Cantera granadina

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El Granada que ascendió a Primera en la 56-57. De pie: Santi (suplente), Vicente, Suárez, Padilla, Baena, Galvis y Piris; agachados: Guerrero, Olalla, Pahíño, Igoa y Navarro
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La anómala situación por la que atravesamos hizo que hasta ocho futbolistas, unos del del Recreativo y otros del juvenil, debutaran en Primera División en San Sebastián en el último partido de nuestro equipo. Cuatro más se quedaron en el banquillo. De todos ellos, Isma Ruiz y Ángel se acaban de convertir en los granadinos número veintisiete y veintiocho, respectivamente, que salidos de nuestra cantera juegan en máxima categoría en el Granada CF. El primero ya debutó con el primer equipo la temporada pasada, en unión del también granadino Aranda, pero sólo jugaron en Copa del Rey.

Es inevitable preguntarse si a un grande también se le habría aplicado en todo su rigor esa inflexible norma que denegó el aplazamiento del partido solicitado por nuestro club y que obligó a improvisar una convocatoria con futbolistas que apenas se conocían cinco minutos antes de saltar al Reale Arena. El partido no estaba ni mucho menos perdido de antemano y perfectamente podía haber pasado como en la temporada anterior, en la que el Granada con su equipo titular ganó en ese estadio. Pero al Granada lo han derrotado en los despachos. El modesto Granada ha sido tomado por la LFP como chivo expiatorio y mandado al desierto de la imposibilidad de puntuar en esa jornada de liga. ¿Habría ocurrido lo mismo si el perjudicado hubiera sido el Madrid o el Barça? Ha sido un aviso a navegantes por situaciones similares que pueden darse más adelante mientras esta peste del siglo XXI siga enseñoreada de todo. Es cierto que todos los clubes del fútbol profesional conocían las normas y dieron su visto bueno a las mismas, pero con tanto rigor en su aplicación se ha dado lugar a una injusticia al negarle a los nuestros la posibilidad de competir en igualdad. En ese once rojiblanco improvisado, dos granadinos han debutado en Primera, un debut forzado por las circunstancias que impone una fuerza mayor, la de la maldita pandemia de coronavirus, pero debut a fin de cuentas. Esto nos sirve para dar un repaso histórico a la cantera local.

Últimamente nuestra cantera no ha sido muy prolífica. En los seis años de primera de la etapa anterior sólo dos granadinos debutaron: Lucena, que ya estaba en el equipo desde Tercera, y Entrena, éste en la última temporada de aquel ciclo, después del cambio de propiedad del club. En la era Pozzo-Pina, cinco temporadas en primera, casi una veintena de jugadores del Granada B se alinearon en alguna ocasión con el primer equipo, y los granadinos Goku, Migue García y Nico Hidalgo entraron en alguna convocatoria pero no llegaron a jugar ni un minuto. Igualmente, un número aproximado de futbolistas del filial han jugado con el primer equipo desde que del italiano pasamos al chino, pero ninguno era salido de la cantera granadina.

Como se ve, son muy escasos los paisanos promocionados al equipo grande últimamente. Pero, aunque desde luego nuestra cantera no se parezca a la vasca, tampoco está mal para un club como el nuestro. O mejor dicho, antes, hace ya tiempo, no estuvo mal, y eso lo vemos en el hecho de que de los seis ascensos a Primera de la historia, en todos menos en el último, hubo al menos un granadino en el once titular.

El Granada del tercer ascenso a Primera, 65-66: Pancho, Barrenechea, González, Tinas, Lorenzo y Tosco; con: Santos, Sande, Eloy, Almagro y Flores

En el de 1941 estaba Millán, nuestro primer internacional y el único todavía en debutar con la roja (la azul) mientras pertenecía al Granada. En el de 1957: Baena, Guerrero, Olalla y Vicente fueron titulares, y también jugaron bastante otros granadinos como Ríos y Cea. En el de 1966 fueron protagonistas: Rafa Almagro, Eloy, González (hijo) y Tinas, y también jugó algo Bombillar (hijo). En el de 1968 encontramos otra vez a Almagro en el once titular, y junto a él: Barrachina, otro de los pocos internacionales que ha dado la tierra, el atarfeño Gerardo Jiménez, y Ureña, que colgó los hábitos para dedicarse al balompié; además también jugaron Ortega, Villalta y otra vez Tinas. En el de 2011 Lucena era la única representación de la cantera granadina, aunque también fue titular el sevillano-granadino Abel Gómez, y también estaba el motrileño Juande, que jugó unos cuantos partidos, pero a ambos no se les puede considerar canteranos. En el de 2019, por contra, no había ningún futbolista nacido a la vera de la Alhambra, no ya en el once titular, ni siquiera en la primera plantilla, sólo el recreativista benaluense Antonio Marín entró alguna vez en una convocatoria del primer equipo, pero sin llegar a salir al campo.

Aparte, hay otros que también jugaron bastante en Primera en el Granada y en otros equipos y eran granadinos, pero salidos de la cantera, marcharon a otras tierras para después volver: Manolo Méndez, que con Millán puede ser el mejor futbolista de la parte de atrás que ha dado la tierra; Rafa, el máximo goleador del Granada en toda su historia; y Manolo Almagro, que pasa por ser el futbolista más técnico nacido en estos pagos. También están: Aguilera, magnífico defensa al que le cerraron el paso los sudamericanos de Candi; el portero Navarro, titular varias temporadas en el Atlético de Madrid; Gerardo Castillo, un buen carrilero que se fue traspasado al Betis; y Francis, defensa internacional juvenil también traspasado al Betis, al que una grave lesión cortó su carrera. Más granadinos que jugaron de rojiblanco en Primera: Vílchez, Guerrero II, Garre, Manolín, Orihuela, Angulo, Calera y Puente.

Además, hay otros a los que no podemos considerar canteranos por no haber nacido aquí, aunque eligieron ser tan granadinos como cualquiera y también jugaron en el filial y después en el Granada en Primera: Luis Martínez, Mingorance (que llegó a internacional), Mariano Santos y hasta el mismo Candi, quien jugó cuatro partidos en el filial Recreativo (en Larache le encajaron cinco goles), de Tercera, en la temporada 1953-54.

A la vista está, no son pocos los paisanos que jugaron en máxima categoría con nuestro equipo o con otros, lo que vendría a desmontar eso que afirman algunos de que en Granada no hay cantera ni la ha habido. Lo que ocurre es que ese apogeo futbolero de lo granadino se dio principalmente en las ya lejanas décadas de los cincuenta y los sesenta. Últimamente vienen los negacionistas de las bondades balompédicas penibéticas teniendo razón; sólo con cuentagotas algún granadino es promocionado al primer equipo, pero es que ocurre también que otros clubes, que cuentan con una amplia red de ojeadores por toda España, en cuanto sale un futbolista medio bueno, en edad juvenil o cadete, incluso en infantiles, ya se lo llevan y lo enrolan en sus secciones filiales, sin duda, otra consecuencia negativa de la larguísima travesía del desierto de nuestro equipo, casi tres décadas ausente del llamado fútbol profesional.

En este Granada actual, donde tan bien se está trabajando en todas las facetas, queda todavía la asignatura pendiente de la cantera local. Todo será cuestión de que se sigan haciendo las cosas en la misma buena línea observada hasta el momento y en cuestión de poco tiempo podamos ver de nuevo a granadinos jugando de titulares, ya que es ésta una cuestión que no admite prisas ni improvisaciones. Lo primero es dotarse de infraestructuras en condiciones: ¿para cuándo la segunda piedra de la segunda fase de la Ciudad Deportiva?

El Granada del cuarto ascenso a Primera, 67-68: Ñito, Barrenechea, Zubiaurre, Ortega y Lorenzo; agachados: Flores, Almagro, Miguel, Gerardo, Ureña y Barrachina