Rules: 20 años no es nada
Veinte años no es nada o eso, al menos, decía Carlos Gardel cuando cantaba el tango argentino. No eran nada, se podían ver las arrugas, los años pasados, las calles de la niñez y algunas cosas más, pero, repito, no son nada esos veinte años.
Pues si estamos de acuerdo, que venga el que se atreva a cantar el tango ahora y les cuente eso a los regantes que hace ese tiempo, más o menos, que están esperando que les llegue el agua que está acumulándose día a día -bueno, ahora no claro está- esperando que se hagan las conducciones pertinentes para que se pueda desplazar a su destino final. Que tiene guasa, no me negarán ustedes, que se construya un pantano o embalse, seamos cultivados, que no esté terminado y pasen dos décadas y estemos en las mismas. Pero no olviden que algún inteligente de esos que ocupan poltrona en despacho lejos de Granada y de Rules estará más que contento y narrará una vez y otra lo bonito que está el paisaje y lo bien que se ve desde la ventanilla del coche cuando usted pasa por allí. Una maravilla que se construyó, pero que está para casi nada.
Entiendan que esto último lógicamente él no lo dice.
Pero no se preocupen que esto está ya resuelto. Los políticos han dicho vamos ‘pa’lante’ y los regantes tienen que estar más que contentos porque lo que falta se hace en dos días. Así que tranquilos.
Al menos, eso fue lo que dijeron con fechas de reuniones incluidas y ahora está por ver que todo se cumpla y no pase lo que decía el gran profesor alcalde de Madrid de que las promesas políticas están para decirlas y no para cumplirlas. Sobre todo, ahora que hay elecciones a la vuelta de la esquina.
Porque se contó que la Costa estaba más que contenta, o debería estarlo, después de que la Junta de Andalucía y el Gobierno central tuvieran ya un acuerdo con muchos puntos de por medio y pago más que aplazado para los regantes, para poner de inmediato manos a la obra y construir las canalizaciones que faltan. Y para eso, nada mejor que verse las caras para una importante reunión el pasado día 24 de este mes de abril.
Pero, no señores, no ha habido reunión y hay que mirar dicen que a mayo.
¿Razones? Eso nunca se sabe cuándo un político aplaza y ahora con la Junta en Sevilla y la feria de por medio, las agendas están muy ocupadas. Esto último es pura imaginación del que firma, que conste.
Pero no se asusten que, aunque no haya razones, sí existen las palabras de la subdelegada del Gobierno en Granada que asegura que “el compromiso del Gobierno con la infraestructura sigue siendo el mismo”. El delegado de la Junta no piensa lo mismo y no entiende nada y los regantes tampoco comulgan con el mensaje recibido, pero es para nada porque el que manda, manda, y los demás a callar.
Además, la misma subdelegada ya ha dicho que hay que constituir una mesa técnica para “plasmar los destellos de los acuerdos políticos”. ¿Entienden eso de los destellos? Porque yo no tengo ni idea.
Así que, de nuevo, tranquilos, habrá que formar esa mesa técnica formada por las mentes más brillantes del país y enseguida trabajarán para ver esos destellos tan importantes. Pasaran los días, las semanas y los meses y todo lo demás y obtendremos el mismo resultado que con lo que ha quedado en el aire recurrido después de no dar a Granada lo que se merecía y que se dio a Coruña, y se obtendrá el mismo beneficio que con el AVE que tardó un poco en llegar, pero llegó, y que ahora no lo hace con los precios baratos a los que los ‘granaínos’ no tenemos derecho porque las compañías que practican este sistema no han mirado a Granada ni a lo que representan sus habitantes.
Pero, tranquilos, que en Sevilla no se termina una autovía desde hace casi treinta años porque falta saber si se hace un puente o un subterráneo bajo el Guadalquivir, allí por Coria del Río y, aunque se tenía una enorme tuneladora guardada en un almacén, ya no se puede utilizar y se ha vendido como chatarra. Total, el dinero no es de los que mandan…
Pongan el tocadiscos si aún lo tienen o usen eso que le llaman teléfono ahora y sirve para casi todo y escuchen ‘Volver’ en la voz de Gardel. Oigan la letra con detenimiento y recuerden que veinte años no es nada. Luego oigan las noticias y se darán cuenta de que el cantante argentino tenía razón.