Felicitar a un/a trabajador/a por un trabajo bien hecho

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"Pedir la opinión de la persona a la que quieres reconocer su labor delante de otros compañeros tiene un efecto sobre la autoestima importante" | Foto: Remitida
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La felicitación es la forma más directa y expresiva para reconocer el trabajo bien hecho, pero no es la única. Hay muchas actitudes de los jefes que serán percibidas muy positivamente por los trabajadores y que si van precedidas de la felicitación concreta y sincera tiene un efecto de refuerzo increíble. En esta época de mi vida, estoy acostumbrándome a recibir patadas ante excepcionales proyectos o resultados de los mismos que un simple enhorabuena.

Lógicamente, muchos piensan que la mejor forma de reconocer un trabajo bien hecho es con una subida salarial, pero se pueden buscar otras formas de reforzar las buenas palabras. El secreto está en conseguir que el trabajador sienta que se le valora y se le tiene en cuenta. Esta es la clave: el reconocimiento de saber, de lo que conoce, de lo que aporta un trabajador al bien común, es algo fundamental y que favorece el buen clima en los equipos y las organizaciones. Trabajar el clima emocional de los equipos favorece la motivación de los trabajadores.

Además, algo tan sencillo como pedir la opinión de la persona a la que quieres reconocer su labor delante de otros compañeros tiene un efecto sobre la autoestima importante y es un arma para motivar muy poderosa.

1. La persona adecuada

Cuanto más rango tenga quien da la enhorabuena, más decisiva será la felicitación. Si es el jefe en persona es quien se acerca a dar la mano y valorar el trabajo bien hecho, mejor que si es el superior inmediato. Si alguien quiere impactar y conseguir réditos en el compromiso del equipo, es importante que sea el jefe quien felicite al equipo.

2. Cara a cara

El dar la felicitación cara a cara tiene una fuerza muy importante. Y, si la distancia no lo permite, antes por vía telefónica que por mail. Aunque se pueden combinar las dos: primero una llamada y más tarde un correo o un mensaje, para confirmar por escrito lo que se ha dicho.

3. Felicitar en público

Es cierto que tiene un peso mayor una palmadita en el hombro delante de otros compañeros o de otros superiores, pero nunca debe darse la sensación de que felicitamos sólo cuando hay otros jefes delante, como estrategia para hacer creer que somos un superior que trata muy bien al equipo.

Esto se percibe y puede perjudicar más que favorecer. En cualquier caso, conviene tener en cuenta la personalidad del felicitado, ya que a lo mejor prefiere la discreción de un despacho.

4. Sobre todo, sinceridad

Evita las frases hechas y las palabras que no son del lenguaje cotidiano, la propia expresión “te felicito” suena muy estereotipada.Es mejor recurrir a otro tipo de expresiones más cercanas y sobre todo, que sean honestas. Por ejemplo: “Estoy muy orgulloso del esfuerzo que estáis realizando, sois magníficos”. Y junto a la sinceridad, concreción y cercanía son básicas. Además de que una felicitación siempre tiene que ser CIERTA.

5. Ha de ser inmediata y oportuna

El reconocimiento debe realizarse justo en el momento en que se produce el trabajo bien hecho. Si se espera demasiado, pierde fuerza. “Te agradezco las horas que te has quedado esta semana para sacar el programa adelante”. Una descripción es un muy buen refuerzo.

6. Ha de ser específica

Huir de las felicitaciones en abstracto. En lugar de decir “Enhorabuena por la presentación, ha sido magnífica”, es mejor concretar y decir exactamente lo que nos ha gustado de la presentación y por qué: “Has hecho una presentación magnífica. Me ha gustado especialmente el análisis que has realizado sobre la evolución de las ventas en las sedes provinciales. Nos ha servido para hacernos una visión de conjunto muy clarificadora. Enhorabuena”. La concreción es una arma muy potente en la felicitación.

7. Debe ser personalizada

Tiene más fuerza la felicitación de una persona que la de la organización. Utiliza expresiones personalizadas y que revelen emociones como “yo te veo”, “me parece”, “me he dado cuenta”… “He visto que te has quedado fuera del horario durante tres días, no sabes lo importante que es para mí este esfuerzo extra”. Los mensajes “yo mi me” son muy importantes y tiene mucha fuerza.

8. Que sea nominal, con nombre y apellidos

Para incrementar la fuerza del reconocimiento hay que utilizar el nombre de la persona a la queremos reconocer. “Enhorabuena Enrique por lo bien que has resuelto el encargo que te hice ayer”.

9. Ha de ser gratuita y no llevar asociada tarea añadida

Una felicitación nunca debe llevar una tarea añadida; puede ser percibida como una encerrona para asumir trabajo extra. Además, no se debe acompañar con expresiones negativas, como algún “pero”. La frase que sigue a una felicitación si no se hace bien, no suena a felicitación real, sino a la obligación de asumir más trabajo, sin más: “Como tú eres muy buena resolviendo las quejas de los clientes ¿por qué no te encargas de esta petición?”

10. Debe servir para reforzar una actitud

La felicitación debe reflejar las consecuencias que tiene el acto a reconocer para la organización o para la unidad o servicio para servir de refuerzo en ocasiones posteriores. Es importante que la gente perciba que se le está valorando y de qué manera contribuye al avance de la organización. “Te agradezco que hayas liderado este proyecto porque nos ha permitido reducir en un 15% las quejas y reclamaciones”.

Es un objetivo clave para cualquier directivo/a que quiera mantener alta la moral de su equipo, seguir algunos de estos cuatro pasos:

  1. Describir la situación: ubicar a la persona en el momento o lugar que motiva la felicitación: “El pasado viernes, cuando estábamos con el cliente…”
  2. Describir la conducta: el trabajador tiene que saber qué es lo que hizo, qué conducta concreta estuvo bien: “…interpretaste muy bien las necesidades que tenía el cliente porque cuando nos dijo que era eso lo que estaba buscando…”
  3. Describir la emoción que nos produjo cuando el trabajador hizo lo que hizo: antes de felicitar es importante averiguar cómo uno se siente ante el colaborador y hacérselo saber con palabras que apelen a lo emocional, dejando de lado términos más neutros como bien, mal, estupendo… “… me sentí absolutamente satisfecho, complacido y orgulloso…”
  4. Conseguir que siga manteniendo la misma actitud en el futuro: se trata de que el trabajador vuelva a repetir la conducta: “Tienes una capacidad muy buena para escuchar y empatizar con el cliente. Necesito habilidades como las tuyas en el equipo”.

Pero, el reconocimiento se puede hacer de otras formas:

  1. Intentar proponer su nombre para recibir cursos, másters u otros programas de formación. Estos productos tienen una doble lectura: se pueden ver como un privilegio por el buen trabajo o como una forma de invitar a los mejores a que aprendan más para seguir creciendo profesionalmente.
  2. Siempre que uno pueda, intentar compartir información privilegiada con esa persona o delegar nuevas funciones en ella.
  3. Importancia de mantener una postura flexible en momentos puntuales: permitir ausencias por causas personales, ofrecerle tu apoyo ante sus problemas…
  4. Otra opción es proponerle para representar al departamento en una ponencia, en una presentación, en un congreso…
  5. Hacerle ver que siempre le tienes en cuenta cuando surgen nuevos proyectos.
  6. Hacerle visible delante de los demás: si hay una presentación en prensa o delante de otras empresas o departamentos hazte acompañar por la persona que haya llevado el peso del trabajo.

En definitiva, RECONOCER es tan importante que se escribe igual al derecho que al revés. Reconocer es apreciar. Reconocer es hacer la vida mejor de quién tienes al lado. Reconocer es regalar afecto. Reconocer es agradecer un detalle, un esfuerzo, una actitud. Reconocer es decirle al otro, a la enfermera que es importante, que lo que hace es importante, que lo que hace tiene un sentido.