La Orquesta Ciudad de Granada estrena 'Tres guerreros', del compositor José López-Montes

El concierto será el viernes 30 de septiembre en el Auditorio Manuel de Falla, a las 19:30 horas, y se repetirá el sábado 1 de octubre

orquesta ciudad de granada en el auditorio manuel de falla
Actuación de la Orquesta Ciudad de Granada en el Auditorio Manuel de Falla | Foto: Gabinete
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La Orquesta Ciudad de Granada estrena este viernes 30 de septiembre 'Tres guerreros', del compositor José López-Montes, en el Auditorio Manuel de Falla. La actuación será a las 19:30 horas. El sábado 1 de octubre también ofrecerá esta obra, en el mismo horario. Completan el programa del concierto dos obras de Johannes Brahms: 'Canción del destino', junto al Coro de la OCG, y su Sinfonía núm. 4.

El compositor José López-Montes cuenta que poco antes de recibir el encargo de la obra 'Tres guerreros' para la Orquesta Ciudad de Granada supo "que el pintor José Guerrero había tenido su estudio durante un tiempo en la pequeña torreta que hay junto al acceso al Auditorio Manuel de Falla" y que "esa maravillosa circunstancia fue el pretexto" para un proyecto sinfónico que casara bien con sus propios intereses musicales, conectados con la figura de Francisco Guerrero Marín, del que aprecia especialmente su obra orquestal. "Aunque nunca conocí personalmente al compositor linarense, siempre he resonado intensamente con sus planteamientos musicales casi científicos, con su manera de entender la arquitectura sonora como cristales de tiempo, y con su modo de pensar la creación musical como un imperativo de exploración de terrenos de belleza inhóspita. Escuchar su música se parece a admirar una pared de roca: inabarcable en su complejidad y belleza a cualquier escala, pero perfectamente comprensible como un todo", asegura.

"Si Francisco Guerrero puede ser el Xenakis ibérico, José Guerrero hace las veces del Rothko granadino. Desde mi punto de vista, la obra de ambos artistas tiene tantos puntos de toque como radicales diferencias. Ambos traslucen una sinceridad aplastante alejada de cualquier complacencia hacia la audiencia, lo que paradójicamente los hace atractivos y desafiantes para quien se acerca a sus producciones. Por último, el tercer Guerrero llega de la mera coincidencia en el nombre de estos dos compositores andaluces tan importantes, y sirve de excusa para situar el último vértice de este triángulo, el vinculado con la pureza de la tradición renacentista, que no puede estar más alejada musicalmente de los postulados arquetípicos de la música sinfónica desde mediados del siglo XX. Este último contrapeso es la coartada perfecta para romper con ciertos lugares comunes de la música contemporánea y retomar la consonancia tratando de dotarla de significados nuevos, en antagonismo con el ruidismo y la densidad atonal", apunta José López-Montes.

"Desde este punto de partida, 'Tres Guerreros' concita tres planteamientos en permanente dialéctica orquestal: la transparencia melódica y armónica propia de la polifonía pretonal, el lenguaje rizomático, textural, áspero y opaco de la micropolifonía atonal, y los grandes lienzos sonoros monocromáticos de colores aparentemente simples y estáticos. Estos tres polos van a entrelazarse y alternarse en la primacía del tratamiento armónico, formal e instrumental", explica el compositor.

"La composición se apoya periódicamente en las campanas tubulares como referencia indisimulada a José Guerrero: al pintor se le permitió usar como estudio un espacio de la torre de la Catedral de Granada a cambio de ejercer tareas de campanero. Los toques de campana llegan como grandes marcas divisorias del tiempo, explicitando las coyunturas en la estructura modular de la pieza. De su espectro se extraen y derivan estructuras armónicas que desarrolla la orquesta. El resto de la percusión sirve a su vez como alter ego del set de campanas, como sombra y reflexión difuminada en el tiempo de la instantaneidad y corporeidad incontestable de cada tañido", añade.

"El trío formado por los dos fagotes y el contrafagot son también un elemento esencial, tratados casi siempre como un único instrumento de tres cabezas que pasa de la hosquedad a la ductilidad melódica en el registro grave", destaca José López-Montes, quien también añade que la cuerda tiene "especial protagonismo". "Manejada como un grupo de 35 solistas con partes independientes, es la base de un magma polifónico donde la superposición y el cruzamiento de efímeros grupos camerísticos busca recrear grandes manchas de donde la uniformidad del tinte armónico permita fijar el oído en sonidos residuales que aquí reclaman el protagonismo, tales como el ruido de los ataques o las impurezas de los golpes de arco", indica.

"Campanas, fagotes y cuerda son las piedras angulares de la instrumentación. El resto de la madera y el metal tienen sobre todo labores de expansión tímbrica y dinámica de estas tres paletas sonoras centrales. Podría trazarse una línea de conexión con la Suite Homenajes de Falla, que también hace un tributo múltiple. Sin embargo, 'Tres Guerreros' no es en absoluto una sucesión de momentos musicales con referencias individuales, sino una pieza casi monolítica donde las alusiones al lenguaje y a la estética de los homenajeados están en liza todo el tiempo, aunque no desde un ánimo de recreación o juego poliestilístico: la invocación a estos tres gigantes, más que un acto de veneración, ha sido una manera de estimular mi propia imaginación ante la seductora idea de crear una síntesis coherente de tratamientos musicales completamente contrapuestos, en la búsqueda de la fuerza, la simplicidad y la brillantez requerida para abrir una temporada sinfónica que será la de la recuperación de la relación con el público", agrega.