Vídeo | Los pacientes de Oncología del San Cecilio salen de la rutina y celebran el Corpus

Granada está de fiesta, y mientras miles de personas van a disfrutar al recinto ferial de Almanjáyar, hay quienes no pueden hacerlo ya que su salud no lo permite. Los pacientes del ala de oncología del Hospital Clínico San Cecilio pasarán un Corpus diferente, pero gracias al esfuerzo de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y el personal sanitario, las celebraciones llegaron a los pasillos del séptimo piso del PTS.

Farolas de diversos colores, guirnaldas, sombreros y flores adornan el pasillo de oncología gracias a una iniciativa de la AECC. La coordinadora de voluntariado de la asociación, Mari Carmen, cuenta que las decoraciones "se han elaborado en distintos talleres", en los que participaron pacientes, familiares y personal del hospital.

La Asociación Española Contra el Cáncer cuenta con un programa de voluntariado hospitalario cuyo objetivo es "acompañar y apoyar a pacientes y familiares", explica la coordinadora. Esta vez, la organización quiso salir de la rutina y así nació la idea de realizar estas actividades que convirtieron el pasillo del San Cecilio en una parte más de la feria del Corpus.

"Lo que se pretende con los talleres no es el hecho de la decoración, sino sacar un poco a los paciente de donde estamos", explica Yolanda, enfermera de la sala 702 del hospital. "La participación ha sido excepcional, hemos echado unos ratos espectaculares de risas, anécdotas y bueno, ya ves el resultado", agrega.

A los pacientes del San Cecilio se les ilumina la cara al ver las farolas colgar por el techo y las flores llenar las paredes. Francisco Mendoza llegó al hospital cuando las decoraciones ya formaban parte de los pasillos del área de oncología. "Para nosotros es una alegría", dice, y destaca el trabajo de "maravilla" y la atención en los detalles por parte de quienes participaron en la creación de todo.

El personal sanitario agradece esta iniciativa ya que es una forma de salir de la rutina, y ven esto como otra forma de tratamiento. Yolanda cuenta que los familiares están "encantados" y los pacientes "diciendo que es una alegría porque no parece que están en un hospital".

"Creemos que esto es el inicio de una gran carrera para seguir tratando al paciente, sobre todo desde la luz humana", afirma la enfermera de la 702, y hace énfasis en la importancia de actividades como fueron estos talleres, pues pasaron "tardes de cháchara, de compañeros" y de ponerse "un poco a la altura". "No soy yo la enfermera y tú el paciente, fueron tardes de 'amigachos', y la verdad es que espectacular".

En lo que respecta a las reacciones de los pacientes, Francisco cuenta que se alegró “muchísimo” cuando vio por primera vez las decoraciones. "Se me quitaron las penas", asegura, y afirma que "parece la calle Real de la Cartuja". "Ahora nos falta el rebujito, bailar, cantar, disfrutar y marcharnos de fiesta, porque aquí ya no se va a quedar nadie", indica.