Las peculiares viviendas del Sacromonte: las cuevas

En lo alto de Granada, cerca de la Alhambra, se encuentra el barrio del Sacromonte. Allí, las tradiciones gitanas persisten. La mayor parte de sus habitantes viven en cuevas, algunas convertidas también en negocios.

Las cuevas tenían éxito por el agradable bienestar que proporcionaba su temperatura interior, entre los 16 y los 19 grados, por la asequibilidad económica que se podían permitir sus dueños y por la ubicación.

Aunque antiguamente llegaron a censarse hasta 3.309 cuevas en el casco urbano de Granada, actualmente son unas pocas las que son reconocidas.

Cuevas: de hogar a negocio

Fundada en el año 1972, la cueva Los Tarantos fue cumbre del flamenco granadino. Hoy por hoy el establecimiento tiene tres cuevas diferentes para las actuaciones que ofrecen cada noche. Hay dos opciones de entradas, una consumición por si prefieres tomarte un refresco o una cena con menú tradicional granadino. Además, incluye la opción de transporte para subir hasta el Sacromonte.

También, en 1953, la artista Lola Medina, prima de María la Canastera, le cede a esta una cueva en el Sacromonte. Reyes, príncipes, artistas, gente de todo el mundo, la cueva era la zambra del flamenco y una parada obligatoria en la visita a Granada. En la vivienda residían María junto con su familia, que por el día era un hogar y por la noche se transformaba en una alabanza al baile y al cante flamenco. En la actualidad, el hijo de la artista, Enrique El Canastero, gerenta la cueva y conserva todo el estado original, así como un atractivo turístico para los visitantes de la ciudad.

Por último, la Venta del Gallo, un tablao flamenco en pleno corazón del Sacromonte. En este momento, se puede disfrutar de los mejores espectáculos y artistas de Granada, así como cenar con unas fuertes influencias árabe-andalusíes.