El Palacio de los Deportes vibra con un debut de la Selección para soñar
La habitual casa del Covirán dio entrada a los aficionados que se congregaron para seguir el ilusionante estreno mundialista de España
El Palacio de los Deportes ha lucido en la tarde de este miércoles unos colores diferentes a los habituales. Los tradicionales rojo y negro del Covirán Granada han dado paso a un rojo inmaculado, el de la Selección Española, que para este debut mundialista ha vestido con el uniforme completamente de este color que le da su nombre. Sobre las 16:00 horas, a tan solo una hora de que el árbitro señalara desde Catar el pitido inicial que diera comienzo a la aventura de España en este Mundial, tan solo se daban cita en el Palacio de los Deportes unos pocos aficionados. Sin embargo, con el paso de los minutos y la cercanía del comienzo del choque, las gradas del recinto granadino iban cogiendo color poco a poco. En esos instantes de aún muy escasa afluencia de público comenzarían a amenizar la tarde la doble campeona de España de fútbol Freestyle, Paloma, que deleitaba a los presentes con habilidades con el balón solo al alcance de unos pocos genios. La freestyler afrontaría después un reto aún mayor, repetir hazaña con una pelota de tenis completando con éxito el desafío. El tono festivo iba inundando un recinto donde el goteo de aficionados era cada vez mayor.
Parecía que la tan escasa afluencia de público al inicio se vería maquillada finalmente con una entrada algo más notable. Antes de comenzar el encuentro era el monologuista Christian Díaz el que pondría un toque de humor a esos momentos ya inmediatamente previos al partido. Para entonces, el color rojo ya teñía buena parte del sector de detrás de los banquillos, donde el personal de seguridad y los voluntarios indicaron a la afición que se situase. Entre el público asistente había una mayoría de familias con sus hijos y, sobre todo, jóvenes. Todos ellos comenzarían a vibrar con la Selección desde un pitido inicial que arrancaba los aplausos y vítores de los allí congregados y hasta el final del encuentro, que se alargó y mucho con desproporcionados tiempos adicionales al final del primer y segundo parcial.
Un aficionado con la camiseta de España se aventuraba a hacer un pronóstico de cuál sería el resultado final de esta primera piedra de toque de España frente a Costa Rica. "Creo que 2-0", afirmaba. Y no fueron dos ni tres, sino hasta un total de siete los tantos que harían levantarse de sus asientos a los aficionados en el Palacio de los Deportes. Había ganas de celebrar y apoyar a la Roja y eso se reflejó ya desde el primer córner a favor de España que arrancó los aplausos de los asistentes. Todavía quedaban algunos rezagados que seguían accediendo al recinto con el partido ya comenzado. Entonces después, apenas transcurridos cinco minutos se apagaban las luces para ambientar el escenario. Se respiraba el nerviosismo en el Palacio, pero ese sentimiento duró poco, lo que tardó España en anotar el primer gol de la tarde que llegaría de la mano de Dani Olmo. Con el casillero de la Selección ya estrenado, la afición se animaba con cánticos como el tradicional "yo soy español, español, español". En medio de esa alegría por abrir el marcador, iba a llegar poco después el segundo tanto obra de Marco Asensio. La tensión entre el público del Palacio empezaba ya a tornar en alegría y, con el tercer gol de Ferrán Torres de penalti, se transformó en un ambiente festivo que se mantendría hasta el final del partido.
Antes de la marcha a vestuarios de los protagonistas en Catar, los aficionados congregados en el Palacio ya habían entonado el "Que viva España" y 'despedirían' con aplausos a sus futbolistas al final del primer parcial. La ocasión lo merecía y el resultado daba pie para ello. Entonces, se amenizaría el descanso con bailes como 'La Macarena' y sorteos de premios entre los asistentes que se animaran a participar. Para este cometido volvería a pisar la pista la freestyler Paloma que presenciaba cómo tres voluntarios del público se animaban a intentar dar el máximo número de toques a un balón.
El trabajo estaba hecho y ya era muy difícil que se escapara este partido. Por tanto, la vuelta de vestuarios dio paso a una segunda mitad que cambió la tensión del inicio del choque por tranquilidad. Asensio iba a tener en sus botas la primera ocasión tras la reanudación. La afición en el Palacio, como los jugadores en Catar, estaban con ganas de más y al intento del mallorquín le acompañaban los ¡uy! desde la grada. Con el cuarto de Ferrán ya la fiesta sería total y eso se iba a notar con las sustituciones que efectuó Luis Enrique. Se retiraban puntales de esta Selección como Jordi Alba y Busquets que dejaban su sitio a Balde y Koke. Especialmente entusiasmada se vio a los aficionados con Balde que desde su entrada mostraba que hay jugador para rato en La Roja. También se deleitaba el público con gestos técnicos de jugadores como Gavi y respondía con pitos ante las faltas a los suyos. Los goles del propio Gavi, Carlos Soler y Morata llegarían en medio de una fiesta total de la afición que disfrutaba con el juego de su equipo animándose a hacer también alguna ola.
7-0 y un debut para soñar es lo que vivió la afición que se congregó en el Palacio de los Deportes. No se llenó ni mucho menos el recinto, que lucía una mejor imagen en el fondo de detrás de los banquillos que en el lado opuesto donde vivían el duelo unos pocos aficionados. Quién sabe si esta victoria aplastante de España servirá de aliciente para que la habitual casa del Covirán registre una mayor entrada el próximo domingo en Alemania. La Selección se ha ganado el crédito y el cartel es inmejorable.