Las personas auténticas tienen el coraje de escucharse a sí mismas
Artículo original de Bertrand Regader, editor en psicologiaymente.com.
La autenticidad es una característica que a veces no es fácil de encontrar en una persona en un mundo en el que reinan las apariencias y donde las envidias aparecen en muchos momentos.
La realidad es que ser honesto se paga caro. Ser honesto y auténtico creo que más. Y en estos momentos las necesitamos más aún.
A veces, en determinados contextos, mostrarnos tal cual somos no solo no es reconocido como algo bueno, sino que puede conllevar consecuencias negativas. Sin embargo, y a pesar de todo esto, aún existe gente que, en su día a día, vive a través de la autenticidad. Y en ello, podemos encontrar muchas personas que son auténticas, con todos los detalles y aspectos a destacar. El problema es que en ocasiones no es fácil detectarlas, porque la honestidad también puede llegar a ser fingida y calculada como una estrategia.
Afortunadamente, hay personas auténticas que aparecen ante nuestros ojos... incluso allí donde no esperábamos encontrarlas. Además, tienen una ventaja clara: las personas auténticas tienen el coraje de escucharse a sí mismas.
¿Cómo son estas personas auténticas?
Para saber diferenciar a las personas auténticas de las que viven por y para su imagen pública, es necesario que nos fijemos en los resquicios de su personalidad que se intuyen detrás de sus acciones, de sus hechos y del contenido de lo que dicen, de su ternura, de sus habilidades, de su manera de relacionarse con sus compañeros/as, de su saber hacer, de su implicación en los proyectos, de......
Aunque no hay una única manera de poder apreciar la diversidad de personalidades de la que hacen gala las personas auténticas, aquí podemos ver 10 rasgos básicos de estas personas que rebosan autenticidad:
1. No ocultan su nerviosismo.
2. No temen mostrar sus opiniones. Hacen escuchar sus opiniones.
3. No ocultan su tristeza
4. No les avergüenza ofrecer cumplidos espontáneamente
5. Expresan enfado de manera directa
6. Expresan sus creencias sin tratar de racionalizarlas
7.Evitan juzgar
8. Reconocen las debilidades de los otros y las aceptan
9. Se muestran curiosas y preguntan cuando quieren saber
10. Piden ayuda cuando es necesario
Analícenos el significado de cada uno de ellos:
1. No ocultan su nerviosismo
Podría pensarse que quien está nervioso está ocultando algo, pero en realidad no es así. Las personas auténticas no consideran que los temblores de voz y los momentos de dudas acerca de lo que se va a decir, y más cuando se está empezando, o en momentos de crisis, o ante situaciones inesperadas, sean una debilidad, y por consiguiente no se arrepienten de mostrarse de esa manera ni tratan de disimular su estado de ansiedad con cualquier excusa que sirva para interrumpir la comunicación.
Aunque pueden pasar un mal rato, siempre tratan de expresarse de la manera más franca posible, e incluso se refieren a su propio estado de nerviosismo sin ningún reparo.
2. No temen mostrar sus opiniones. Hacen escuchar sus opiniones
Las personas auténticas dan su opinión sin filtros cuando creen que esta puede resultar de interés para la mejora de la situación.
Las personas auténticas saben que existen pocos motivos por los que las opiniones deben mantenerse ocultas. Si estas personas tienen algo que decir, simplemente lo hacen. Eso sí, siempre tienen cuidado de no lastimar ni herir a los demás con sus opiniones. Buscan hacerse escuchar y hacen valer su opinión pero no quieren dañar ni machacar a nadie.
Muchas veces preferimos ocultar nuestras opiniones porque tememos ser criticados. Las personas auténticas saben que la crítica es muy común pero que no siempre se relaciona con quienes son. Una de sus mejores cualidades es que saben que las opiniones no se deben tomar como algo personal. Y hoy en día lo hacen con el afán de ayudar a pesar que a veces a algunos/as no les caigan bien.
3. No ocultan su tristeza
Nos hemos transformado en personas tan competitivas que hemos abrazado la idea de dar una imagen falsa de nuestra personalidad para encontrar un hueco. Eso hace, por ejemplo, que incluso sea relativamente normal fingir felicidad para generar más aceptación.
Las personas auténticas rechazan estar siempre contentas y felices, independientemente de las circunstancias, porque viven según una filosofía en la que incluso el dolor y la frustración son emociones naturales y deben ser aceptadas.
4. No les avergüenza ofrecer cumplidos espontáneamente
Las personas auténticas ofrecen cumplidos de manera espontánea, incluso en situaciones en las que no son esperadas. También a las compañeras y compañeros. Eso implica que no se preocupan por si eso genera suspicacias en la otra persona. Reconocer el valor de los otras personas es un valor que les destaca. Me encantan las personas que lo hacen.
En cambio, las personas que ofrecen cumplidos por intereses personales los suelen dar en contextos en los que socialmente son parte de las convenciones y no resultan inesperados.
5. Expresan enfado de manera directa
Las personas auténticas dejan claro cuándo están decepcionadas o enfadadas por algo. Actúan de manera consecuente y muestran su rechazo ante cosas que consideran injustas. Y eso lo necesitamos y mucho ahora.
Ante ello, procuran actuar sin virus ni bacterias, sin infectar la relación, diciéndolo pero sin machacar a nadie, sin acusaciones, ni amenazas ni exigencias, sin menosprecios ni etiquetas, ni ironías ni generalizaciones. Cuan falta nos hacen gente así!
6. Expresan sus creencias sin tratar de racionalizarlas
Cuando una persona auténtica hace algo movida por la fe, la esperanza o simples intuiciones, explica sus motivos con transparencia. De algún modo, la gente que se muestra tal y como es, acepta que muchas facetas de nuestra vida están cubiertas por la incertidumbre, y que las corazonadas son tan necesarias como el conocimiento basado en hechos contrastados.
Por ello, no tienen una obediencia ciega, ni muchos menos. Les gusta discrepar cuando no están de acuerdo, sin temor a lo que dirán. Sin desobedientes inteligentes. Viva la desobediencia ante esa gente que nos encontramos con obediencia ciega y servil.
7. Evitan juzgar
La honestidad consiste también en NO JUZGAR el comportamiento de los demás, porque asumen que la personalidad de cada persona es lo suficientemente flexible y cambiante como para ir más allá de las convenciones sociales.
Las personas auténticas saben que no es fácil seguir el propio camino de uno por eso NO pierden el tiempo juzgando. Es probable que si tienen algo que decirnos o una opinión sincera, nos la den. Después se olvidarán del asunto y dejarán que tomemos nuestras propias decisiones. No son nada RENCOROSAS. Podemos contar con ellos de forma honesta y podemos esperar una opinión sincera. Por ello, pensarán y reflexionarán antes de decir algo.
Es decir, que no intentan criticar a los otros, directa o indirectamente por comportamientos extraños. Procuran ser coherentes entre lo que dicen y lo que hacen, en lo que dicen y como lo dicen, siempre basado en unos valores.
8. Reconocen las debilidades de los otros y las aceptan
Las personas auténticas no tienen por qué creer que ciertas debilidades personales de los demás son buenas de por sí, pero las aceptan y no se ríen de ellas.
Nunca les verás hacer algo que vaya en contra de su escala de valores y su conversación interior es positiva. Se escuchan como decíamos antes. Y además, las personas auténticas son muy distintas entre sí. Algunas tienen muchos amigos porque se les da bien relacionarse. Otras son más introvertidas y prefieren tener pocos amigos que sean muy cercanos.
Las personas auténticas saben que cada uno es especial. Se concentran en conocerse a sí mismos y se valoran por lo que son. También conocen sus defectos o puntos flacos y han aprendido a sacarles provecho o disminuir sus efectos negativos.
9. Se muestran curiosas y preguntan cuando quieren saber
La autenticidad también se plasma en el modo en el que se muestra ante los demás la propia ignorancia. Las personas honestas y auténticas preguntan por el significado de ciertas palabras aunque intuyan que todos los demás la conocen bien.
Las personas auténticas saben que la curiosidad es un elemento que les ayuda a crecer en creatividad e innovación.
10. Piden ayuda cuando es necesario
Las personas auténticas no huyen de las situaciones en las que hay que cooperar o pedir ayuda. Las personas auténticas son una ráfaga de aire fresco y llenan cualquier espacio en el que están. Son fáciles de identificar porque cuando llegan a tu vida te inundan de buena vibración, alegría e inspiración.
Su forma de ser es agradable y cualquiera a su lado se siente bien y confiado. Las personas auténticas te hacen sentir, tan bien que te permiten ser tú mismo. Saben que cada uno es especial y te harán sentir único y especial.
Las personas auténticas rigen su vida por su propia escala de valores y hacen solo aquello que desean. Saben que no pueden depender de los demás para ser felices ni lograr sus objetivos. Son independientes y están dispuestos a arriesgarse para llegar a donde desean.
Las personas auténticas saben que criticar, juzgar o hablar de más es negativo. También saben que dar una opinión o consejo es más fácil que seguirlo. Por ello, cuando les pedimos un consejo, se lo piensan bien antes de hablar. Los reconoceremos porque son las personas que nos pueden dar los consejos más realistas. Y es que hablan desde su propia experiencia porque no sugerirían hacer algo que ellos mismos no harían.
Las personas auténticas valoran quiénes son y hacen todo lo posible por mantenerse en forma. Salen a hacer ejercicio, cuidan su alimentación y sus relaciones interpersonales. Saben que la vida consiste en poner prioridades y darle a cada cosa su importancia y tiempo.
En definitiva, las personas auténticas respiran libres y permiten que quien los rodee sean honestas, sean auténticas. Las personas auténticas rigen su vida por su propia escala de valores y hacen solo aquello que desean. Saben que no pueden depender de los demás para ser felices ni lograr sus objetivos. Son independientes y están dispuestos a arriesgarse para llegar a donde desean.
Las personas auténticas y honestas tienen la rara habilidad de no ahogarse con el ruido de los demás y el coraje de escucharse a sí mismas. Busquemos la autenticidad en quien nos rodea. Nos servirá para crecer y ser mejores personas.