"¡Otra ronda! ¡Pago yo!"
Pienso que los continuos movimientos de la Junta en contra de Granada son intencionados porque de otra manera no se comprende tanta ineptitud
Tomen nota. Presupuesto de algunas consejerías de la Junta de Andalucía del año 2023, datos oficiales.
Presupuesto de la Consejería de Sanidad: 13.837,5 millones de euros. Traducido a las antiguas pesetas, para aquellos de ustedes que todavía siguen haciendo mentalmente el cálculo inverso, serían dos billones –con B– trescientos dos mil doscientos ochenta y tres millones ochenta y dos mil pesetas.
El presupuesto de la Consejería de Educación asciende, en cifras redondas, hasta los 8.524 millones de euros –algo menos del billón y medio de las antiguas pesetas. Si hablamos de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, y volviendo a redondear cifras, el presupuesto llega a algo más de 2.720 millones de euros.
Estos son algunos ejemplos cercanos de a dónde van destinados parte de nuestros impuestos. Lo de cercanos lo defino así porque la Junta de Andalucía es la Administración supraprovincial más determinante y próxima a nosotros los andaluces y, cómo no, a los granadinos. La tesorería de la Junta, claro está, ingresa también por otros cauces como son los fondos europeos, la financiación condicionada, etc. Sin embargo quiero centrarme en los impuestos que todos pagamos porque son los que directamente atañen a nuestros bolsillos.
¿Y por qué les doy estos datos? Pues verán, hace unos días pude leer una noticia cuyo titular informaba de que la Junta de Andalucía, de ahora, con el gobierno de ahora, y recalco lo de ahora porque es importante, deberá indemnizar con 8,6 millones de euros (unos 1.500 millones de las extintas pesetas) a la empresa adjudicataria de la autovía Iznalloz-Darro.
Ustedes se preguntarán: "¿Qué autovía, si no hay ninguna construida?"
Pues una que se adjudicó en 2011 por el entonces, y remarco lo de entonces, gobierno de la Junta de Andalucía, y cuya construcción quedó en un mero fuego de artificios.
La construcción de dicha autovía se adjudicó a una Unión Temporal de Empresas (UTE). Este contrato fue la primera obra del plan de colaboración público-privada lanzado en 2009 por el entonces gobierno de la Junta de Andalucía para la construcción y explotación de vías de gran capacidad. Este plan nunca se materializó. Quedó en papel mojado como tantas otras iniciativas con las que se adornaba la gestión del gobierno de entonces de la Junta. No se construyó ninguna de las carreteras previstas, incluida la autovía Iznalloz-Darro.
Lo peor de todo esto y lo más negligente por parte de aquella gestión, es que los responsables por entonces del gobierno de Andalucía, no resolvieron dicho contrato, por lo que seguía vigente. De aquellos polvos estos lodos. La empresa adjudicataria se aprovechó de aquella, dejémoslo en dejadez, de la Junta y reclamó a la administración autonómica una indemnización por daños y perjuicios. El resto ya lo conocen, 8,6 millones de euros que saldrán de nuestros bolsillos para pagar ese "descuido".
Este es un ejemplo de incompetencia mayúscula. Pero el más sangrante para nosotros los granadinos es uno que tenemos aún más cercano en el tiempo. Me refiero a la construcción del Centro Comercial Nevada.
El que les voy a relatar es uno de los más nítidos ejemplos de trabas y zancadillas con los que, sistemáticamente, la Junta desde Sevilla ha tenido paralizada a Granada y su provincia durante años.
Año 2006, se aprueba, por parte del Ayuntamiento de Armilla gobernado por el PSOE, la construcción del Centro Comercial Nevada. Se otorga su correspondiente licencia de obras con previsión de apertura para octubre de 2007.
La Junta de Andalucía, gobernada por entonces por el mismo partido que regía en el Ayuntamiento de Armilla, interpone recurso contra la licencia de obras otorgada por el mismo alegando su ilegalidad. Las obras se paralizan.
No fue posible "entenderse" entre políticos-compañeros de un mismo partido antes de llegar a esa suspensión. Seguramente habría algún tipo de intereses ocultos en contra del promotor. Una vez más, la Junta de Andalucía, ojo avizor y vigilante de la legalidad. Siempre en un continuo estado de "caza y captura" sobre todo lo que suponga que Granada avance.
Obras suspendidas a finales de 2006 en avanzado estado de construcción, por orden judicial.
En el 2014 se vuelven a reanudar, cuando la justicia confirma finalmente la legalidad de las obras. Mientras tanto ocho años perdidos y todo parado. Gracias D. Manuel y a su gobierno en la Junta por su buena gestión en este tema.
Como era de prever la empresa promotora del Centro Comercial Nevada, y en su nombre su propietario Tomás Olivo, no iba a dejar así las cosas. “Alguien tendrá que pagar todos estos ocho años de paralización de la obra e indemnizarme –imagino pensaría certeramente".
Y con las mismas presentó en 2015 –para qué esperar más– una demanda contra la Junta.
Mientras tanto, a aquel gobierno esa reclamación judicial no le importaba lo más mínimo. Lo importante ya estaba hecho, el daño a los intereses de Granada. "Si hay que pagar pues se paga, total, el dinero no es nuestro –se oía por los despachos de San Telmo".
Como esto no se atreven a hacérselo a Sevilla y a los sevillanos o a Málaga y a los malagueños porque no se lo permitirían, pues ahí está Granada, la siempre callada Granada.
El final de la historia acaba en el mismo 2015 cuando la justicia da definitivamente la razón a Tomás Olivo y a su promotora.
La Junta es condenada a pagar finalmente, por "lucro cesante" durante esos ocho años, una indemnización de ¡ojo! 157,5 millones de euros. Por supuesto saldrán de nuestros bolsillos.
¿Saben ustedes a cuántas de las antiguas pesetas equivale esa "módica" cantidad? Pues son veintiseis mil doscientos cinco millones setecientas noventa y cinco mil pesetas (26.205.795.000). Esto solo para que ustedes se hagan una pequeña idea.
¿Pueden ustedes también imaginarse la cantidad de inversiones de todo tipo que se podrían haber realizado en nuestra provincia con esa cantidad de euros?
Todavía no he oído a nadie escandalizarse por esto. Pequeñas reseñas en periódicos, quizás, pero nada más. ¿A quién le importa? Seguimos anestesiados.
Gracias, muchas gracias, a los sucesivos gobiernos de la Junta por este lastre que nos han dejado a los granadinos y al actual gobierno que deberá hacerse cargo de su pago.
Pienso, en mi maldad, que estos continuos movimientos en contra del desarrollo de nuestra ciudad y provincia son intencionados porque de otra manera no se comprende tanta ineptitud y torpeza.
Mientras tanto que llenen –se volvía a oír por los pasillos de San Telmo de la Junta de entonces–, que invitamos nosotros y pagan ellos… o los que vengan detrás de nosotros.
Comentarios
Un comentario en “"¡Otra ronda! ¡Pago yo!"”
Francisco lopez pinel
15 de octubre de 2023 at 10:20
Muy bien.