Mujeres con discapacidad: la violencia que no deberíamos ignorar
En medio del resonar de voces que claman contra la violencia de género en el Día Internacional contra la Violencia de Género, se nos presenta otra efeméride: el 3 de diciembre, el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Este momento es crucial para reflexionar y conectar ambas realidades, especialmente aquella que ha permanecido en las sombras: la violencia dirigida hacia las mujeres con discapacidad.
Resulta impactante observar que, incluso en un día dedicado a concienciar sobre la violencia hacia las mujeres, las cifras oficiales apenas ponen el acento en la presencia de las mujeres con discapacidad. Esta ausencia de atención no indica la inexistencia del problema, sino más bien una falta de conciencia. Es hora de poner el énfasis en esta realidad: las mujeres con discapacidad, olvidadas históricamente en la literatura científica, enfrentan un riesgo elevado de sufrir violencia, incluyendo maltrato institucional y laboral. Según denuncia la fundación Cermi Mujeres, una de cada tres mujeres con discapacidad ha sufrido o sufre violencia machista en algún momento de su vida, y más del 20% de las víctimas de violencia de género son mujeres con discapacidad.
Datos internacionales provenientes de países como Australia, Canadá o Estados Unidos nos señalan que las mujeres con discapacidad son consideradas especialmente vulnerables a la violencia en proporciones superiores a otros grupos de mujeres. ¿Por qué a esta realidad no se le da la importancia que merece? ¿Le estamos dedicando la atención adecuada?
La Asamblea General de las Naciones Unidas levantó la bandera de preocupación por este grupo específico. En las Reglas Estándar para la Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad, se destaca la necesidad de garantizar el acceso de las mujeres con discapacidad a información y servicios relacionados con la violencia. Es una llamada urgente a la acción legislativa para eliminar cualquier discriminación y establecer sanciones en casos de violación de los principios de no discriminación.
Las mujeres con discapacidad, lidiando con prejuicios sociales, discriminación y una clara vulneración de sus derechos básicos, representan un grupo con dificultades especiales de integración social. Esto respalda la creencia de que pueden sufrir un índice mayor de violencia que otros colectivos de mujeres. Además, los estudios existentes presentan problemas metodológicos, complicando la comparación y comprensión de la realidad que enfrenta este grupo diverso.
Es necesario entender si la discapacidad tiene una incidencia especial en la aparición de la violencia. Hay que generar propuestas que permitan a este colectivo desarrollarse plenamente en una sociedad que aspira a ser igualitaria y no discriminatoria. La violencia contra las mujeres con discapacidad debe dejar de ser invisible y convertirse en una prioridad en la agenda de políticas y acciones institucionales.
En el marco de esta preocupación que las instituciones con competencias en este ámbito, se enmarca el anuncio que ha hecho el presidente de la Junta de Andalucía en el pasado debate sobre el estado de la comunidad en el que ha adelantado que se va a aprobar por parte de su gobierno, un plan integral para la inclusión de mujeres y niñas con discapacidad en Andalucía, para erradicar la doble discriminación que sufren.