que sonríen.