Malestar entre los opositores: "Los futuros maestros se seleccionarán con un sistema que solo premia la memorización"
Los candidatos también destacan la excesiva subjetividad de la prueba y la falta de atención por parte del gobierno andaluz al coincidir la elecciones en el mismo fin de semana
El próximo 17 de junio, unas 37.000 personas se presentarán a las oposiciones para acceder al cuerpo de Maestros de Andalucía. Unas pruebas que llevan sin celebrarse dos años a causa de la pandemia y que para este 2022 convoca un total de 2.538 plazas repartidas en 612 para Educación Primaria, 203 a Audición y Lenguaje, 404 para Pedagogía Terapéutica, 104 a Música, 354 a Educación Física, 54 a Lengua Extranjera-Francés, 407 para Lengua Extranjera-Inglés y 400 para Educación Infantil.
Si ya de por sí preparar unas oposiciones es uno de los retos más difíciles y estresantes a los que se tienen que enfrentar un estudiante, hacerlo sabiendo que la probabilidad de obtener una plaza, por ejemplo para Educación Primaria, donde se presentan 10.540 personas, es de un 6%, lo vuelve aún más complicado. A esto hay que sumarle que una gran parte de los opositores ha tenido que retrasar un año su presentación. Con todos estos factores, la última decisión de la Junta de Andalucía ha hecho que los estudiantes estallen.
Las elecciones al Parlamento andaluz se celebrarán el próximo 19 de junio, fecha en la que inicialmente tendrían lugar las oposiciones al Cuerpo de Maestros. Tras dos semanas de incertidumbre donde la Junta no se pronunciaba sobre si cambiaría la fecha de los exámenes, ya que ambos acontecimientos no pueden coincidir en un mismo día. La Consejería de Educación y Deporte anunció el pasado jueves que las pruebas se adelantarían un día. Finalmente, el acto de presentación tendrá lugar el viernes 17 de junio por la tarde y la primera prueba escrita el sábado 18 de junio por la mañana.
Aunque el cambio de fecha no haya trastocado los planes de estudio de los opositores, ya que tan solo se diferencia en un día, la falta de atención por parte de la Junta ha hecho que los estudiantes digan basta. Comenzando con el fin de semana de las elecciones/oposiciones, uno de los candidatos expone que “Yo vivo y trabajo en Granada, estoy empadronado en Almería y me examino en Huelva. El viernes tengo que salir corriendo del trabajo para llegar a Huelva (casi 4h de coche) para la presentación. El sábado debo volver a Granada para trabajar por la tarde, y el domingo coger de nuevo mi coche para ir a Almería a votar ya que prefiero no hacerlo por correo al suponer demasiado tiempo perdido de estudio. No se ha tenido ninguna consideración con nosotros a la hora de establecer la fecha de las elecciones”, explica uno de los opositores entrevistados.
Las pruebas para acceder al Cuerpo de Maestros crean numerosas quejas en los estudiantes, entre ellas, el tipo de examen. “Somos los únicos que nos seguimos presentando con un tipo de examen tradicional. Es todo de memoria y sacará más nota el que más contenido ‘vomite’ sobre el papel y tenga la mano más rápida, no el que esté más preparado. En una prueba de 4 horas de redacción, una mitad puramente memorística y otra de un mezcla entre memorización y práctica no se puede demostrar si eres válido o no para ser maestro. No es coherente que se me evalúe por la cantidad de contenidos que puedo retener en mi cabeza y que luego se me sugiera no evaluar a mis futuros alumnos con exámenes de memorización”.
La subjetividad del contenido también es otro de los aspectos que preocupa a los candidatos ya que, como ellos mismo explican, “no tienen ningún tipo de rúbrica oficial para corregir la parte escrita de la prueba, por lo que tu nota dependerá de la persona que te corrija el examen. Existen ciertos criterios de corrección, pero son muy ambiguos y más relacionados con la forma que con el contenido”. Este factor, que no el único, influye en la obtención de la plaza, a lo que hay que añadirle que cada tribunal, en el caso de Educación Primaria, concede tan solo cuatro plazas. “Es algo inalcanzable, más aún teniendo en cuenta que con los refuerzos Covid, mucha gente ha ganado puntos para el baremo”. Esto quiere decir que si hay dos estudiantes con un 9 y un 7, respectivamente, pero el segundo tiene más puntos que el primero, será este quien consiga la plaza en detrimento del que ha obtenido la mayor nota.
La obtención de los puntos también es otro de los aspectos que crea cierta controversia ya que como expone uno de los candidatos, “hay cosas que no dependen de ti. Hay puntos que se dan por tener un máster, en concreto dos de los catorce totales, y se pueden conseguir en función de si puede entrar o no en un máster público o si te puedes permitir pagar uno privado. Luego, otros siete puntos corresponden a la experiencia docente, por lo tanto, nueve de los catorce puntos no dependen de ti”. Además, otro de los estudiantes añade que dentro de estos “méritos”, cuentan “300 horas en cursos pagados con fondos privados, es decir cursos que cuestan 70-100 euros por los que te regalan un título y consigues puntos”.
Por último, pero al mismo tiempo la parte más importante, la preparación del temario ha sido el reto más difícil para los opositores. “El contenido tiene más de 20 años y ya han pasado unas tres o cuatro leyes orgánicas por encima. Además, la Junta sacó la orden que organiza este curso en enero basándose en la Lomce, ley que fue derogada un mes antes por la Lomloe”.
En definitiva, el futuro de la educación de las próximas generaciones en Andalucía se decidirá a través de “un sistema injusto, que no identifica a las personas realmente cualificadas para ejercer la docencia y que acaba premiando aspectos poco o nada relevantes para impartir clase”.