Pedaladas desde Granada por la Vega y el ELA

El grupo ciclista recorrerá 400 kilómetros para llegar a su destino: Sanlúcar de Barrameda

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Jorge Abarca y los jóvenes de Pedaladas por La Vega presentan su proyecto | Foto: Sarai Bausán García
Sarai Bausán García | @Sarai_Bausan
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Con el deporte y la lucha por la vida como eje principal, los jóvenes de Pedaladas por la Vega y Jorge Abarca, granadino enfermo de ELA, han creado "Pedales por la vida", un reto en el que se encaminan en bicicleta en una ruta de 400 kilómetros en 4 etapas en la que los objetivos están claros. No quieren que este recorrido se convierta en un mero divertimento. Pretenden con su esfuerzo y dedicación reclamar dos acciones principales: la protección y dinamización de la Vega de Granada y la mayor investigación del ELA, enfermedad por la que se ve afectado Jorge Abarca.

“Hemos perdido el 40% de superficie y pensamos que esta vega es símbolo de identidad de Ganada”, ha destacado Francisco Javier Peña Rodríguez, portavoz de Pedaladas por La Vega. Sobre la situación de la zona ha recalcado: “Es una de las vegas más ricas de Europa y por eso queremos que se proteja y dinamice para conseguir que sea fuente de empleo”.

Pero ésta no es la única iniciativa que desarrollan desde Pedaladas por La Vega, pues tras conocer la situación de Jorge Abarca decidieron unificar sus proyectos. “Hemos querido unir ambas causas porque, en resumen, luchamos por la vida. Nuestro lema es que frente a la degradación del planeta y de la vida hay que proteger la vida e investigar el ELA”, ha señalado Francisco Javier Peña. Esta ruta ha sido la elegida por su menor grado de complejidad y duración, algo que se adapta a las posibilidades de Abarcal.

De ese modo, unos 28 ciclistas y apoyo logístico se trasladarán desde Granada a Sanlúcar de Barrameda, pasando por Écija y San José de la Rinconada, con el fin de recaudar el máximo de fondos posible para destinarlos a la investigación del ELA.

Para llevar a cabo la ruta a pesar de las dificultades físicas que la enfermedad empieza a ocasionar en su organismo, Jorge Abarca cuenta con una bicicleta adaptada con un pequeño motor eléctrico con autonomía de 60 kilómetros para usarlo en aquellos momentos en los que los obstáculos del camino le puedan conllevar un mayor esfuerzo.

“Estoy deseando realizar el recorrido porque es lo que me hace disfrutar en estos momentos de la vida, es lo que de verdad me llena”, ha recalcado Abarca. A esto ha añadido: “Tengo muchas ganas de este reto porque no sé si será el último debido a que la enfermedad sigue avanzando y, aunque en mi cabeza siga pensando en futuras actividades, la enfermedad es la que decide si puedo llevarlos a cabo”.