Padecer cáncer de mama podría aumentar el riesgo de cáncer de tiroides

En comparación con las pacientes que solo sufrieron el cáncer de mama, las mujeres que luego sufrieron cáncer de tiroides eran más jóvenes en promedio cuando se les diagnostica el cáncer de mama

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Las mujeres que sobreviven a un cáncer de mama podrían tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer de tiroides, especialmente dentro de los cinco años de su diagnóstico de cáncer de mama, según un estudio realizado por investigadores norteamericanos.

Este nuevo análisis, realizado con una base de datos nacional de gran tamaño, será presentados el jueves en la reunión anual de 97º de la Endocrine Society en San Diego (EEUU).

"El reconocimiento de esta asociación entre el cáncer de mama y tiroides debe impulsar el cribado atento para el cáncer de tiroides entre los sobrevivientes de cáncer de mama", ha señalado la investigadora principal, Jennifer Hong Kuo, profesora asistente de cirugía en la Universidad de Columbia, Nueva York.

Esta experta recomienda que las pacientes que superan el cáncer de mama, cuyo número va en aumento, reciban asesoramiento en cuanto a su riesgo más alto que el promedio de cáncer de tiroides. Hasta ahora, "la relación entre el cáncer de tiroides y de mama y ha sido motivo de controversia", en gran parte sobre la base de estudios de una sola institución que han sugerido un posible aumento en la incidencia de cáncer de tiroides después del cáncer de mama.

Los investigadores utilizaron el Instituto Nacional del Cáncer de Vigilancia, Epidemiología y Resultados, identificaron los pacientes con un diagnóstico de cáncer de mama y/o cáncer de tiroides entre 1973 y 2011. Así, encontraron 704.402 pacientes con cáncer de mama, 49.663 pacientes con cáncer de tiroides y 1.526 pacientes que desarrollaron cáncer de tiroides después del cáncer de mama.

LA RECOMENDACIÓN: MÁS CRIBADOS PARA PREVENIR EL CÁNCER DE TIROIDES

En comparación con las pacientes que solo sufrieron el cáncer de mama, las mujeres que luego sufrieron cáncer de tiroides eran más jóvenes en promedio cuando se les diagnostica el cáncer de mama. También tenían más probabilidades de haber tenido un carcinoma ductal invasivo (el tipo más común de cáncer de mama), un enfoque más reducido de cáncer, y de haber recibido radioterapia como parte de su tratamiento contra el cáncer de mama.

No hubo diferencia en el riesgo en función de si el cáncer de mama fue de receptores hormonales positivos o se había extendido a los ganglios linfáticos, según los investigadores.

En comparación con los pacientes que sólo tenían cáncer de tiroides, las que sobrevivieron al cáncer de mama que desarrollaron cáncer de tiroides eran más propensas a tener un tipo más agresivo de cáncer de tiroides, pero los cánceres eran de menor tamaño y un menor número de pacientes requirieron tratamiento con yodo radiactivo adicional.

"Dado que el cáncer de tiroides tiende a producirse a edades más tempranas que el cáncer de mama, las mujeres que sobreviven al cáncer de mama y desarrollaron cáncer de tiroides eran mayores en promedio que aquellas con sólo el cáncer de tiroides: 62 frente a 45 años, respectivamente", ha explicado Kuo.Por lo tanto, la doctora Kuo recomienda que cada año durante los primeros cinco años después de un diagnóstico de cáncer de mama, especialmente en mujeres que recibieron radioterapia, se sometan a un examen de tiroides.

Asimismo, Kuo planea estudiar si el tratamiento con tamoxifeno, que suele darse durante cinco años después de un diagnóstico de cáncer de mama, puede jugar un papel en el aumento del riesgo de cáncer de tiroides. La radioterapia en la cabeza, el cuello o el pecho es un factor de riesgo conocido para el cáncer de tiroides, de acuerdo con la Red de Salud Hormonal de la Endocrine Society.

El sexo femenino aumenta el riesgo tanto de tiroides y cáncer de mama. La incidencia de cáncer de tiroides está aumentando, y el Dr. Kuo dicho investigadores deben tener una mejor comprensión de la etiología de este aumento.