"La pandemia ha vulnerado los derechos de las personas con discapacidad intelectual"
Los monitores de la Fundación Purísima Concepción de Granada han notado cómo sus usuarios han sufrido un retroceso en su aprendizaje
Entre paredes blancas, decoradas con todas las manualidades que les ayudan a generar rutinas en su día a día y acompañados por sus cuidadores y monitores, los usuarios con discapacidad intelectual de las instalaciones que la Fundación Purísima Concepción tiene en Granada reciben a los visitantes con una amplía sonrisa en su cara. Da igual que hayan pasado casi un año encerrados sin poder ver ni siquiera a sus familias, ni que la pandemia del Covid-19 les haya quitado sus salidas al exterior donde disfrutaban de películas en las salas de cine o de paseos por los jardines de la Alhambra y el Generalife. Ellos siguen mostrando su alegría para hacer más llevaderas las horas que pasan encerrados.
Porque a pesar de sus deficiencias intelectuales y de los retos que tienen que superar a diario, los 400 usuarios -de los que 115 son residentes internos del centro- de la Fundación son un ejemplo de lucha y resiliencia que ni siquiera un virus como el coronavirus ha conseguido destruir. Sin embargo, los trabajadores sí que han notado el retroceso que han sufrido en su aprendizaje debido, principalmente, a que no han recibido la atención personalizada que exigen sus discapacidades.
"Hemos tenido que reinventarnos y hacer un reseteo de los planes de atención individual para cada persona. De hecho, ahora mismo hemos tenido que volver seis meses hacia atrás para volver a insistir en todas esas dinámicas que deben llevar día a día", explica a GranadaDigital el gerente de la Fundación Purísima Concepción -y, desde hace unas semanas, también de Asprogrades-, Antonio Linares, quien hace hincapié en la "importancia de la rutina" para que ellos generen autonomía para las decisiones que tienen que tomar en su vida normal.
Una entrevista que se puede ver en el vídeo que acompaña a esta noticia y que se encuentra también en el canal de YouTube de GranadaDigital.
Y todo esto, prácticamente sin ayuda de las Administraciones públicas, ya que, a juicio de Linares, no se ha tenido en cuenta que las personas con discapacidad intelectual necesitan un tratamiento específico. "No son meros dependientes ni pertenecen al grupo de las personas mayores, ya que nosotros tenemos usuarios que llegan al colegio con 10 ó 12 años, por lo que necesitamos un acercamiento de la administración para que se evalúen las necesidades reales de este colectivo durante la pandemia", denuncia el responsable de la fundación.
"La pandemia ha vulnerado sus derechos como personas, ya que, a diferencia del resto de la sociedad, ellos han estado encerrados más de un año", lamenta Linares, quien reconoce que, a pesar de que los profesionales de la fundación han intentado hacer la estancia lo más agradable posible a los residentes, lo cierto es que "ellos necesitaban el contacto con sus familias y con el exterior", por lo que la atención "se ha visto mermada y ha habido mucho retroceso", sobre todo en los usuarios de los centros de día y de los talleres de empleo que no han podido acudir a sus clases de manera presencial y han tenido que hacerlo a través de internet.
Y es que lo más importante para los responsables de la Fundación Purísima Concepción es que las personas con discapacidad intelectual se integren en la sociedad y "esta pandemia, por desgracia, les ha hecho estar aislados durante mucho tiempo", concluye Linares, quien afirma que menos de un 10% de los usuarios se han contagiado de Covid-19 y agradece la rapidez con la que se ha vacunado tanto a trabajadores como a estas personas para que "puedan volver a hacer su vida normal".