Un ejercicio poderoso contra la ansiedad
Ya lo sabían los filósofos estoicos hace más de 2.000 años: para controlar la ansiedad, una de las estrategias más poderosas que podemos usar es el concepto de Epícteto que se conoce como “dicotomía del control”.
Según el filósofo griego, el trabajo es ejercitarnos en distinguir en todo momento lo que depende de nosotros y lo que no. ¿Es este asunto algo que está bajo mi margen de acción y puedo controlar o depende de otros o de la circunstancia?
Lo que depende de nosotros son nuestras actitudes, acciones, interpretaciones de la realidad, emociones y pensamientos. Nada que dependa de otros o de causas ajenas a nuestra voluntad podemos controlar. Incluso, hay cosas que podemos controlar solo en parte, como nuestra salud.
Si aprendemos a distinguir lo que podemos controlar de lo que no podemos —como las opiniones que otros tienen de nosotros, sus acciones, nuestra genética, etc.—, ganaremos en paz interior y bienestar. Insistir en cambiar cosas que no dependen en un 100% de nosotros es causa de insatisfacción y ansiedad.
Para verlo con más claridad:
1. Cuando se trata de mi voluntad, mis acciones y el resultado que proviene de ellas están bajo mi control. Ejemplo: siento enfado frente a un hecho y trabajo por controlar mi reacción. Tanto la acción (el trabajo que hago sobre mi reacción) como el resultado (permanecer en calma) están bajo mi control.
2. Cuando hay elementos externos involucrados, mis acciones pueden estar bajo mi control en diversos grados, pero el resultado de ellas no depende de mí. Un ejemplo de una situación en la que puedo ejercer un grado de control sería: salgo temprano para estar a primera hora en la oficina, pero un atasco de tránsito cambia mis planes. Puedo enfadarme y blandir el puño, pero no lograré más que estresarme y ponerme de mal humor, y no cambiaré la situación.
Otros ejemplos en los que no ejerzo ningún control: el estado del tiempo, una pandemia, la situación económica, etc.
Es importante entender también que el no tener control total sobre una situación no significa que no puedas influir sobre el resultado. Si tu misión es acabar con el hambre en el mundo puedes hacer algo cada día por tu propósito. Sin embargo, el resultado final no dependerá de ti.
¿Cuál es la enseñanza? Siempre hay algo que podemos hacer para no alimentar nuestra ansiedad, y es esforzarnos por distinguir si podemos accionar y cambiar el resultado y en qué grado, o simplemente debemos no angustiarnos con cosas que nos exceden y en cambio trabajar en el autocontrol y en fortalecer nuestro carácter.